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Altamir by Ted Lapidus

Lanzada al mercado en el año 2007, el nombre de esta fragancia está inspirado en las pintura rupestres de la cueva de Altamira en España. El frasco tiene cortes rectos y simples que dan una idea masculina, e incluso los tonos ocres, amarillos y dorados de la caja y el tapón insinúan junto al nombre "Altamira" la idea de un paisaje algo árido y desértico bajo el sol. La fragancia coincide en el mismo año con Fleur du Male de Jean Paul Gaultier, que por una extraña coincidencia de estilo ambas explotan un intenso aroma de flor de azahar poco común en fragancias masculinas. Posiblemente por un asunto de marketing o lanzamiento anticipado, Fleur du Male es más conocida y se le considera como la pionera en el uso de esta flor.

En notas de cabeza se sintió bastante dulce y algo ambarado suave. Aunque el frasco declaraba notas de nerolí con bergamota y hojas de piña, en partida no fue extremadamente cítrico, como un intermedio entre una fragancia veraniega y una semi densa dulce de invierno. En notas medias la fragancia tomó notas de tonos más florales, hasta con un dejo algo femenino. La notas más obvia es la flor de azahar o brote de naranjo amargo, que huele como a la fase floral de Fleur du Male de Jean Paul Gaultier. Aparece declarada una nota de jazmín también junto con ciclamén, pero quien domina esta fase es la flor de azahar. El dulzor parece venir de un grano de tonka, más dulce y frutoso que una vainilla, más leves trazas de madera que parecen insinuarse desde la base. En notas finales las flor de azahar sigue presente pero con mayor presencia de vainilla dulce tipo pastelería o granos de tonka. El dulzor es menos notorio y no tan dominante, aunque presente en una capa de musk algo tibio. Entremezclado con el dulce parece haber ámbar y aunque se declara una nota de pachulí, parece quedar bajo el aroma de la flor de azahar.

El estilo de la fragancia recuerda en la primera aplicación el estilo de las fragancias dulces, densas, masculinas e invernales de los años ochenta, pero gradualmente una nota floral le da un tono femenino agradable... no se siente ambiguo si no al contrario, como una fragancia bastante masculina con una nota femenina adictiva para disfrute personal. Tiene un estilo de diario más invernal que veraniego, es fresca con calor pero no como para andar trotando con ella y sudándola. En oficina destaca por limpieza y aroma diferente, es elegante sin caer en lo viejo o tradicional. De noche se siente agradable, recuerda una noche de verano con aire tibio en estilo formal o informal... para invierno es algo informal, agradable y más relajada. En el estilo romántico las notas florales son agradables y aunque el dulzor no alcanza niveles gourmand, los tonos de flor de azahar establecen un espacio común que gusta a ambos sexos. Rango de edad entre 25 y 45 años.