Isfarkand by Ormonde Jayne
Esta fragancia de la perfumería de lujo Ormonde Jayne fue creada en el año 2005 y su nombre proviene de la composición de dos ciudades: Isfahan y Samarkand, ambas pertenecientes a la antigua Persia, famosas por sus construcciones y citadas por una leyenda donde un famoso arquitecto de Isfahan fue llamado a Samarkand para construir una mezquita, pero para terminarla puso como condición el poder besar a la reina que solicitó la mezquita, consiguiendo el beso y huyendo con ingenio de la furia del rey. Aunque el nombre puede sonar exótico, la fragancia apela a los aromas cítricos clásicos de la perfumería tradicional junto a pimienta rosada y vetiver para dar una imagen masculina elegante de día y suficientemente joven y dinámica, como complemento a Ormonde Man que apuntaba a un segmento más nocturno y formal. Las notas declaradas en Ormonde Jayne para esta fragancia son: aceite de lima, mandarina, pimienta rosada, bergamota, cedro, iris, vetiver y musgo.
En las notas de partida destaca una mezcla algo cítrica con un dejo polvoso, que por momentos toma forma de aceite de limón bastante puro y natural con un tono maderoso parecido a un vetiver fresco. En notas medias, a unos 30 minutos de aplicado, mantiene el limón pero bajando a un segundo plano favoreciendo el maderoso del vetiver y con una presencia especiada suave atribuible a la pimienta rosada (que de paso no es pimienta, es una baya de aroma picante como la pimienta), recordando la base de algunos clásicos masculinos de antes de los años 70, con componentes más naturales. Al volver a oler después de un rato, el vetiver se mantiene dominante en forma fresca levemente polvosa y con una nota alimonada mínima que es atribuible al mismo vetiver o a los cítricos residuales de la partida. A la hora y media de aplicado el vetiver toma un cuerpo diferente, más elegante y masculino con las vetas alimonadas tendiendo a dejos de mandarina, con el polvoso distinguiéndose como iris levemente a la violeta y vetas discretas algo maderosas. Las notas finales mantienen una frescura con una mezcla de vetiver con cítricos bien amalgamada, en la que ni el vetiver ni los cítricos se sienten en forma independiente beneficiando el efecto de una nota verde no vieja. El iris es menos perceptible y reflota la pimienta rosada como un especiado de base.
La fragancia mantiene una imagen masculina apegándose a una estructura con componentes básicos que se siente casi sin edad, sintiéndose joven y clásico a la vez. Destaca en el ámbito de diario como un aroma fresco de verano y al aire libre, con un alimonado refrescante que puede aceptar usos deportivos (aunque por precio la fragancia tiende a algo más elegante). En oficina mantiene una frescura clásica también de verano, que se maneja bien en el rango formal a informal ya sea de traje y corbata o relajado en contacto con clientes. Como nocturno pierde algo del brillo refrescante de día, sintiéndose como fragancia de continuación del estilo de diario o para un evento extremadamente fresco e informal nuevamente en verano. Como aroma romántico reune varias notas agradables y atractivas, apelando más a un efecto limpio y masculino que a un aroma sensual. Rango de edad entre 20 y 60 años.