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Familias aromáticas: Maderas

Dentro de las familias aromáticas usadas en perfumería, el grupo de las maderas es uno de los más antiguos y a la vez uno de los más descuidado al dejar la sensación de ser un conjunto de árboles y plantas aromáticas que quedó como remanente tras la partida de algunos integrantes emblemáticos de las familias especiadas (como la canela que es una corteza de árbol), de inciensos aromáticos (que son exudaciones de la madera) y verdes (en especial de hojas de arbustos aromáticos y árboles que posee un matiz más vegetal que la madera), reteniendo esta familia una imagen algo compacta y seca de tonos tipo pino asociados a aromas de aserradero o de bosque húmedo.

Las maderas tienen como ventaja el ser una materia prima de bajo costo cuyos aceites esenciales pueden ser extraídos de manera natural gracias a su resistencia a las altas temperaturas en destilaciones por infusión o al vapor, soportando además la agresión de solventes químicos y el paso por métodos mecánicos de corte y presión. El resultado es un aroma por lo general intenso y concentrado que tradicionalmente se ha asociado a un público masculino y que por su uso desde los comienzos de la perfumería moderna también ha tenido una interpretación madura, antigua o poco dinámica al ser esencias relativamente conocidas y con pocas variaciones focalizadas en notas de cedro (con un acabado ligeramente verde mentolado que se usa como aceite repelente de polillas), sándalo (que forma parte del aroma ambiental de las tiendas de venta de inciensos), eucalipto (usado en preparaciones medicinales como descongestionantes nasales y en ungüentos para el dolor muscular), ciprés, pino (ambos con un rasgo resinoso verde de bosques o árboles de Navidad) y roble (un aroma ligeramente ahumado que aporta rasgos de vainilla, clavo de olor y tabaco al vino al ser usado en barricas de reserva) junto con su derivada de musgo de roble (que también toma rasgos de roble pero con una apariencia más húmeda de bosques). Caso especial es la nota clásica de vetiver que corresponde a las raíces de un arbusto, pero dependiendo de la concentración de la esencia y el origen geográfico de la materia prima el aroma puede oscilar entre maderas clásicas al cedro y ciprés o ir al extremo de un efecto de brisa acuática con matices verdes.

Tan sólo en la última década del siglo 20 el grupo amaderado ha mostrado una mayor variedad de nuevas notas, principalmente por la búsqueda de tonos más exóticos como la madera de caoba, baobab, ébano, guayaco, higueras, olivo, teca y de árboles frutales, como también ha existido investigación en moléculas mejoradas que entregan un aroma de aspecto más natural y profundo como el Cashmerán, Akigalawood, Javanol e Iso E Super, complementando las líneas clásicas de sándalo, cedro, vetiver y ciprés que siguen en uso.

Es relativamente fácil encontrar ejemplos de perfumes amaderados en el segmento masculino ya que las maderas suelen aparecer como un complemento a tonos de cuero, vetiver y vainilla como en Vetiver Essence de Ferrari del 2014 que aporta una madera de avellano al cedro y ciprés con musgo, 1200°C de L'bel donde una combinación de cedro y ciprés con pino ayudan a crear una idea de lava primitiva al olíbano, o Black Soul de Ted Lapidus del 2009 que opone un segmento frutal con una base de madera muy especiada que retiene referencias al clásico Ted Lapidus pour Homme de 1987, rematando en el cedro Atlas intenso al vetiver de Terre d'Hermès del 2006 que es una oda a la tierra y que en cierta forma moderniza los pilares clásicos planteados en Polo de Ralph Lauren de 1978, Agua Brava de Puig de 1968 y Pino Silvestre de 1955, destacando también un matiz juvenil bien aprovechado en Urban Wood de Nike Perfumes del 2019 donde la madera entrega profundidad a una nota dinámica de café.

Dentro del segmento femenino existen propuestas actuales algo oscuras como My Heroine de MAC del 2016 que sigue una línea de ahumados parecida al sándalo casi puro de The Voice of Reason de Lush del 2012, con la madera siendo usada de manera secundaria en otras fragancias más frescas y con el propósito de resaltar otras características como en el caso de Her Secret Desire de Antonio Banderas del 2019 que se cruza con aportes de cacao, el acabado tostado de Dance Moonlight de Shakira también del 2019 que se confunde con vainilla.

En el campo unisex Banana Republic tiene unas propuestas interesantes en Rosewood del 2006, Wildbloom del 2011 y Cypress Cedar del 2018, donde esta última fragancia da un giro al cedro Atlas masculino de Terre d'Hermès abriéndolo a un público femenino. Wood & Spices de Montale del 2005 lleva un nombre que se siente agresivo pero es otro caso de madera usada de manera complementaria para sostener una flor de azahar de presencia unisex que se siente como la edición femenina de Altamir de Ted Lapidus.