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Paco Rabanne pour Homme by Paco Rabanne

Este perfume del año 1973 fue la primera fragancia masculina creada para la entonces nueva línea de perfumes de Paco Rabanne, diseñador de origen español que nació bajo el nombre de Francisco Rabaneda y Cuervo y que, huyendo de la Guerra Civil Española, emigró a corta edad con su familia a Francia, lugar donde realizó sus estudios de arquitectura los cuales pagó vendiendo bocetos de vestuario a revistas de moda, aportando posteriormente diseños de accesorios para las líneas de otros diseñadores con Pierre Cardin, Balenciaga y Givenchy, ganando suficiente experiencia para montar su propia línea de vestuario en 1965 con diseños en los que generalmente domina el manejo de metales, plástico y líneas arquitectónicas, como en el caso del vestuario creado por él para la película futurista Barbarella de 1968 donde se hizo conocido al público general. La fragancia sigue a Calandre, perfume femenino creado en 1969 y ambos siguiendo líneas inspiradas en la arquitectura (con Calandre basado en el edificio de la ONU y la versión Homme inspirada en una petaca de whisky) y ambos siendo diseñados por la casa Puig, quien terminó por comprar la totalidad de la marca Paco Rabanne después del retiro de las pasarelas del diseñador en 1999, tras una alianza de 30 años. En el sitio web de Paco Rabanne señalan que las notas principales del perfume son: tomillo, lavanda, clavo de olor, geranio, musgo de roble y tabaco con rasgos de miel.

La partida se siente clásica, con partes verdes imprecisas y tonos más notorios de maderas con tintes dulces ambarados, sobre un cuerpo limpio que podría atribuirse a una lavanda y un dejo oscuro más seco indefinido que ronda a la mezcla. En fase media las líneas verdes se afinan y unen en la forma de un ciprés de tintes mentolados sobre un cuerpo de perfumería clásica limpia ente lavanda con florales con una cierta cercanía con Brut pero profundizando en tonos secos terrosos de bosque. Derivado de la lavanda parece haber algo de limón o bergamota que da frescura a la parte de ciprés y bosque, con el mentolado asociándose con la madera dulce evitando caer en un estilo muy marcado de loción de barbería. Al cabo de 1 hora se mantiene la idea limpia de lavanda potenciada con tonos de bosque, con el ciprés dando una línea secundaria más parecida al musgo de roble y cercano a la idea de tierra húmeda, agregando especiados suaves no independientes que se sienten como puntos punzantes en el mentolado. Después de 2 horas de la partida se sienten tonos florales masculinos, con menos vetas verdes y más tonos de musgo terroso manteniendo el mentol a niveles suaves, con un fondo dulce que en principio parecía ámbar pero que ahora incluso roza lo floral de madreselva. El fondo de madera tiende a irse al agua, con rasgos secos que van del cuero al tabaco con especies. A las 4 horas y media los mentolados bajan en favor de líneas verdes herbales frías que sumados a los florales da una aproximación bastante cercana a Brut, con el musgo de roble dando una profundidad terrosa que marca la diferencia. El dulzor retorna a la idea de ámbar con musk con dejos vagos de madera avainillada, con una línea de tabaco en aumento aunque todavía solapada por el grupo verde. Pasadas las 5 horas la fragancia parece dar un giro, rebalanceando el musgo de roble para dar una idea mediterránea parecida a los cítricos con tierra de Tuscani pero Uomo, con el mentol de ciprés todavía presente pero más rebajado. En fase final el aroma presenta rasgos dulces hacia el ámbar, el tabaco y la madera, con un musgo más suave, mentolados todavía presentes pero mucho más breves y verdes herbales con flores limpias que dan sensación de jabón que por momentos retoman la idea de barbería o espuma de afeitar clásica.

La fragancia recuerda muchas líneas recurrentes previas a la década del ochenta, principalmente líneas mentoladas, uso de aromas de bosque, florales limpios de corte discreto, lavanda y finales de madera con tabaco, siendo muchos de estos ingredientes los pertenecientes a una perfumería clásica sin muchas herramientas tecnológicas para crear nuevos aromas y a años de distancia de los estilos innovadores que surgieron en los ochentas y noventas. Dentro de este ámbito, Paco Rabanne pour Homme inevitablemente roza el estilo de loción de barbería pero consiguiendo varios logros personales al estructurar la fragancia de una manera no densa evitando aromas lineales y dándole una profundidad que no aburre. La idea de limpieza se siente bien en un uso de diario, recalcando un estilo clásico semiformal principalmente veraniego al aire libre por las líneas verdes, volviéndose atemporal no denso en interiores. En oficina el aroma tiende a sentirse clásico, algo rígido y asociado a la idea de una corbata con traje estricto sin edad, tendiendo a mostrarse más maduro a medida que se relajan las vestimentas y se elimina la corbata en favor de una camisa con cuello desabotonado o con las mangas dobladas, con una presencia media no intrusiva e ideas limpias profesionales un poco serias. Por el lado nocturno la fragancia parece aguantar cierto grado de sobreaplicación considerando los finales no recargados que presenta, mostrando como en oficina la idea de corbata formal de eventos especiales como matrimonios, tal vez volviendo a la idea de estilo maduro considerando los nuevos estilos aromáticos existentes más vanguardistas e innovadores. Por el lado romántico el aroma apela a la nostalgia de la escuela antigua, con un aroma sólido de idea masculina, sin espacio a ambigüedades, con grupos verdes no dominantes y con una profundidad aromática adecuada para no aburrir ni espantar. Rango de edad preferentemente mayor para ser consistente con la idea de hombre ya formado, entre 35 y 60 años.