Miami Seduction for Women by Antonio Banderas
Este perfume del año 2018 aparece dentro de la colección anual y limitada basada en las fragancias Blue Seduction y Seduction in Black, la cual presenta cada año un tema en común y que en esta ocasión se relaciona con el estilo de vida de la ciudad de Miami pero agregando un concepto de seducción que es la constante de esta línea de perfumes. El envase mantiene la forma de botella de las ediciones especiales preparadas a partir de Blue Seduction for Women y que consiste en un frasco de caras rectas más bajo que las formas cúbicas de sus pares masculinos, agregando un vidrio en color azul claro turquesa con un tapón rosado más un decorado en una de las caras donde se aprecian edificios y palmeras característicos del horizonte de la ciudad de Miami. En el sitio de Antonio Banderas Fragrances no se menciona a este perfume o la colección por tratarse de un lanzamiento limitado, sin que se cuente con un detalle de su composición aromática.
En partida la fragancia destaca un balance de frutas rojas y peonías con cítricos verdes que sufre a los 5 minutos de una interferencia floral sobre la línea verde alimonada que se apaga a los 10 minutos favoreciendo desarrollos clásicos de peonías y gardenias que llegan a los 15 minutos a una composición más compacta de mandarinas sobre rosas, sintiéndose en la base a los 20 minutos un punto oscuro chiprés indefinido. En fase media a los 30 minutos el perfume continúa con un acabado floral clásico apegado a un estilo joven tradicional de jazmines y violetas sin un desarrollo frutal y que se sostiene sobre tonos verdes que recuerdan propuestas de aguas de colonia anteriores a la década del 80, destacando a 1 hora aportes de pachulí verde que sustentan el efecto chiprés junto con reapariciones de frambuesas que van asociadas a azucarados de grosellas oscuras y metálicos de jazmín con violetas. Sobre las 2 horas la fragancia mantiene una combinación clásica de jazmín con moras y polen de jardín con amarillos de ylang-ylang y mimosas que decantan a calone y peras, incluyendo a las 3 horas matices silvestres similares a té verde y bambú suave junto con una flor oscura que es la que mantiene la idea de perfume antiguo y que a las 4 horas se separa en peonías, iris, tallos amaderados a la pimienta rosada, resina y polen. A alcanzar las 6 horas la línea clásica floral del perfume se define en violetas al pachulí con un amargo de naranja y puntos vegetales silvestres al heno y mimosa que retienen características de té verde, surgiendo las 9 horas una nota de jazmín ligeramente sintética que recuerda a la usada por la marca Ágatha Ruiz de la Prada con un fondo de grosellas, resaltando las 12 horas un aporte de pachulí que vuelve a producir la impresión floral clásica del comienzo al combinarse con jazmines y grosellas oscuras con un dejo metálico. En fase final a las 24 horas la fragancia destaca una combinación de pachulí con rosas donde las moras son reemplazadas por una pequeña insinuación de frambuesas, conservando en la base un acabado chiprés con violetas y jazmines con un musk ligero al detergente.
El perfume difiere en parte de sus pares de colección al tener una veta cítrica menos obvia que cambia por una base verde con naranja amarga, destacando un centro de flores clásicas con apariciones de chiprés que tiene un aire antiguo controlado de polen, siguiendo a nivel de diario una línea de primavera y verano de interiores y exteriores que no encaja en la realización de actividades deportivas. En oficina el perfume se ubica en un punto medio entre un aroma clásico y uno cotidiano más fresco, teniendo momentos altos ocasionales en el desarrollo de las notas de frambuesa y de violetas que se presentan de manera correcta en situaciones informales y semiformales con un efecto memoria que comienza en promedio y que luego mejora al alejarse de las vetas frutales más conocidas planteando un aroma floral que es fácil de retener. A nivel nocturno el perfume se siente algo calmado en situaciones de fiestas juveniles entendiéndose como un aporte pulcro con personalidad, mostrándose de mejor manera en eventos semiformales calmados y manteniendo un enfoque cotidiano no sofisticado que no alcanza a llegar al extremo formal. En el caso romántico la fragancia sigue una línea floral polvosa con pachulí que tiende a mostrarse como una propuesta de disfrute personal en lugar de sentirse como un perfume conquistador. Rango de edad entre 20 y 60 años.
En partida la fragancia destaca un balance de frutas rojas y peonías con cítricos verdes que sufre a los 5 minutos de una interferencia floral sobre la línea verde alimonada que se apaga a los 10 minutos favoreciendo desarrollos clásicos de peonías y gardenias que llegan a los 15 minutos a una composición más compacta de mandarinas sobre rosas, sintiéndose en la base a los 20 minutos un punto oscuro chiprés indefinido. En fase media a los 30 minutos el perfume continúa con un acabado floral clásico apegado a un estilo joven tradicional de jazmines y violetas sin un desarrollo frutal y que se sostiene sobre tonos verdes que recuerdan propuestas de aguas de colonia anteriores a la década del 80, destacando a 1 hora aportes de pachulí verde que sustentan el efecto chiprés junto con reapariciones de frambuesas que van asociadas a azucarados de grosellas oscuras y metálicos de jazmín con violetas. Sobre las 2 horas la fragancia mantiene una combinación clásica de jazmín con moras y polen de jardín con amarillos de ylang-ylang y mimosas que decantan a calone y peras, incluyendo a las 3 horas matices silvestres similares a té verde y bambú suave junto con una flor oscura que es la que mantiene la idea de perfume antiguo y que a las 4 horas se separa en peonías, iris, tallos amaderados a la pimienta rosada, resina y polen. A alcanzar las 6 horas la línea clásica floral del perfume se define en violetas al pachulí con un amargo de naranja y puntos vegetales silvestres al heno y mimosa que retienen características de té verde, surgiendo las 9 horas una nota de jazmín ligeramente sintética que recuerda a la usada por la marca Ágatha Ruiz de la Prada con un fondo de grosellas, resaltando las 12 horas un aporte de pachulí que vuelve a producir la impresión floral clásica del comienzo al combinarse con jazmines y grosellas oscuras con un dejo metálico. En fase final a las 24 horas la fragancia destaca una combinación de pachulí con rosas donde las moras son reemplazadas por una pequeña insinuación de frambuesas, conservando en la base un acabado chiprés con violetas y jazmines con un musk ligero al detergente.
El perfume difiere en parte de sus pares de colección al tener una veta cítrica menos obvia que cambia por una base verde con naranja amarga, destacando un centro de flores clásicas con apariciones de chiprés que tiene un aire antiguo controlado de polen, siguiendo a nivel de diario una línea de primavera y verano de interiores y exteriores que no encaja en la realización de actividades deportivas. En oficina el perfume se ubica en un punto medio entre un aroma clásico y uno cotidiano más fresco, teniendo momentos altos ocasionales en el desarrollo de las notas de frambuesa y de violetas que se presentan de manera correcta en situaciones informales y semiformales con un efecto memoria que comienza en promedio y que luego mejora al alejarse de las vetas frutales más conocidas planteando un aroma floral que es fácil de retener. A nivel nocturno el perfume se siente algo calmado en situaciones de fiestas juveniles entendiéndose como un aporte pulcro con personalidad, mostrándose de mejor manera en eventos semiformales calmados y manteniendo un enfoque cotidiano no sofisticado que no alcanza a llegar al extremo formal. En el caso romántico la fragancia sigue una línea floral polvosa con pachulí que tiende a mostrarse como una propuesta de disfrute personal en lugar de sentirse como un perfume conquistador. Rango de edad entre 20 y 60 años.