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L'Eau d'Issey pour Homme Sport by Issey Miyake

Esta fragancia del año 2012 aparece como una nueva edición de L'Eau d'Issey pour Homme de 1994 que tiende a independizarse de versiones anteriores de verano al usar nuevas notas en concentraciones diferentes conservando el centro básico de vetiver con nuez moscada, con una estructura más fresca que se apega a un movimiento de otros productos de diseñador que han preparado versiones emblemáticas de sus fragancias en un formato Sport. El envase sigue las líneas rectas de perfil triangular establecidas por el primer L'Eau d'Issey pour Homme y usadas en las ediciones limitadas posteriores, con una botella de vidrio transparente ligeramente ahumado y con acabado brillante a modo de unas gafas de nieve y un tapón envuelto en goma texturizada que se inspira en la empuñadura de un aparato deportivo como una bicicleta o un bastón de ski. En el sitio de Issey Miyake Parfums destacan las siguientes notas principales para esta fragancia: mezclas cítricas, pomelo, bergamota, nuez moscada y vetiver.

En partida la fragancia muestra un inicio alimonado hacia cáscaras de limón con influencia de verdes tipo líma y porciones de verdes de hojas, con poca relación inicial con el ácido de la versión original de L'Eau d'Issey pour Homme excepto por una veta de vetiver fresco y ligeramente áspero que solía aparecer hacia el final, agregando a los 5 minutos unos puntos de jengibre fresco que aportan un efecto chispeante tipo gas de agua carbonatada. En fase media a 30 minutos el aroma toma un carácter floral breve que luego deriva a aires de mandarina fragante, retornando a chispeantes de jengibre y ásperos de vetiver que se funden con el jengibre dando un aspecto terroso al fondo, reduciendo la proporción de alimonado a 1 hora de la partida en favor de un cuerpo de agua especiada que amplía el punto terroso a una nuez moscada suave, la cual asciende rápido dominando el aroma antes de 1 hora y media de la partida, estabilizándose luego a las 2 horas en un tono áspero y terroso que vuelve a incluir al vetiver y con un giro del alimonado hacia un pomelo más astringente. Pasadas las 3 horas la fragancia muestra oscilaciones de la nuez moscada hacia pimienta suave, retomando un efecto floral a cargo del pomelo que se siente suave y bastante dulce que lo acerca a tonalidades de musk, con el jengibre teniendo un ascenso rápido que lo coloca momentáneamente a las 5 horas como nota principal, volviendo a las 7 horas a secos de nuez moscada con más presencia de vetiver verde con efectos alimonados, con intervenciones graduales de madera de sándalo y jengibre con gas carbónico y pomelo que producen una mezcla fría y determinada por sensaciones de arbustos que recuerda un cruce entre la primera versión de L'Eau d'Issey pour Homme con Guerlain Homme y bases de madera de perfumes de los años 90 al llegar a las 12 horas de aplicado. En fase final sobre las 24 horas se siente una diversificación de los especiados, con la nuez moscada abriéndose a una pimienta con anís que trae recuerdos de la base de Azzaro pour Homme seguido de un alimonado de verbena más apagada que se sostiene como base, con el vetiver brillando como nota principal en una modalidad limpia potenciada por los vestigios de jengibre, con puntos dulces de bergamota cercanos a agua hacia el fondo.

La fragancia destaca por ofrecer una mezcla que deja de lado el efecto de yuzú cítrico punzante que caracterizaba a L'Eau d'Issey pour Homme en favor de tonos verdes que arrastran dulces de pomelo y resaltan con más fuerza al cuerpo especiado del original, con una orientación bastante fresca y no densa que encaja bien en un uso de diario veraniego de exteriores, con partes serias semiformales que aguantan un uso deportivo mesurado con la incorporación del punto de jengibre que es el que mantiene un aura fría y refrescante. En oficina el aroma propone un aroma llamativo que se siente como una mejora con respecto a su predecesor al no producir un efecto intrusivo, consiguiendo de paso un buen efecto memoria centrado en vetas de jengibre y nuez moscada con un vetiver no viejo que mantiene una imagen semiformal pulcra, ya sea de cuello abierto o usando traje y corbata, potenciando una idea de autoconfianza y seguridad en si mismo por el lado profesional al exponer ideas o cerrar tratos. En el campo nocturno la fragancia ofrece un efecto limpio bien logrado que encaja por oposición en ambientes sucios tipo pubs, tal vez mostrándose más serio en fiestas con baile pero consiguiendo un buen potencial en cenas elegantes e incluso en matrimonios jóvenes de verano. En lo romántico la fragancia muestra líneas atractivas que se distinguen del promedio, tal vez sin un efecto sensual explícito y retornando por momentos hacia sensaciones serias a corta distancia que se inclinan a un uso más bien personal que conquistador. Rango de edad entre 25 y 45 años.