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New York by Playboy

Esta fragancia del año 2010 sigue la tendencia de la serie masculina de perfumes Playboy, cuya franquicia maneja la casa Coty, de ofrecer un aroma inspirado en una ciudad del mundo, retornando a un lugar de los Estados Unidos después de la aparición de Ibiza el año anterior. El aroma de esta fragancia busca representar la energía y dinamismo las calles de Manhattan bajo un estilo cosmopolita atractivo pero no intimidante, privilegiando carisma por encima de seducción al pensar en un hombre que, en el acto de la conquista, hace creer que cede el primer paso a una mujer neoyorquina de carácter más agresivo de lo habitual. El envase sigue las mismas líneas de diseño de los lanzamientos anteriores, con un frasco liso rodeado de una etiqueta negra con imitación de ladrillos que lleva el logo del conejo Playboy, decorado en su interior con un colorido tipo graffiti representando un muro de los barrios de la ciudad, con el líquido tomando una tonalidad cercana al violeta. En el sitio de Playboy declaran las siguientes notas principales para la fragancia: aldehídicos, limas, acordes de vinilo, manzanas verdes, resina de elemí, pimienta negra, vetiver, granos de tonka y vainilla.


La partida presenta varias vetas confusas, con grupos entre madera y especiados con presencia verde que oscilan entre un vetiver con cuero y canela, rondando una impresión de bosques tipo ciprés por algunos minutos, retornando luego a la idea de canela con cuero y cambiando el ciprés por una resina oscura. En fase media a 30 minutos el aroma sigue girando en torno a resinas amaderadas al cuero, con las maderas variando hacia sándalo y con los puntos verdes apuntando hacia vetiver, con una ligera variante hacia ajenjo que trae recuerdos de la parte seca del aroma de Jazz de YSL con algo de la base de Tsar de Van Cleef & Arpels, agregando después de 1 hora un dejo tibio resinoso cercano a un grano de tonka sucio y aumentando la carga verde que ahora alcanza tintes de ajenjo con mentol de bosque, tomando la fragancia un tinte ligeramente adictivo que se aleja del perfil de verdes clásicos antiguos. A 3 horas se mantiene el centro de vetiver con mayor cantidad de notas de canela, ambas dominando el aroma y aportando un dejo especiado que compensa los tintes mentolados verdes del vetiver, dando la idea de la base de un perfume masculino clásico de los años ochenta y noventa. A 5 horas se mantiene la canela amaderada, con el mentol tendiendo a resina de ciprés y apuntando a secos de vetiver y arbustos, con parte del grano de tonka acercándose a musk. A 8 horas se siente un cambio en el balance de notas con las resinas y el grano de tonka superando al vetiver con canela y conservando rasgos sucios y turbios por influencia de estas dos últimas notas, manteniendo fondos de agua especiada que ahora derivan hacia nuez moscada y cambiando la madera de sándalo por cedro, mostrando a nivel general una cercanía con algunas porciones de Herrera for Men de Carolina Herrera. En fase final a 24 horas el perfume mantiene una idea de agua de canela con resinas ambaradas que absorben al grano de tonka y superan al vetiver, el cual queda relegado a un fondo verde cercano a pimienta, con el aroma todavía mostrando una cercanía con Herrera for Men y por este lado recordando también a algunos puntos de desodorantes en spray.

La fragancia se mueve dentro de grupos especiados suaves y resinas con tonka mesuradas, enfocadas en un estilo urbano correcto que agrega una veta más tosca que recuerda algunos aromas clásicos tipo loción basados en vetiver que son más frecuentes en la perfumería clásica estadounidense y que le quitan formalismo, calzando bien en un estilo de diario atemporal de ciudad algo alejado de actividades deportivas e indiferente si se usa socialmente o en solitario. En oficina la fragancia trae recuerdos de aromas conocidos como Herrera for Men y algunas lociones ligeras de la época de Brut, moviéndose en un estilo algo cotidiano no precisamente profesional o autoritario y con un aroma que por la similitud con otros perfumes consigue un efecto memoria menor. Por el lado nocturno la fragancia tiene porciones medianamente toscas en torno al vetiver con tonka que se alinean con los aspectos sucios de ambientes contaminados, con ideas de pubs informales que tienden a ideas más cotidianas y simples al acercarse al ámbito semiformal, incluso en estos escenarios dando una impresión algo seria pero cercana a lociones clásicas. En lo romántico la mezcla de notas principales no alcanza a proyectar una estructura sensual que atraiga o despierte curiosidad en mujeres, quedando como una fragancia más bien cotidiana. Rango de edad entre 25 y 50 años.