Parisienne by Yves Saint Laurent
Lanzado a mediados del 2009, esta fragancia toma su nombre de la traducción al francés de "parisina" (sin una relación directa con el YSL Paris de los años ochenta) y cada detalle del perfume gira en torno a la historia de una chica que no es de la ciudad, que ha estado con un hombre durante la noche y camina con su traje de gala por las calles de París al amanecer... y como una forma de complicidad, la ciudad la adopta por el hecho de saber vivir y disfrutar en forma apasionada. El frasco parece un cristal facetado pero lleva arrugas que simbolizan las calles laberínticas de París y las arrugas de la sábana donde estuvo la chica momentos antes, el color rosado más que a flores representa los tonos del cielo de la ciudad al amanecer y las notas finales de vetiver insinúan que parte del perfume del hombre con quién estuvo quedaron impregnadas en su piel. La etiqueta pegada en el frasco imita un trozo de cuero negro con las iniciales YSL en dorado, la estampa de elegancia del diseñador que es la que cubre el cuerpo de la mujer. El sitio de perfumes de YSL en francés declara las siguientes notas principales: un acorde sintético de vinilo (que recuerda al plástico de los tacones elegantes de mujer), arándanos, moras, rosa de Damasco, violetas, peonías, pachulí, vetiver, musk y sándalo.
La partida se siente bastante frutal, incluso con puntos sintéticos en torno a los frutos rojos azucarados como jugo en polvo de sandía con granadina. Se siente un fondo floral impreciso, las notas no son claras pero se perciben como una capa de un aroma extra no frutal en lo que se adivina algo entre una rosa, un jazmín o una gardenia. La fase media demora en llegar, con una baja de los frutales rojos sintéticos en favor de un floral dulce que parece rosa, acompañado de un fruto neutro que se acerca a la descripción de la mora. La violeta es ocasional, en tono floral no polvoso y aparece algo escondida, identificándose al buscarla sabiendo que existe por las notas declaradas. También en forma esporádica aparece un pachulí verde muy breve a nivel secundario y después de estar oliendo por mucho tiempo. Al cabo de unas 3 horas de aplicado la nota de rosa tiende a asentarse como dominante, en tonos tenues no densos y con una buena estela aromática en rango medio. A las 5 horas de aplicado se percibe algo del vetiver esperado, como una veta suave que deja a las rosas suaves con una insinuación de terrosos parecidos a los de Magnifique de Lancôme. En fase final a unas 18 y 24 horas después de aplicado vuelven los tonos frutales dulces azucarados, con florales tenues en una mezcla delicada que no se siente ni densa ni chiclosa. La veta de vetiver se siente pero es muy baja, casi como una madera de compañía al igual que en otros perfumes y sin alterar las características femeninas de la fragancia.
La fragancia se siente con toques jóvenes en especial por su partida frutal azucarada y su centro floral con rosas jóvenes no densas, quedándose en una nota elegante y discreta a la vez, sin edad. Su personalidad es algo extraña ya que no se siente como una fragancia muy obvia de diario o nocturna, aguanta un uso diario pero algo elegante, primaveral o veraniego con un componente social. Se expresa mucho mejor como aroma de oficina, donde las rosas retoman la idea de elegancia joven balanceándose entre un aroma pulcro profesional y un formal discreto. Como aroma nocturno si bien la idea de rosas es correcta, la intensidad de la fragancia tiende a quedarse corta y tomar un perfil más personal que se aprovecha mejor en el día. Como fragancia romántica es grata y se siente bastante femenina, aunque todavía ronda como fantasma la idea de un perfume de oficina. Rango de edad entre 20 y 45 años.