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One Man Show by Jacques Bogart

Esta fragancia del año 1980 es una de las emblemáticas y más conocidas de la línea Jacques Bogart, una empresa francesa fundada por Jacques Konckier y su esposa a mediados de la década del setenta y en un comienzo con intenciones de crear una línea de vestuario más una línea de maquillaje y perfumería como complemento al negocio, teniendo éxito suficiente en 1975 con su primer perfume Bogart para hombre para ampliar sus ventas en el mundo e independizarse montando su propia fábrica donde surgió One Man Show, que se traduce en inglés como "espectáculo a cargo de un sólo hombre" o la idea de un hombre orquesta capaz de manejar cualquier situación. Con One Man Show Jacques Bogart se cimienta como una línea exclusivamente masculina bajo el lema "Je ne creé que pour l'homme" (traducido del francés como "sólo hago creaciones para hombres"), adquiriendo con el tiempo licencias de otras marcas como Ted Lapidus, Naf Naf, Façonnable y por un tiempo Balenciaga, con las que se abrió al mercado femenino. La marca Jacques Bogart no dispone de una página web donde muestre sus productos, pero al menos en el tester de la fragancia se mencionan las siguientes notas aromáticas: bergamota, resinas de gálbano, albahaca, rosas, jazmín, nuez moscada, incienso, cedro, sándalo, resina de ládano y castoreo.

La fragancia en la partida presenta líneas verdes clásicas, con ideas de mentolado rondando un pachulí de bosque, agregando a los pocos minutos algunos especiados secos y la idea de un tabaco o cuero también seco hacia el fondo, con una intensidad media para un estilo ochentero y que recuerda algo al Polo verde de 1978 por la idea de resinas de bosque pero en un tono más jabonoso y mucho más suave. En fase media se mantiene la línea verde de bosque con características de jabón, bajando la idea de cuero hacia la media hora y alineando todas las notas verdes en un pino intenso sin mentol. Hacia la hora y media retornan las notas verdes del comienzo, con ideas de mentol y cuero especiado seguido de un poco de vetiver tipo arbustos que complementan al pino, agregando algo de resinas amaderadas del estilo de Polo verde y dando la impresión que se suma un cardamomo por la idea simultanea de mentolado y picor especiado, y un musgo de roble por los tonos oscuros húmedos, manteniéndose por las siguientes horas como un aroma verde clásico con similitud a otras fragancias como Polo o Jacomo de Jacomo. A más de 7 horas de aplicado las líneas verde de pino y mentol bajan, dejando una nueva capa de especiados con cuero que traen recuerdos de madera quemada y ahumada con vetas frescas similares a flores indefinidas de perfumería clásica masculina y resinas que se inclinan al incienso también quemado. En fase final se mantienen los verdes de bosque, ahora con menos pino y más presencia de pachulí clásico con cardamomo y musgo de roble, con resinas amaderadas al borde de un ciprés e ideas de incienso tipo ceniza de tabaco y cuero especiado, con un ligera vainilla jabonosa sobre las 36 horas.

La fragancia mantiene durante buena parte de su duración una nota de pino mentolado intenso bastante lineal y con pocas variaciones que lamentablemente trae recuerdos de muchas fragancias de la década del setenta y comienzos de los ochenta, sin que consiga fijar un grupo de notas llamativo que lo saque de este promedio de fragancias, perdiendo bastante potencial y quedando con una imagen de fragancia antigua al borde de lo genérico. En esta línea la fragancia da ideas de un uso de diario cotidiano atemporal en una persona algo madura de corte semiformal a informal, de aspecto no deportivo o al menos con una imagen muy tradicional que ha mantenido por años con pocos cambios. Por el lado de oficina la fragancia también se siente tradicional y clásica, tal vez con una posibilidad de desincentivo en favor de nuevas vetas y aromas que lo proyecten mejor a nivel social y consigan una mejor impresión entre pares, clientes y jefaturas cercanas. Por el lado nocturno la fragancia también se siente afectada por el paso del tiempo, sintiéndose vieja en situaciones formales, tradicional en las informales y demasiado estática y madura en las informales. Por el lado romántico el pino con mentol no causa un gran efecto atractivo, quedando enfocado como aroma para uso personal. Rango de edad entre 35 y 60 años.