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Cabochard by Grès

Creado en el año 1959 por Madame Grès y el perfumista Bernard Chant, el perfume se inspira en un viaje a la India realizado por la diseñadora, representado por un conjunto de aromas intensos, sofisticados, de muchos contrastes y vanguardista para la época enfocándose en un estilo pionero en ese entonces que se denominó "chiprés verde". El mismo vanguardismo de la fragancia se ve reflejado en el nombre que se escogió para bautizarlo, ya que "Cabochard" es una palabra derivada del francés "Caboche" que significa, "obstinado", "cabeza dura" o "llevado a sus ideas". Las notas declaradas por Grès (siguiendo su misma forma de agrupación) son: gálbano de Irán e ylang-ylang de las Islas Comores (en el grupo de las esencias preciosas del Oriente), rosas de Bulgaria y Jazmín de Grasse (en el grupo de las notas medias clásicas) y musgo de roble de Marruecos, Vetiver de las Islas Borbón en Madagascar, Musk del Tíbet y Pachulí de Indonesia (en el grupo de las notas finales que aportan calidez y misterio).

La partida es intensa y muy notoria, con aromas que varían entre las resinas aromáticas, el cuero, el mentol y el vetiver, con un estilo que se siente clásico de antes de 1970 y que incluso se confunde por intensidad con el final de un perfume masculino también antiguo pre ochentero (creo que tiene partes del Lacoste de hombre de los años 60 y del Monsieur de Givenchy de finales de los años 50). En notas medias cuesta que baje el aroma resinoso, pero cuando ocurre esto predomina un vetiver denso algo alimonado que debe ser una interferencia generada por el choque con los florales todavía solapados. Las flores no brillan en forma independiente y forman parte constante del entorno chiprés, donde el ylang-ylang forma parte de una constante terrosa y las rosas con el jazmín aparecen integradas en el perfume en una forma similar a los florales de Rive Gauche de YSL, destacando ocasionalmente el jazmín como una veta limpia con trazas de limón. El final tiene características de chiprés por la presencia de musgo de roble, pero es menos animal, menos maderoso y más verde que otros chiprés de la época, con una carga mayor de vetiver con pachulí que le da un terroso mentolado algo masculino.

La fragancia muestra el perfil de una época diferente a la actual, de mujeres elegantes que han mantenido esta imagen por años o de tonos rupturistas algo oscuros e invernales de edad imprecisa. El aroma tiende a una época invernal ya que no es fresca, sintiéndose más nocturno que de diario, con tendencia a eventos de gala elegantes por definición. La misma elegancia se proyecta en oficina, en una mujer de puesto ejecutivo o de imagen pulcra y de autoridad. De diario deja la sensación de pérdida, asumiéndose que si se usa en el día es porque va camino a un escenario de oficina, o se mueve en terreno bajo las mismas condiciones que una ocasión de trabajo. El romanticismo que tiene es bajo de acuerdo a los estándares actuales, ya que antes se tendía a asociar elegancia despampanante con seducción. Sobre el rango de edad, siempre existe la posibilidad que una mujer de 25 años o menos use este perfume para proyectar una imagen que destaque por oposición más que por complemento (donde se busca que el aroma choque con la imagen de quién lo usa, resaltando que es más joven o atractiva de lo que aparentaba en un comienzo... una idea en la que se basaba Chanel Nº5), pero proyecta una imagen que asienta mas en una mujer entre 35 y 60 años.