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Cabotine Aquarelle by Grès

Esta fragancia del 2009 corresponde a la primera de una serie de ediciones especiales anuales creadas a partir del perfume Cabotine de 1990, unas de las fragancias emblemáticas de Grès junto con el clásico Cabochard de 1959, dando la idea que se lanzan al mercado al menos dos versiones por año del perfume: una más intensa y con personalidad que corresponde a Cabotine Sensuelle del mismo año, y la otra más relajada de diario y veraniega representada por Aquarelle. La botella sigue la misma forma de Cabotine, con la misma caligrafía en manuscrito y con el característico tapón con forma de flor, cambiando los tonos por una paleta en torno a celestes y colores acuáticos para proyectar la idea de una fragancia fresca y fría de verano y días calurosos. En el sitio de Grès Parfums señalan que las notas principales de la fragancia son: pomelo, ruibarbos, piña, flor de durazno, loto, ylang ylang, lirios, jazmín, cedro, notas marinas, ámbar y musk.

La fragancia tiene una partida indefinida en los primeros minutos, con una sensación de agua fresca y una nota dulce que parece ser el ruibarbo, agregando puntos muy discretos similares a piña pero sin determinar una fragancia tropical. En fase media se estabiliza la capa dulce ampliándose a notas de durazno también suaves más algunas flores polvosas de la familia del loto que en conjunto dan una sensación fría y a la vez conocida, parecido al efecto de Sea & Sun in Cadaqués pero con menos cítricos, menos aire frío y más cargado a las flores. Al cabo de 1 hora y media la fragancia se balancea entre un tibio discreto floral y un fresco de piña con un punto frutal rojo dulce que recuerda una esencia de chicle, agregándose un jazmín a la capa de loto que potencia más la idea de polvoso. A 3 horas la fragancia se siente dulce con presencia de musk y puntos suaves de durazno, con la piña todavía presente y el loto oliéndose menos amargo y aportando un aire floral acuático. En parte por sugestión de la nota marina declarada, da la idea que a las 4 horas y media se aprecia un punto salado que complementa al resto de las notas que se mantiene igual. A las 6 horas muestra un predominio frutal más jugoso, incluso ligeramente rojo tipo guindas acompañado de una buena cantidad de musk y rastros azucarados, con un fondo de jazmín no jabonoso tipo polvo y muy poca presencia de loto, cambiando los tonos acuáticos por jugo de fruta. A 8 horas la fragancia es mucho más intensa y frutal que en la partida, con líneas juveniles alegres entre melón con guindas sobre una base floral que ahora es neutra, con pequeños indicios de especiado vegetal y tallos de flores. En fase final la proporción vegetal es mayor, con ideas imprecisas de flores de jardín retomando la idea de polvoso seco frío de loto, con las frutas a nivel secundario y ascendiendo al oler por más tiempo pero sólo a nivel de compañía no protagónica.

La fragancia rescata parte de la inocencia y jovialidad de Cabotine, dándole un giro hacia épocas más calurosas, vacaciones y diversión al aire libre, manteniendo el carácter de fragancia de diario del original y moviéndose casi exclusivamente en el verano, con una buena evolución que va de lo refrescante funcional a lo frutal con personalidad. En oficina se siente limpio, como aroma para comenzar el día y que gradualmente toma más presencia sin llegar a niveles intrusivos y llamando la atención en pasillos por la idea de chispa y alegría más que por un efecto memoria en particular. Por el lado nocturno nuevamente se restringe a noches calurosas de verano en el ámbito informal, principalmente fiestas y reuniones con amigos, con una imagen adolescente que escapa de las tendencias frutales azucaradas. Por el lado romántico se enfoca bien por el lado juvenil rescatando una imagen inocente y sincera, con la frutas dando el aporte grato para seguir oliendo de cerca. Rango de edad entre 15 y 50 años.