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Ça Sent Beau by Kenzo

Esta fragancia del año 1988 es reconocida como el primer perfume de la marca Kenzo, al parecer originalmente comercializado bajo el nombre "Kenzo" y renombrado en los años noventa como "Ça Sent Beau" (leyéndose "sa sent bo") que corresponde a una afirmación en francés que se traduce literalmente como "se siente agradable" o mejor interpretado como "huele bien". Junto con el nombre se actualizó su empaque y contenido, cambiando el líquido de un color ámbar a un tono más transparente, variando también el envase que actualmente tiene la forma de una piedra de líneas pulidas con una flor, pero conservando el principio básico de una piedra viviente, un guijarro de playa pulido por el agua y que sirve de base para sostener a una flor de la familia de las rosas, una mezcla imaginaria entre peonías y rosas silvestres. Dada la pasión de Kenzo Takada por las flores, esta primera fragancia está inspirada en un jardín secreto bañado en sombras, luces y aromas que invita a las mujeres a un mundo de poesía, un mundo encantado lleno de sensibilidad y ternura donde prevalecen las emociones y los sueños están a sólo un paso. En el sitio de perfumes de Kenzo describen las siguientes notas para esta fragancia: magnolia, gardenia, tuberosa, ylang-ylang, rosa, jazmín, ciruelas, durazno, frutos cítricos, cardamomo, cilantro, cedro, sándalo, musgo, musk y vainilla.

La partida tiene personalidad floral ochentera, con una mezcla entre vainilla con flores clásicas en las que destaca la tuberosa como nota dominante acompañados de otros florales con bastante cuerpo, destacando una veta que recuerda un ylang-ylang suave con jazmín parte jabonoso y parte floral, acompañado de otras flores con tintes polvosos. En fase media sigue destacando la tuberosa agregándose tintes especiados en línea con las flores y que recuerdan a una rosa búlgara, junto con frutales clásicos ocupados en mezclas de perfumes florales de los ochenta como frutos oscuros o ciruelas. A las 2 horas de aplicado se siente algo de musgo alineado con el especiado que da una característica chiprés, con florales densos y de buena estructura. A unas 5 horas la tendencia floral con chiprés se mantiene, con las frutas alcanzando una mayor proporción de aroma bordeando la mora y las flores tendiendo a fundirse en un floral único al bajar la tuberosa. Con el tiempo varios de los especiados que presentan características amaderadas tipo nuez moscada muestran un acercamiento a maderas húmedas con más estructura, parte cedro o sándalo y parte musgo. En fase final las flores se sienten mezcladas con frutos oscuros y especies, con el ylang-ylang sobresaliendo más que la tuberosa, acompañado de una sensación de resina aromática cercana al benjuí y un musgo que da la sensación de flores oscuras y más densas. Se siente vainilla oriental con trazas de madera y el especiado destacando con una porción de la tuberosa de la partida.

El perfume, por la cantidad de flores que tiene, por la nota dominante de tuberosa y la variante hacia el chiprés, muestra un estilo clásico de las fragancias de los años ochenta, con flores intensas de gran estela potenciadas por especies o frutas que se perfilan a un estilo semiformal a formal social y de corte atemporal. En parte por el apego que tiene el perfume con este estilo ochentero, el uso de diario suele ser discutible ya que son aromas que requieren de un entorno social y de bastante roce con gente para que el perfume sea apreciado y no pase desapercibido en un uso cotidiano... y aunque hay gente que toma muchas de estas fragancias como sello personal para cualquier ocasión, aquí el estilo de diario tiende a fundirse con el social laboral. En el escenario de oficina, al igual que varios ochenteros, la fragancia destaca por la estela que deja al caminar mostrando seriedad, profesionalismo y buena capacidad de memorización aunque tal vez a niveles maduros por el toque chiprés. Como fragancia nocturna destaca en forma similar que en oficina, cubriendo segmentos semiformales y formales como fiestas de matrimonio y cenas apegándose al un estilo clásico, nuevamente algo serio y con tendencia a ser considerado maduro. Por el lado romántico es un aroma seductor, tal vez un poco intimidante por su personalidad y no apegado a los cánones más actuales de aromas adictivos frutales con rasgos gourmand, pero sí siguiendo las líneas de la escuela clásica en la que una mujer se produce y perfuma para conquistar y hacer notar que el evento al que va es de su importancia. Rango de edad para una mujer con imagen y estilo formado, entre 30 y 60 años.