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Joop! Homme by Joop

Esta fragancia del año 1989 corresponde al segundo perfume producido por la marca Joop!, fundada el año 1978 por el diseñador alemán Wolfgang Joop quien comenzó su colección con un línea de vestuario caracterizada por un estilo rígido inspirado en líneas prusianas, ampliándose en 1982 a una línea prêt-à-porter y en 1985 a una sección masculina, auge que incentivo la creación de licencias para externalizar la fabricación de productos bajo la marca Joop! que se ampliaron desde el vestuario hasta productos como fragancias, joyas y ropa hogareña como batas y toallas, lo que coincidió con un alejamiento gradual del diseñador de la compañía que comenzó en 1998 y se concretó definitivamente en el año 2001 cuando Wolfgang Joop vende sus últimas acciones de la empresa, año en el que también el consorcio se declara en bancarrota obligando al grupo accionista a vender los derechos de fabricación a diferentes interesados, manteniéndose sin cambios la licencia de perfumes que estaba en poder de la casa Coty desde 1987. En particular Joop! Homme marcó un hito al proponer un aroma que se alejó del estándar masculino de la época por un aroma floral avainillado muy intenso que incluso descolocó más al mercado al recurrir a un envase de color rosado intenso casi purpura acompañado del lema publicitario "Real men wear pink" ("los hombres de verdad usan rosado"), con la botella siguiendo una forma semicilíndrica biselada en los bordes frontales y una caja con un degradado que recordaba al empaque de Fahrenheit de Dior aparecido un año antes. Tanto en el sitio de Joop! como en el de Coty no se mencionan detalles de la estructura aromática de sus perfumes, por lo que no se cuenta con las notas oficiales de la fragancia.

En su partida la fragancia presenta al menos 2 capas aromáticas principales e independientes entre sí, con un grupo que gira en torno a granos de tonka sucios con tendencia a resinas e incluso a rasgos de alquitrán, seguido de una capa más baja y de corte clásico en torno a enebro y lavanda que es opacada por la tonka, con una evolución a los 5 minutos de las resinas alquitranadas hacia tonos de pachulí y con los granos de tonka variando hacia una flor de azahar más plástica, dando un aroma que se ubica en un punto medio entre A*Men de Mugler, Altamir de Ted Lapidus y Le Male de Jean Paul Gaultier. En fase media a 30 minutos de aplicado se estabiliza la flor de azahar como nota dominante, con rasgos avainillados al fondo que siguen dando cruces entre Altamir con Le Male por el lado plástico, con ideas de tibieza que contrastan con el fondo más frío que se mueve en torno a enebro solapado con ideas de agua especiada que hacia los 45 minutos da un aire de canela clásica parecida a la usada en Individuel de Montblanc, con oscilaciones de pachulí ligeramente confitado que están en un punto medio entre el dulce del grano de tonka y el fresco del enebro. Pasada 1 hora desde su aplicación la flor de azahar absorbe al grano de tonka resultando en una veta de características plásticas más polvosa, con el aroma de agua de canela tipo Individuel aumentando y equiparando a la flor de azahar en este punto, manteniendo estable estas dos líneas principales con diferentes niveles de presencia hasta las 2 horas donde se agrega un punto más oscuro que recuerda a madera y a musgo de roble con cuero. A 5 horas la línea de canela con enebro toma la porción dominante de la fragancia, con los fondos dulces de la flor de azahar sintiéndose menos plásticos y más polvosos hacia el fondo, con retorno de granos de tonka resinosos con vainilla y cruces de pachulí confitado, mostrando un dejo de cuero seco en la base menos obvio que antes. A las 12 horas se mantiene la paridad de agua de canela y dulces, con la canela tendiendo a una línea más seca que reduce la presencia de enebro y se inclina a maderas y cuero con pachulí terroso, con la flor de azahar yendo hacia tonos de polen más silvestres y toscos de tallos de jardín acompañados de miel con una madreselva opaca y mesurada. En fase final a 24 horas la capa de canela baja en favor de un retorno de los tonos plásticos de la flor de azahar que se mezclan con tonka y vainilla resinosa, sintiéndose líneas imprecisas por el lado floral dulce tipo madreselvas y trazas confitadas más bajas de pachulí no verde, rondando en un aroma entre Le Male y Pi de Givenchy.

La fragancia, si bien parece ser el pionero de una década de aromas masculinos rupturistas atípicos, más sintéticos, muy dulces y causantes de una polarización inmediata de amor-odio en el público como Le Male de 1995, A*Men de Thierry Mugler de 1996, Pi de Givenchy de 1999 y Escada Magnetism for Men del 2004, y en su lanzamiento creando una controversia por su cercanía casi prohibida para la época con el estilo femenino, actualmente se mueve dentro de cánones más conocidos y aceptados encontrándose en un punto medio entre Altamir de Ted Lapidus e Individuel de Montblanc, destacando todavía por una intensidad alta que puede causar malestar e incomodidad si se usa en exceso. A nivel general el aroma tiene un estilo que actualmente es mejor tolerado en un uso de diario atemporal, con mayor flexibilidad en invierno tanto en solitario como a nivel social y con mayor restricción en interiores frescos, evitando el calor extremo y la sobreaplicación en verano. En oficina el aroma también maneja un nivel de tolerancia con restricciones, funcionando bien en bajas dosis en un estilo semiformal con personalidad que balancea el brillo de la flor de azahar con las líneas clásicas más formales del agua de canela al enebro, volviéndose muy intrusivo y poco empático al superar la dosis máxima. Por el lado nocturno la fragancia alcanza su punto fuerte en términos de flexibilidad de uso, permitiendo mayor cantidad de perfume aplicado y aguantando niveles de intrusividad que superan a la competencia y a los aromas ambientales, en un estilo semiformal e informal de pubs, fiestas con baile e invitación a matrimonios jóvenes, alejándose de cenas calmadas o reuniones más íntimas en casa. En lo romántico la fragancia todavía se siente dominante por el lado rupturista, con un aroma llamativo a distancia pero que puede cansar o ahogar a corta distancia. Rango de edad entre 25 y 45 años.