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Familias aromáticas: Gourmand

La familia gourmand difiere en su definición con las otras familias aromáticas al sentirse más bien como un estilo de combinación o presentación de notas en lugar de un conjunto de notas único y particular, como el caso de las maderas, flores, frutas, especiados, verdes y maderas, siendo a grandes rasgos la intención de representar un concepto comestible por medio del aroma de un perfume.

La forma en que se han manejado las fragancias gourmand a nivel comercial gira en la mayoría de los casos en representaciones de postres, golosinas y bebidas recurriendo a referencias potenciadas de frutas y vainilla, granos de tonka, extractos de cacao, café y vetas de licor, planteando la duda de cuándo una nota particular pertenece exclusivamente a una familia aromática: una fruta es parte del grupo frutal pero ¿cuál es el límite que se cruza para que entre al grupo gourmand? Si alguien huele una fragancia y no sabe que una frambuesa densa es una representación de un sorbete helado, ¿el aroma es un frutal o un gourmand?. Lo mismo puede aplicar para perfumes que usan por ejemplo el complemento de una nota de café para crear un soporte tostado invernal de una manera más suave y menos clásica que un incienso o una madera, sin que por ello queden clasificadas como un capuchino. En este sentido los perfumes gourmand son similares a las fragancias chiprés que corresponden a un estilo y una forma de combinar notas florales, frutales y amaderadas para crear un fondo terroso ligeramente al musgo. El hecho que la mayoría de los productos comestibles y los postres (que son el objetivo más frecuente de los perfumes gourmand) se elaboran con frutas, especiados, vainilla, miel y productos de origen vegetal que caen en el rango aromático verde refuerza la idea de una composición basada en diferentes grupos olfativos.

Existen notas particulares que no alcanzan a caer dentro de la clasificación de otra familias aromáticas como el efecto de azúcar, algodón de azúcar y caramelo producido por un compuesto llamado etil maltol usado desde mediados del siglo 20 en la industria alimenticia y de manera tímida en perfumes pero como un complemento de la vainilla y del dulzor frutal, y las lactonas que están asociadas a efectos de crema láctea pero que en bajas cantidades forman parte del aroma característicos de duraznos, coco, savia de higueras y tuberosas. Nuevamente el paso de una familia frutal o floral a una gourmand está determinada por la densidad de las notas usadas.

La primera fragancia que abrió el concepto gourmand fue Angel de Thierry Mugler en 1994 imponiendo una dosis más alta de lo habitual de etil maltol combinado con un efecto de pachulí denso, puntos de miel y piña, ocurriendo una primera oleada de aromas de postre que continuó con Pink Sugar del 2003 de la marca italiana Aquolina, Flowerbomb de Viktor & Rolf del 2005 y CH de Carolina Herrera del 2007, apareciendo una línea paralela en el 2005 con Fantasy de Britney Spears que despertó el interés en un segmento juvenil por aromas de postres y bizcochos mediante la manipulación de una nota de vainilla, siendo el referente para varios de los lanzamientos de marcas de celebridades como Ariana Grande y Nicki Minaj, o adaptaciones de marcas tradicionales a un público joven como Nina de Nina Ricci del 2006 y Prada Candy de Prada del 2011.

En el segmento masculino los tonos gourmand también fueron propuestos por Thierry Mugler en A*Men de 1996 y reforzados por las ediciones limitadas temáticas como Pure Malt, Pure Coffee y Pure Tonka, aunque existe un primer antecedente algo tímido y poco conocido de Animale Animale for Men de 2 años antes que también ronda ideas de caramelo y chocolate, apareciendo otras propuestas que usaron notas dulces pero sin un propósito publicitariamente comercial como el tono de café de Rochas Man de Rochas de 1998 y de Very Irresistible for Men de Givenchy del 2005, la vainilla dulce más bien oriental de Pi de Givenchy de 1998 y la nota de chocolate de Big Pony Red #2 de Ralph Lauren del 2010, apareciendo intenciones más directas a un postre de tiramisú con Uomo de Salvatore Ferragamo del 2016 pero que todavía puede confundirse con una propuesta aromática de vainilla con café.

La familia gourmand todavía guarda potencial y no necesariamente centrándose en tonos dulces de azúcar y caramelo, por ejemplo Womanity de Thierry Mugler del 2010 es una propuesta que se basa en una nota de caviar pero que es presentada de forma suave y por ese motivo está al borde de una línea marina. Con las técnicas de extracción basadas en Headspace que atrapan las moléculas aromáticas que rodean un objeto todavía es posible proponer nuevas líneas basadas en comida como extractos grasos animales, tostados particulares como el pan y otras elaboraciones culinarias las cuales hasta ahora han sido manejadas de una forma más bien tramposa recurriendo a notas aromáticas tradicionales montadas en conjunto para imitar otra inaccesible, como los inciensos al sándalo que produjeron el aroma casual de salsa barbacoa en The Voice of Reason de Lush del 2012 y que pudieron ser la base de inspiración para el lanzamiento limitado en Japón de "Flame Grilled" de Burger King del 2015 que representaba el aroma de una hamburguesa.

Tal vez ese es el problema de la falta de identidad del grupo gourmand como una familia aromática, ya que las composiciones actuales pueden desarmarse en otras familias aromáticas manteniendo a los perfumes gourmand como un estilo o una moda al igual que la serie chiprés. Cabe recordar que en sus comienzos se estimó que un perfume basado en notas azucaradas sería una broma y una jugada poco seria para una industria centrada en la elegancia y el lujo, por lo que faltaría un atrevimiento o un cambio de paradigma de alguna nueva fragancia innovadora para que la familia gourmand se consolide por sus propios medios y con sus propias notas.