Halloween Fleur by Jesús del Pozo

Esta fragancia del 2013 se agrega como una nueva variante de Halloween de 1997, y que es uno de los perfumes emblemáticos de la marca del diseñador español ya fallecido Jesús del Pozo, con esta variante de Halloween centrándose en un retorno a líneas inocentes, menos agresivas y menos cosmopolitas, ofreciendo un enfoque más cálido que invita a soñar. El envase conserva la forma de botella característica de la colección Halloween consistente en un cilindro de vidrio transparente que se curva a modo de jaula de pájaros en la zona del spray que está cubierto con un tapón esférico, todo en un acabado esmerilado color bronce y decorado con un lazo de color violeta con forma de flor. En el sitio de Perfumes y Diseño, propietario de la licencia de fabricación de perfumes de Jesús del Pozo, destacan las siguientes notas aromáticas: mandarina, hojas de violeta, néctar de pera, orquídea jengibre (o Alpina mutica, una flor de la familia del jengibre nativa de Malasia), jazmín, lilas, molécula de cashmerán (o madera de Cachemira), ámbar, vainilla y musk.

En partida la fragancia presenta una línea principal fresca que se aleja de la propuesta del primer Halloween, con una idea de agua de colonia con un rasgo de nerolí suave y no cítrico que evoluciona a los 5 minutos a un agua de pera de aspecto natural, alejada de las esencias concentradas de perfumería más densas y volátiles y que va complementada por una impresión neutra de madera seca, agregando capas polvosas que dan una impresión de violetas dulces sobre los 15 minutos y que tienen un ascenso gradual. En fase media a 30 minutos las notas de violetas alcanzan la capa superior dominante relegando al agua de peras al fondo y dándole un carácter más funcional y complementario, subiendo la concentración del aspecto polvoso y dando una sensación de fragancia completamente floral a los 45 minutos, con el punto inicial de madera agregando picores suaves de la familia de la pimienta rosada y los tallos de rosas que dan una impresión secundaria de iris como ampliación de las violetas, llegando a 1 hora con nuevas propuestas florales que van por jazmines matizadas por jengibre y clavo de olor mesurado, con las violetas teniendo un carácter dulce que parecen aportes de vainilla y musk, con la pera dando una impresión de fruta madura a 1 hora y media que al unirse con las violetas al iris dejan una impresión que recuerda la irreverencia de la versión original de Halloween. A las 2 horas el aroma da un giro momentáneo hacia grupos especiados tibios mezclados con pulpa de fruta neutra que retornan de manera lenta hacia una violeta amaderada con picores intercalados y aires de vainilla, inclinándose hacia líneas más silvestres de lilas que se alejan del iris y con rebotes frutales de rosas oscuras, llegando a las 3 horas a la idea de una rosa oscura especiada todavía fresca con dulzores frutales mesurados que están entre rojos y neutros conservando una característica dominante de pera en este segmento, con un áspero extra que vuelve a recordar a polvo de iris al fondo con una cercanía a vetiver con jengibre a las 4 horas. Hacia las 6 horas el perfume adquiere un matiz mucho más clásico al incorporar una capa de resina amaderada que refuerza la impresión de rosas y reduce las violetas, agregando tonos de frutas que bordean las ciruelas con un brillo extra de peras más bajo pero que mantiene la veta joven y moderna, reenfocándose la resina a maderas fragantes a las 9 horas con un efecto extra de jabón floral compuesto por jazmines y variantes de rosas y un punto ligero de especiado de bajo picor, llegando a las 12 horas con un retorno tenue de las violetas que se desliga da la capa de rosas y aumentando la profundidad de los frutales que toman un aspecto de licor. En fase final al llegar a 24 horas el aroma toma un matiz más seco y reposado con madera especiada ligeramente a la canela con flores neutras y una resina tipo tonka mucho más fragante que crea una ilusión de licor mezclado con talco de violetas de corte clásico, sintiéndose como una propuesta que se ubica en un punto medio entre Lolita Lempicka y Belle d'Opium de YSL.

La fragancia entrega una propuesta de fragancia que comparte un inicio fresco pero que luego se establece en una mezcla de aportes de peras ligeras sobre una base floral dominante que combina impresiones frescas y elegantes a la vez, apuntando a un uso de diario principalmente veraniego no deportivo y que no se siente desperdiciado al ser usado en solitario, pero que también se mueve con suficiente desplante en situaciones sociales. En oficina la fragancia destaca por un aroma en parte clásico que tiene aportes iniciales de pera juvenil que crean un efecto memoria que se acerca a bueno pero que se mantiene dentro del rango mediano por una estela e intensidad que se percibe a distancia de conversación, confundiéndose por momentos con fragancias a las rosas frescas. En el campo nocturno el aroma se proyecta de manera apropiada a nivel ambiental aguantando sobreaplicaciones, siendo una alternativa para usar en fiestas en la pista de baile pero teniendo mejor aprecio y desplante en reuniones con amigos en ambientes limpios, con una estructura floral que sostiene líneas clásicas sin edad pero que tienden a apagarse al exigirles un uso más formal. En lo romántico la fragancia tiene algunos momentos sensuales que son opacados por ascensos bruscos especiados más potentes y momentos florales más densos, sintiéndose mejor aprovechado como un perfume de disfrute personal. Rango de edad entre 20 y 60 años.