Queen of Seduction Absolute Diva by Antonio Banderas
Esta fragancia del 2018, de la marca del actor español Antonio Banderas establecida en asociación con la casa Puig, aparece en el mercado como una nueva versión derivada de Queen of Seduction del año 2016 y siendo el par femenino de King of Seduction Absolute del 2015, con Absolute Diva continuando con una tendencia de juego sensual donde una mujer sabe jugar todas sus armas con el estilo de una diva, manteniendo el título de reina de la seducción. El envase mantiene la forma de botella preparada para Queen of Seduction con detalles facetados como una gema rematada en un tapón horizontal dorado, cambiando en esta ocasión el color del vidrio a un verde turquesa. En el sitio de Antonio Banderas Fragrances no aparece este perfume al ser un lanzamiento reciente, sin que se cuente con un listado oficial de sus notas.
En partida el perfume maneja líneas de caramelo y frutales rojos con desarrollo de una base de cera de miel que se abre a los 5 minutos a tonos de frutillas o fresas con un aroma de pachulí, surgiendo a los 10 minutos aportes de jazmín que se desvían por un momento a los 15 minutos a tintes de fruta tropical a la maracuyá con un cremoso de duraznos , estabilizándose la fragancia a los 20 minutos en un centro de caramelo ligero donde el pachulí pasa a ládano. En fase media a los 30 minutos el perfume destaca una vainilla de bronceador con fondo de ámbar que se desplaza a resinas amaderadas, llegando a 1 hora con un polen de jazmín que se equilibra con la vainilla e incluye un punto fresco acuático entre calone y flor de azahar, conservando un fondo más tenue de ládano con ámbar y caramelo que por momentos vuelve a pachulí confitado. A las 2 horas la fragancia presenta algunos rasgos de la línea Ágatha Ruiz de la Prada en aportes de vainilla y jazmín con frutos rojos en la base, apareciendo una nueva flor fresca polvosa que tiene características de lirios del valle y flores de azahar verdes con baja carga alimonada, manteniendo a las 3 horas un fondo de caramelo tibio más bajo que es acompañado por fruta roja neutra levemente ácida como una frambuesa de peonías y que incluye terrosos tipo praliné de CH de Carolina Herrera que son opacados por moras y jazmines, concentrándose el aroma a las 4 horas en praliné y frambuesas densas con vetas florales bajas en la base. A las 6 horas el aroma mantiene un rasgo central de vainilla que tiene una mayor interferencia de flores polvosas al polen y peonías que dejan indicios residuales de fruta tropical ácida con puntos de madera al amaretto, manteniendo a las 9 horas una ligera línea picante que pasa por anís y se mezcla con caramelo, peonías y vainilla con un fondo verde de flores de azahar en retroceso, llegando a las 12 horas con un cuerpo tibio conformado por vainilla, duraznos y ámbar con aportes de polen clásico que pasa por jazmines, lirios del valle y tuberosas. En fase final a las 24 horas el perfume se apega a un centro suave y menos intenso de caramelo y praliné con menores aportes de vainilla, teniendo puntos frutales particulares asociados a una peonía atalcada con un residual cremoso de tuberosa con moras y una madera al anís parecida a tonos de Kenzo Amour.
La fragancia cambia el enfoque propuesto por su predecesor directo que seguía líneas alimonadas al iris en favor de un cuerpo acaramelado al pachulí que conserva referencias a frambuesas con ámbar, teniendo momentos frescos frutales levemente ácidos que a nivel de diario fomentan un uso de primavera y verano en exteriores que pasa sin problemas como un atemporal a climas más fríos bajo techo, sin destacar características funcionales deportivas refrescantes. En oficina la fragancia mantiene un estilo correcto pero no complejo que se mueve en el segmento informal y semiformal con puntos dulces empáticos, teniendo un efecto memoria que ronda lo mediano en la combinación de frambuesas con caramelo praliné insinuando el concepto de un producto de Ágatha Ruiz de la Prada por las notas comunes que hay entre ambas marcas que pertenecen a la casa Puig. En el caso nocturno el aroma se siente dinámico y relajado acercándose a un público joven e informal con una pequeña preferencia invernal, sosteniéndose en eventos semiformales como una fragancia no compleja de situaciones sencillas y no rebuscadas que no alcanza a llegar al nivel formal. En lo romántico algunas notas particulares como las frambuesas ácidas y el pachulí pueden no conseguir un efecto sensual o seductor restando potencial al resto de las notas, dando la idea de ser un perfume de disfrute personal. Rango de edad entre 20 y 60 años.
En partida el perfume maneja líneas de caramelo y frutales rojos con desarrollo de una base de cera de miel que se abre a los 5 minutos a tonos de frutillas o fresas con un aroma de pachulí, surgiendo a los 10 minutos aportes de jazmín que se desvían por un momento a los 15 minutos a tintes de fruta tropical a la maracuyá con un cremoso de duraznos , estabilizándose la fragancia a los 20 minutos en un centro de caramelo ligero donde el pachulí pasa a ládano. En fase media a los 30 minutos el perfume destaca una vainilla de bronceador con fondo de ámbar que se desplaza a resinas amaderadas, llegando a 1 hora con un polen de jazmín que se equilibra con la vainilla e incluye un punto fresco acuático entre calone y flor de azahar, conservando un fondo más tenue de ládano con ámbar y caramelo que por momentos vuelve a pachulí confitado. A las 2 horas la fragancia presenta algunos rasgos de la línea Ágatha Ruiz de la Prada en aportes de vainilla y jazmín con frutos rojos en la base, apareciendo una nueva flor fresca polvosa que tiene características de lirios del valle y flores de azahar verdes con baja carga alimonada, manteniendo a las 3 horas un fondo de caramelo tibio más bajo que es acompañado por fruta roja neutra levemente ácida como una frambuesa de peonías y que incluye terrosos tipo praliné de CH de Carolina Herrera que son opacados por moras y jazmines, concentrándose el aroma a las 4 horas en praliné y frambuesas densas con vetas florales bajas en la base. A las 6 horas el aroma mantiene un rasgo central de vainilla que tiene una mayor interferencia de flores polvosas al polen y peonías que dejan indicios residuales de fruta tropical ácida con puntos de madera al amaretto, manteniendo a las 9 horas una ligera línea picante que pasa por anís y se mezcla con caramelo, peonías y vainilla con un fondo verde de flores de azahar en retroceso, llegando a las 12 horas con un cuerpo tibio conformado por vainilla, duraznos y ámbar con aportes de polen clásico que pasa por jazmines, lirios del valle y tuberosas. En fase final a las 24 horas el perfume se apega a un centro suave y menos intenso de caramelo y praliné con menores aportes de vainilla, teniendo puntos frutales particulares asociados a una peonía atalcada con un residual cremoso de tuberosa con moras y una madera al anís parecida a tonos de Kenzo Amour.
La fragancia cambia el enfoque propuesto por su predecesor directo que seguía líneas alimonadas al iris en favor de un cuerpo acaramelado al pachulí que conserva referencias a frambuesas con ámbar, teniendo momentos frescos frutales levemente ácidos que a nivel de diario fomentan un uso de primavera y verano en exteriores que pasa sin problemas como un atemporal a climas más fríos bajo techo, sin destacar características funcionales deportivas refrescantes. En oficina la fragancia mantiene un estilo correcto pero no complejo que se mueve en el segmento informal y semiformal con puntos dulces empáticos, teniendo un efecto memoria que ronda lo mediano en la combinación de frambuesas con caramelo praliné insinuando el concepto de un producto de Ágatha Ruiz de la Prada por las notas comunes que hay entre ambas marcas que pertenecen a la casa Puig. En el caso nocturno el aroma se siente dinámico y relajado acercándose a un público joven e informal con una pequeña preferencia invernal, sosteniéndose en eventos semiformales como una fragancia no compleja de situaciones sencillas y no rebuscadas que no alcanza a llegar al nivel formal. En lo romántico algunas notas particulares como las frambuesas ácidas y el pachulí pueden no conseguir un efecto sensual o seductor restando potencial al resto de las notas, dando la idea de ser un perfume de disfrute personal. Rango de edad entre 20 y 60 años.