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Classique X Collection by Jean Paul Gaultier

Esta fragancia de finales del año 2009 aparece como una nueva edición de Classique de 1993, reinventada pensando en el verano y con una estructura minimalista que ha sido una tendencia en común de varios diseñadores en el último par de años. El nombre del perfume se inspira en la colección de ropa "X Collection" de Gaultier, donde el diseñador juega con la letra incorporándola como parte del diseño de la ropa, ya sea en escotes, estampados, acinturados o tirantes cruzados, insinuándola como el símbolo de una identidad secreta o de deseos prohibidos, buscando crear situaciones de alta tensión sensual con formas que sugieren y muestran parte de la piel bajo la prenda por medio de texturas, pero sin llegar a revelarla del todo. El frasco de la fragancia es el mismo que se ha repetido en las muchas ediciones de Classique, adornando el torso con una "X" que cruza el pecho de hombros a cintura y agregando un pequeño colgante con la forma de la misma letra. El sitio web de Jean Paul Gaultier señala que las notas principales del perfume son: mandarina, bergamota, flor de azahar, peonías, vainilla e iris.

La partida de la fragancia es mucho más fresca en comparación con el original, con un punto notorio y dominante de mandarina verde y algunas trazas de alimonado cercano al nerolí, bordeando el estilo de agua de colonia y con algunos florales ligeros imprecisos al fondo. En fase media la mandarina baja en favor del nerolí, el cual parece agregar un tipo de flor de azahar por un pequeño dejo plástico característico acompañado de un floral polvoso fresco, tomando algunas horas de evolución hasta llegar un punto en que la flor de azahar deja de sentirse alimonada en favor de aires más florales de jardín con aires jabonosos y una sensación de talco a la vainilla al fondo. Ocasionalmente la mandarina aflora con energía, alineada con el estilo de jabón limpio de la flor de azahar y aportando con un cuerpo de agua cercano al jugo de naranja que le quita el tono sintético plástico y aumenta la profundidad aromática dando la idea incluso de presencia de más florales limpios de la familia del jazmín e incluso de las fresias alimonadas al agua. Al cabo de unas 5 horas de aplicado las flores de azahar siguen presentes pero se suma un floral femenino fresco cercano a la nota declarada de las peonías, aunque con el tono general dominado por un alimonado de características florales. Ocasionalmente a nivel de base se siente un punto oscuro tipo resina que puede ser la vainilla, pero en general mantiene constante el aroma de la flor de azahar. La fase final se siente inclinada a alimonados verdes que luego cambian a flores de azahar frescas y que se mantienen como nota dominante, con un estilo muy minimalista y casi ninguna nota extra de compañía.

Con este perfume la marca Jean Paul Gauiltier parece sumarse al club de fragancias de diseñador con productos de tendencia minimalista en torno al agua cítrica floral casi de colonia, como Issey Miyake con su "A Scent", Versace con sus "Versense" y "Versace pour Homme" o Zegna con su "Zegna Colonia", con un aroma que juega con las oscilaciones de la flor de azahar y su asociación con una mandarina de estilo también cercano al floral. Por la cercanía al agua de colonia, la fragancia muestra un desplante que tiende a centrarse en el uso de diario veraniego, abarcando estilos como el deportivo fresco y el social de corte natural. En oficina, aunque es algo lineal destaca como aroma de entornos pequeños con una imagen limpia, que mantiene la frescura y pulcritud de la salida de ducha y que proyecta una buena faceta femenina no recargada e independiente de la edad de quién lo usa. En el campo nocturno el aroma se restringe en forma estricta al verano, en paseos por la playa al atardecer, cenas al aire libre, vacaciones e idas al casino rondando lo informal y semiformal, perdiendo un poco de dinamismo cercano a las fiestas y los bailes en favor de una imagen limpia y pulcra un poco más elaborada al destacar la calidad del floral del azahar. Por el lado romántico los florales por momentos se sienten inocentes, proyectando una imagen femenina fresca y sincera que toma un poco de sofisticación cuando la flor de azahar queda sola y brilla por sus propios medios. Rango de edad entre 20 y 60 años.