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Eau de Rochas Homme by Rochas

Este perfume del año 1993 surge como la contraparte para Eau de Rochas de 1970, coincidiendo ambos en el uso de un cuerpo de agua cítrica que se asocia al frescor de las costas del Mediterráneo y planteándose como una colonia distinguida y sin época que contiene el secreto de la elegancia de un hombre, siendo junto con Rochas Man uno de los 2 perfumes que se mantienen en producción por la marca para el público masculino. El envase considera una botella de caras rectangulares y frente con una textura en el vidrio que representa ondas de agua, estando rematado por un tapón cilíndrico gris y conteniendo un líquido de color amarillo. En el sitio de Rochas describen a la fragancia con las siguientes notas: bergamota, limón, lima, mandarina, cilantro, albahaca, pino, ajenjo, ámbar, musk, musgo de roble, vetiver y cedro.

En partida el perfume comienza con notas vegetales que contienen rasgos de café y plátano verde insertos dentro de un cuerpo principal de agua de limón, aumentando el aroma a los 5 minutos a pomelo y limón teniendo un grado de similitud con Boucheron pour Homme e YSL pour Homme, manteniéndose constante el aroma a los 10 minutos en un agua de limón natural y presentando a los 15 minutos oscilaciones en pomelo que se mezclan con la sensación de un especiado a la madera que aparece poco definido en este punto, pasando a los 20 minutos a aromas de cáscaras de naranja al agua en un formato de infusión. En fase media a los 30 minutos la fragancia incluye pequeños picores de semillas de cilantro junto con herbales aromáticos a la lavanda y albahaca, destacando a 1 hora un efecto más dulce que está basado en limón, pomelo y mandarina pero que agrega un tibio de ámbar que se comporta como miel y polen. A las 2 horas la fragancia incorpora acabados de palisandro y vetiver suave a un cuerpo central de agua de limón dulce que tiene una inclinación seca a cáscaras de naranja, cruzándose una línea vaga de mantequilla láctea y grasa que tiende a pachulí con resina a la mirra, tomando un repunte del limón hacia verbena y lemongrass, apareciendo nuevos aportes amaderados en nuez moscada y vetiver fresco sobre un centro verde a la lima con puntos acuáticos que se desplazan a enebro, bajando a las 4 horas el cuerpo alimonado en favor de tonos secos de vetiver con incienso con un fondo de agua y ámbar. Sobre las 6 horas el aroma cambia de estilo al incluir una nota fresca de cuero que resalta los tonos ahumados de un vetiver con incienso junto con alzas de palisandro que cambian la tonalidad de las naranjas empujándolas a jengibre y semillas de cilantro en un estilo mediterráneo terroso que conserva referencias a lavanda y limón, destacando a las 9 horas una presencia tibia que se basa en una nota fresca de vetiver de acabado polvoso por influencia de musgo junto con porciones toscas alimonadas verdes a la semilla de cilantro con un punto volátil en el fondo asociado a un incienso en retroceso, desarrollando a las 12 horas picores de vetiver complementados por incienso, una aquilaria muy suave, musgo, nuez moscada y pomelo con un dejo de lavanda al iris. En fase final a las 24 horas el perfume establece una línea mediterránea terrosa más alta que equipara al cuerpo cítrico, considerando un centro de cuero con musgo, semillas de cilantro y vetiver al jengibre sobre un fondo de bergamota y pomelo con menta suave de enebro que en conjunto se comportan como una flor de azahar.

La fragancia plantea un equilibrio entre el estilo limpio de la década del 90 y una herencia de notas profundas y de origen limpio y natural, logrando un aroma que durante la mitad del tiempo se mueve sobre una línea de agua de limón y que gradualmente abre paso a bases más oscuras de incienso, vetiver y semillas al musgo, a nivel de diario apuntando a usos atemporales bajo techo en climas fríos y al aire libre en primavera y verano, teniendo un frescor que se adapta a eventos deportivos mesurados. En oficina el aroma se apoya en una línea limpia de buena proyección y apegado a un estilo mediterráneo terroso que recuerda de manera suavizada algunos clásicos de las décadas de los años 70, cubriendo el segmento informal y semiformal con un efecto memoria que está sobre la media en un agua natural de cítricos con fondo de tierra fresca. A nivel nocturno el perfume deja una sensación de madurez que juega en contra a un público muy joven, pasando a segmentos todavía jóvenes pero de mayor edad en situaciones informales limpias y semiformales de climas más cálidos, pudiendo mostrarse de manera adecuada como una propuesta artesanal en un evento formal de verano. En el caso romántico el aroma tiene algunos matices gratos, en especial en la primera mitad de su evolución que pueden resultar atractivos a nivel social y en salidas en pareja dentro de un segmento no juvenil. Rango de edad entre 25 y 60 años.