Salvador by Salvador Dalí

Esta fragancia corresponde a uno de 3 lanzamientos que ha hecho la casa Cofinluxe en la primera mitad del año 2010 bajo su licencia Salvador Dalí, junto con Laguna Maravilla y Little Kiss Me, siguiendo una tendencia productiva que ha ido en aumento desde 1991 cuando se creaba casi una fragancia anual, mejorando a partir del 2004 cuando se consiguió poner en el mercado entre 2 y 3 fragancias nuevas por año. El perfume en particular lleva el mismo nombre de una fragancia ya descontinuada de la misma marca, mostrando una imagen renovada en un frasco de líneas mucho más modernas que repite el tema de los labios de Dalí en una forma mucho más discreta por los costados de la botella. En el sitio web de Parfums Salvador Dalí señalan que las notas principales son: nashi (una pera asiática más redonda y fibrosa similar a una manzana), canela, sándalo, resina de incienso, vainilla y ámbar.

En partida la fragancia tiene rasgos tibios, con una línea dominante no extremadamente intensa que recuerda a los granos de tonka acompañadas de tintes secos tipo cuero y un fondo fresco que da una primera impresión de agua de lavanda. En fase media el punto seco de cuero desaparece, conservando el centro de tonka que ahora se siente más frutal y dejando la duda si son méritos propios de la tonka o si existe un frutal secundario que la acompaña, de características neutras y en la misma línea dulce ligera. Esporádicamente se sienten familias especiadas secundarias breves, con rasgos de madera tipo agua de cedro. Cerca de la hora de aplicado la línea de agua de cedro se afina en canela que está inclinada o concentrada hacia las maderas y aportando con la idea de tibieza general no densa de los granos de tonka que ahora va a la baja y ronda la idea de resinas ligeras. A 2 horas de aplicado la línea de tonka sigue bajando quedando como una capa tibia con similitudes a algunas resinas no complejas, con la canela tendiendo a volverse más especiada dentro del marco amaderado, como si agregara cáscara de nuez moscada pero sin ir al extremo de un clavo de olor o una pimienta. Se mantiene una veta fresca frutal neutra pero es bastante lineal y casi de complemento. Sobre las 4 horas la línea especiada cambia de la canela hacia la nuez moscada, con rasgos de cedro y un mínimo jabonoso al fondo con características tibias menores de ámbar, tendiendo a linealidad por las siguientes horas. Por momentos la nuez moscada se escapa hacia el estilo de la pimienta, pero es un efecto ocasional no dominante. En fase final el aroma vuelve a ser especiado dulce, con más proporción de tonka y canela, menos nuez moscada y nula presencia de pimienta. Se sienten pocos puntos de madera seca más cercana al sándalo que al cedro como un paralelo a la canela, agregando capas tibias de resinas ligeras no muy aromáticas ni intensas y en línea con la tonka.

La fragancia muestra cierto parentesco con Black Sun de la misma marca por las notas de vainilla frutal tipo tonka, con la diferencia que Black Sun se estabiliza en torno a resinas dulces mientras Salvador lo usa como partida y fondo para quedarse en tonos de canela amaderada dominantes. La estructura de Salvador se siente un poco más simple y menos profunda y ochentera que Black Sun, enfocandose mejor a un uso de diario atemporal con rasgos especiados semiformales no deportivos. En oficina estas líneas siguen patrones algo estándares en el grupo de las maderas y especies profesionales, con intensidad media no intrusiva y estilo clásico, tal vez algo bajo como para destacar o producir un efecto memoria notorio. Por el lado nocturno la mezcla es suave y da la idea de inclinarse al lado del día, con estelas no tan intensas que no pretenden competir con otros aromas ambientales. En el escenario romántico también ocurre algo parecido, donde el aroma se centra en un propósito personal más que tratar de conseguir un efecto de atracción. Rango de edad entre 30 y 60 años.