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Estée by Estée Lauder

Este perfume del año 1968 corresponde a la segunda fragancia creada por la empresa Estée Lauder, fundada en 1935 por la estadounidense Josephine Esther Mentzer y su marido Joseph Lauter, quienes ya habían creado su primera fragancia Youth Dew en 1953 siguiendo un formato de uso cercano al de un aceite de baño con potencia equivalente a la de un perfume, con Estée iniciando una serie de lanzamientos más frecuentes durante la década de los setenta y apegándose a su antecesor directo al usar dos tipos de presentación: un formato Super Cologne fresco para usar de diario y apegado a la idea de un jabón, y una segunda versión Pure Fragrance más concentrada equivalente a una denominación Eau de Parfum. La fragancia usa una botella de base ancha y hombros estrechos con una tapa cilíndrica plateada, con la edición Super Cologne usando un vidrio liso y la edición Pure Fragrance recurriendo a relieves y facetados, con una caja de color azul con un rectángulo plateado que baja desde la cara superior y que se apega a un diseño estándar ya usado en Youth Dew y Beautiful. En el sitio de Estée Lauder señalan que las notas básicas de este perfume son: jazmín, rosas, lirios del valle, semillas de cilantro, ylang-ylang, iris, sándalo, musgo, frambuesas, duraznos y cítricos.

En partida el perfume muestra una tonalidad limpia cercana a un jabón de jazmín con una fuerte carga de aldehídicos de detergente, con impresiones de florales clásicos solapados en la base ligeramente frutales que incluso dan un punto de durazno con cercanía a rosas, más una idea de ylang-ylang en aumento que trae recuerdos de una línea de Red Door. En fase media a 20 minutos se mantiene la capa aldehídica dominante, con la sensación de jabón yendo a la baja y aumentando una línea más tibia de florales mesurados de corte clásico con dominio de ylang-ylang y soporte de duraznos de aspecto floral, con cruces de efectos de miel seguido de fríos de tallos y porciones verdes ligeramente especiadas, con aires de fondo que recuerdan partes de Anais Anais de Cacharel a nivel ambiental y un desarrollo de una veta limpia de flores derivada del jabón y que apuntan hacia jazmines y lirios del valle con musk después de 1 hora de aplicado. A las 3 horas el perfume mantiene un comportamiento relativamente lineal con respecto a la veta dominante de aldehídicos, con una baja en el brillo de la nota de ylang-ylang y con una evolución del tinte de miel hacia un inciensado más ahumado tipo palo santo, con un rasgo de alimonado que parece derivado del aldehídico y con tonos oscuros que se afinan a las 6 horas desde el inciensado que llegan a un musgo con violetas concentradas o iris terroso por un dejo breve a algas, conservando un dulce en la parte superior que recuerda una rosa con dejos de durazno como en Tresor de Lancôme pero en un formato mucho más diluido. A las 10 horas el aroma se concentra en un jazmín de aspecto más conocido y clásico común en fragancias más antiguas y en ediciones más sencillas inspiradas en estos perfumes, arrastrando una veta fría frutal tipo grosella ácida que se convierte en un ylang-ylang muy concentrado con rasgos de enebro masculino y agua de violetas con iris con vestigios de ámbar y miel con moras que se sostiene con pocas variaciones hasta las 14 horas. En fase final a las 24 horas disminuye la veta principal de aspecto antiguo retornando la capa dulce de aspecto amielado con partes de grosellas suaves cercanas a moras, con un fondo de jazmín al jabón que conserva una estructura cercana a Imagina de Ágatha Ruiz de la Prada y puntos esporádicos de incienso tipo palo santo, todo rodeado de un aura polvoso de aldehídicos.

El perfume sigue una estructura formada por ingredientes clásicos donde se distinguen dos fases diferentes producto de la evolución de la fragancia, con una primera etapa que muestra mayor riqueza de notas y que trae recuerdos breves y oscilantes de algunas fragancias clásicas como Red Door, Tresor y Anais Anais, con una segunda fase más áspera y lineal centrada en tonos más antiguos que recuerdan la década del setenta en torno a aldehídicos más marcados con jazmín y que se mueven entre un Charlie de Revlon más complejo y con grosellas y una variante de Imagina de Ágatha Ruiz de la Prada, presentando líneas no agresivas que al comienzo se sienten frescas en un uso de diario veraniego, algo alejada de situaciones funcionales o deportivas y apuntando a una imagen limpia semiformal y muy femenina, con la segunda mitad aportando más edad y sensaciones menos activas y maduras. En oficina la fragancia se proyecta en las primeras 6 horas en el segmento pulcro y correcto profesional, de presencia distinguida sin dar la idea de un perfume maduro pero también alejándose de efectos más modernos y de tendencias más masivas, con inclinación a un uso discreto y personal más que apuntando hacia un público específico, con la segunda mitad afectando el impacto a nivel de público al volverse más clásico y aportando con un efecto memoria mediano por la idea de aldehídico que a menudo se confunde con jabón y por la impresión de un aroma antiguo algo atípico en la actualidad. En el campo nocturno el aroma tiende a perderse ante una contaminación ambiental alta, pudiendo reforzar la presencia de su primera etapa con más aplicaciones en espacios limpios como cenas y eventos sencillos dentro del rango semiformal, pero dejando la impresión de un tono de jabón fragante derivado de un uso tardío de los escenarios de diario y oficina, sin ser un perfume de fiestas y dando una sensación lineal sin mucha potencia en escenarios de formalismo estricto. En lo romántico el perfume presenta algunos puntos heredados de la vieja escuela, en especial varios tintes frutales y aires de miel en torno a ylang-ylang que dan una idea sensual medianamente atrevida, dando un paso breve por ideas limpias inocentes para rematar en líneas más maduras enfocadas a estar con una pareja conocida. Rango de edad entre 25 y 60 años.