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Bambú Radiant Edition Hombre by Adolfo Domínguez

Esta fragancia del año 2019 se agrega a la serie de ediciones que se han creado dentro de la marca del diseñador español Adolfo Domínguez a partir de los lanzamientos de Bambú y Bambú Mujer en el 2010, con Radiant Edition siguiendo una tendencia de lanzamiento pareado para hombre y mujer al igual que las ediciones de años anteriores donde la versión masculina se apega a un estilo aromático que combina un centro floral con una base de resina. El envase sigue la forma de botella estándar de las ediciones masculinas de Bambú con un cuerpo cilíndrico con una hendidura vertical, destacando un vidrio coloreado en un gradiente de marrón oscuro a transparente, dejando ver un líquido en el interior de color ámbar. En el sitio de Adolfo Domínguez no aparecen referencias a la colección Bambú y a este lanzamiento, sin que se cuente con un listado oficial de sus notas.

En partida el perfume destaca un tono cálido de resina con un cítrico al grano de tonka que avanza rápido a violetas e iris asentándose en una naranja, agregando a los 5 minutos especiados frescos de nuez moscada y jengibre que fomentan un acabado acuático de la naranja y afinan a los 10 minutos una sensación atalcada de violetas como la de Le Male de Jean Paul Gaultier y de los productos de Dove Men+Care, tomando a los 15 minutos rasgos verdes de 212 Men de Carolina Herrera en salvia y pimienta sobre musgo y marcando a los 20 minutos una tendencia a un jabonoso de salvia y violetas. En fase media a los 30 minutos la fragancia gira en un tono principal de talco compacto de musgo, violetas, bergamota, ámbar y sándalo, avanzando a 1 hora con un tono marino que se basa en los aportes de violetas e iris y plantea un aporte de ámbar gris con musgo de bosques y naranja amarga. Sobre las 2 horas la fragancia se suaviza y se vuelve más dulce elevando una nota de ámbar sobre cáscaras de naranja conservando un fondo marino suave que tiende a una variante más terrestre de tonos verdes de pomelo, siguiendo a las 3 horas con un acabado principal de musgo verde al iris con una componente amarga en descenso que bordea un pachulí, volviendo a las 4 horas a un desplante floral seco de iris y violetas atalcadas con un dejo de cuero al vetiver. Al superar las 6 horas el perfume reduce su intensidad manteniendo un centro de violetas con cuero al musgo pero aligerando la presencia seca con intervenciones cítricas un poco más dulces que incluso se sienten como frambuesas al agua con un punto vago de pachulí confitado, cambiando parte de la estructura del aroma a las 9 horas donde la sección de talco de violetas pierde su acabado oscuro agregando un tono de cardamomo con insinuaciones de regaliz al anís que deja pasos a desarrollos dulces de licor basado en ámbar con azúcar tostada en menor grado y pasos por té verde, flor de azahar y aires de fruta roja, llegando a las 12 horas con un tono plástico que equipara una flor de azahar con violetas al regaliz, cambiando las referencias dulces de fruta y azúcar por un musk que tiene en el fondo un aire vago marino de ámbar gris. En fase final a las 24 horas el perfume recupera parte del hilo inicial de granos de tonka a la vainilla al reducir la nota del talco de violetas, dejando espacio para aportes de madera y un punto suave de hule de resina o vetiver con residuos de cuero y pachulí.

La fragancia tiene un comienzo atractivo que decanta con el paso de las horas en un fondo atalcado floral de apariencia seca y más cotidiana que recuerda propuestas astringentes en la línea de 212 de Carolina Herrera, a nivel de diario mostrando un desplante de corte atemporal que se adapta a la realización de actividades deportivas mesuradas. En oficina el aroma tiende a un estilo más bien cotidiano y personal cercano al otoño planteando vetas de corte oscuro que se adaptan a ocasiones informales y semiformales, teniendo un efecto memoria que está dentro del promedio al seguir una línea que se siente conocida de otros productos. A nivel nocturno el perfume consigue una mejor acogida dentro de un público joven informal de fiestas con un aroma en parte agresivo que supera la contaminación ambiental, teniendo algunas aristas ásperas y rústicas que frenan un desplante elegante en situaciones semiformales sin alcanzar a llegar al extremo formal. En lo romántico la fragancia pasa por secciones mayoritariamente secas y oscuras que no alcanzan a crear un ambiente acogedor o de conquista, dejando la idea de ser un perfume de disfrute personal. Rango de edad entre 20 y 60 años.