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Nina by Nina Ricci

Esta fragancia del año 2006 se inspira en aroma y frasco en las manzanas confitadas de la infancia, dándole al perfume una connotación un poco más inocente y apuntando a un segmento de edad más joven que el resto de las fragancias de Nina Ricci. Del aroma destaca el uso de una nota de praliné para imitar a las manzanas confitadas, nota que desde ese entonces comenzó a masificarse en otras fragancias como el CH de Carolina Herrera que es prácticamente confituras. Del sitio de Nina Ricci declaran que las notas principales del perfume son: limón de Calabria, limón verde de caipiriña (un limón verde pequeño de la familia de la lima, conocido en Chile como "limón de Pica"), manzana, praliné, vainilla, peonia, flor de la luna (denominación para un grupo de flores que florece solo de noche), madera de manzano, cedro blanco y musk.

La partida se siente dulce, con una base de praliné bastante notoria acompañada de frutas frescas que oscilan entre los cítricos dulces (que se sienten como cáscaras de limón) y los frutales rojos que tienden a dar notas entre la guinda y la frutilla. El paso a notas medias es rápido, marcado por una disminución de los cítricos en favor de un aumento de presencia de los frutos rojos, los cuales comparativamente se sienten menos densos y con menos estela que otras fragancias de estilo chicloso o adolescente también basadas en frutales rojos, dejando espacio para que se sientan algunos florales de la línea de la peonia suave y no intrusiva, más notas de azúcar del praliné que siguen presentes. Por momentos el limón reaparece bastante aromático y dando tonos frescos que se acercan ocasionalmente al de las piñas. El final sigue siendo dulce, con trazas de frutos rojos, sin cítricos y una primera impresión de florales frescos. Muy al fondo el praliné se siente con dejos tostados con dejos de vainilla e incluso canela, pero en términos generales domina el dulce tipo azúcar.

La fragancia presenta un estilo bastante joven que es determinado por los frutos rojos y el praliné, pero en un estilo más inocente y más delicado que otras fragancias actuales también basadas en frutos rojos. Aunque por frescura y suavidad da una inclinación hacia el verano, el praliné dulce la aleja de la idea de fragancia refrescante de verano y la acerca a épocas más frescas, en un estilo atemporal. El aroma en general se siente joven y relajado, de diario y oficina apelando a una imagen femenina y limpia levemente informal. De noche pierde fuerza al ser un aroma delicado, pero potenciándose en escenarios románticos íntimos. Rango de edad joven, entre 20 y 35 años.