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Kokoriko by Jean Paul Gaultier

Esta fragancia aparecida en el mercado en la segunda mitad del 2011 toma su inspiración en la imagen de un gallo negro como símbolo masculino de elegancia, desplante, virilidad y orgullo, y particularmente en su canto, que en onomatopeya francesa se escribe como "kokorico" y que es equivalente a la versión española del "quiquiriquí", que anuncia su presencia ante sus pares y las féminas de su especie, con el aroma de este perfume asumiendo el mismo rol del canto al anunciar la entrada de un hombre por medio de su estela distintiva. El envase desde el frente tiene la forma de una cabeza con rasgos similares al del diseñador francés Jean Paul Gaultier usando un vidrio negro con un acabado brillante que recuerdan el brillo del plumaje de un gallo negro,con el costado de la botella mostrando la silueta de un torso masculino que recuerda a la botella de Le Male, con la caja del perfume recurriendo a la misma lata metálica de Le Male pero en una versión más aplastada y en color rojo. En el sitio de Jean Paul Gautier señalan en la descripción del perfume que las notas básicas de la fragancia son: hojas de higo, pachulí, granos de cacao, vetiver y cedro.

La partida tiene rasgos licorosos notorios con una sensación de fragancia invernal tibia que recuerdan los anisados de Casual Friday de Escada ya descontinuado, con puntos secundarios al fondo que se mueven entre café y chocolate amargo no graso ni lácteo junto con vetas de madera con resina suave, evolucionando hacia los 10 minutos en tonos más terrosos que dan una primera idea de vetiver y que hacia los 15 minutos se afinan en un higo más preciso, cruzando vetas mentoladas vagas y muy breves atribuibles a un pachulí, presentando como mezcla una intensidad notoria de mediano rango. En fase media a 45 minutos se mantiene la veta licorosa con un rasgo de anís y sensaciones de una resina de características más químicas por el lado del ambroxán, aumentando el picor especiado que está en línea con el licor y que se mueve en torno a nuez moscada y anís nuevamente con características químicas tipo medicamento, con reducción de los terrosos de higo y vetiver y con tendencia a mantenerse lineal en torno a esta veta de resina al llegar a 1 hora de aplicado, momento en que se afinan las notas verdes del vetiver hacia una idea de madera verde de bosque, que sumados a la resina y al punto tibio de cacao traen recuerdos de la base tibia amaderada de L'Instant de Guerlain pour Homme. A 2 horas y media el aroma se afina en torno a las maderas con vetiver y rasgos de tierra con base resinosa ligeramente picante cercana al anís, bajando la presencia de cacao que es absorbido por las resinas que ahora tienen menos aspecto medicinal, conservando el perfume la cercanía con L'Instant de Guerlain pour Homme en la idea de un cedro inciensado con raíces como base de un perfume invernal de los años noventa. A las 6 horas la fragancia tiende a concentrarse en vetas ásperas de raíces, todavía con un punto especiado ligero que produce un picor breve en nariz pero que puede tener un origen en anís o en resinas, disminuyendo mucho más la tibieza del cacao y agregando ideas más secas en torno a musgos de roble y cruces de pachulí de bosque, llegando a las 12 horas con un aroma mucho más especiado en torno a nuez moscada con raíces de vetiver que producen un picor mesurado, con fondos de madera terrosa y resina licorosa que se mantienen entre anís, bálsamo de tolú y ambroxán de ambargris, con un aire que recuerda rasgos de Diamonds Men de Emporio Armani. En fase final el aroma se mantiene especiado entre anís poco fragante y un concentrado de nuez moscada con madera y resina baja, con secos de raíces que recuerdan a verdes bajos de bosque y el punto de ambroxán medicado que se repite.

La fragancia en su comienzo da la impresión de ser el equivalente masculino de Ma Dame dentro de la serie de perfumes de Gaultier por la idea de medicamento anisado y licoroso que se desprende, estabilizándose luego en un aroma más crudo e invernal en torno a maderas y terrosos con un punto tibio de cacao que resulta cercano en estructura a L'Instant de Guerlain pour Homme, tendiendo luego hacia líneas de bosque y raíces especiadas, dando en general la impresión de una fragancia de diario invernal con preferencia social y semiformal por la estructura centrada en maderas, aunque pudiendo ser usada en solitario y a nivel cotidiano al tener una estela mediana de proyección corta. En oficina el aroma se apega a líneas clásicas laborales, con puntos llamativos de cacao al comienzo que causan un buen efecto memoria al recordar ideas de jarabes y de bases de perfumes masculinos conocidos, manteniendo lo llamativo a menor grado hacia el final en base a puntos especiados suaves, sin causar molestias ni mostrarse intrusivo y en cierto grado apegado a un estilo clásico moderno. Por el lado nocturno el aroma se muestra bien enfocado en ambientes sucios pero a un nivel social más cercano, nuevamente dentro de lo invernal y admitiendo situaciones entre el informal y el semiformal de mediano dinamismo, sintiéndose simple en eventos más formales. En lo romántico la fragancia muestra momentos gratos y atractivos a distancia con fines de conquista, siendo sensible a la sobre aplicación y en este caso pudiendo llegar a niveles de apariencia más madura o teniendo dificultad en concretar por el picor de los especiados. Rango de edad entre 25 y 45 años.