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Rive Gauche by Yves Saint Laurent

El nombre "Rive Gauche" (traducido del francés como "rivera izquierda" o "borde izquierdo") corresponde al sector sur de París, con respecto al río Sena, donde se desarrolló el París romántico, de estilo bohemio y caracterizado por artistas o escritores sentados en cafés, y que fue el escenario principal de la moda francesa de comienzos del siglo XX. Yves Saint Laurent aprovechó este nombre su primera línea de ropa "prêt-à-porter" que creó en 1966 y para este perfume que lanzó en 1971. Aunque Tom Ford reformuló la fragancia para darle un toque moderno en un envase con tonos más plateados, el perfume que probé estaba basado en la mezcla original, con envase azul y franjas menores negras y plateadas.

La partida es bastante aldehídica, con una sensación de perfume antiguo e intenso, con presencia de cítricos ensamblados con los aldehídos que complementan la idea de perfume antiguo. Hay notas maderosas mezcladas con los aldehídos, posiblemente sándalo o el vetiver que se declara en el frasco del perfume, que le dan un estilo invernal nocturno y serio. En notas medias los aldehídos persisten en forma intensa, pero al oler el papel de prueba por varios minutos se sienten trazas florales densas, no frescas, de rosas tradicionales y otras flores densas (posiblemente ylang-ylang) que dan un tono floral áspero. En notas de base los aldehídos siguen marcando presencia pero en forma de un aroma atalcado (en este punto me detengo, porque los aldehídos siempre me confunden... se siente un aroma a limones como de colonia vieja en este punto, pero no sé si son notas genuinas de limón de la cabeza, o los aldehídos huelen siempre a talco con limones). La presencia de flores tradicionales aporta más a la idea de una fragancia antigua, con un ylang-ylang más terroso (pero más floral que un iris) y rosas clásicas ocasionales. Aunque el frasco del perfume señalaba la presencia de vetiver, no se siente un aroma masculino, pero sí un tono terroso general entre el ylang-ylang y los aldehídos. Puede que haya maderas o musgo de roble al final, que aportan más notas terrosas.

El aroma de Rive Gauche es clásico y fácil de reconocer, propio de un periodo... incluso al olerlo me recordó mucho la época de los años 70, a perfumes que usaban tías o a casas de abuelas cuando era chico (no creo que todo el mundo usara Yves Saint Laurent, pero sí que el aroma inspirara a colonias más sencillas y más accesibles para la época). Aunque por lo general se bromea que el Chanel Nº5 es el olor de las abuelitas, el Chanel huele más fresco y es menos aldehídico que Rive Gauche... recuerda un poco al Caleche de Hermès, pero con un final más terroso. Por la intensidad de sus notas y por la presencia que proyecta, se siente que en un uso diario se pierde (es como imaginarse a una abuelita con abrigo de piel y cuello de zorro sentada quieta en una mecedora). Toma mucho más dinamismo y elegancia en ambientes con más gente donde pueda proyectar el aroma, incluso consiguiendo que la edad de uso baje y no se asocie con la imagen de una veterana, como por ejemplo un evento formal nocturno. En una oficina es algo discutible, ya que si se maneja un puesto estático, de escritorio, vuelve a recordar la idea de una ancianita en una mecedora... diferente es en alguien que organiza reuniones y se desempeña en forma dinámica. Por el lado romántico no aporta mucho ya que es un perfume de personalidad y no insinúa el andar buscando compañía. Por la presencia de limones y también por la presencia de notas terrosas, es atemporal para verano o invierno. Calza bien en una mujer madura, entre 40 y 45 años, que se basta a sí misma y proyecta una imagen de seguridad ganada con el tiempo y con personalidad. Puede funcionar en un entorno de edad cercano, entre 35 y 50 años, pero fuera de ese rango el perfume juega en contra: envejece mucho a alguien más joven y con menos personalidad, y a mayor edad exige dinamismo para no parecer viejo.