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Un Jardin Sur Le Toit by Hermès

Esta fragancia de comienzos del 2011 corresponde a la cuarta fragancia de la serie Jardin de Hermès, dando un giro dentro de lo que era una colección de fragancias que describían lugares exóticos y volcándose a París, específicamente a un pequeño jardín que existe en la azotea de la casa central de Hermès en el número 24 de la calle Faubourg Saint-Honoré, en el cual se inspiró el perfumista Jean-Claude Ellena quien optó por un aroma que destacara líneas verdes y florales tradicionales, con el nombre del perfume traduciéndose del francés como "un jardín en el techo" o "un jardín en la azotea". La botella sigue el mismo diseño de los frascos de las ediciones anteriores de Jardin, cambiando el color del vidrio por un verde en degradado que se vuelve más claro hacia la parte superior de la botella. En el sitio de Hermès no declaran en forma precisa las notas de la fragancia, señalando solamente que es un aroma frutal vegetal y floral, pero de entrevistas hechas al perfumista destacan a nivel básico: peras, manzanas, rosas, magnolias y hierbas.

La fragancia comienza con una mezcla de cítricos al agua acompañados de una sensación de manzana bastante natural, diferente a los concentrados usados comúnmente en perfumería o como la manzana verde de DKNY Be Delicious, sintiéndose como una insinuación o un aroma vago de pulpa de una manzana mordida, la cual evoluciona hacia tonos más cercanos a esencias de manzana roja, con una capa floral ligeramente frutal en segundo plano un poco rosada e imprecisa por el momento. En fase media a unos 15 minutos se nota el primer cambio, con una baja de los cítricos en favor de una rosa dulce bastante natural, con ideas de rosa de Grasse ligeramente aterciopelada pero apegada a líneas jóvenes y frescas, variando a una rosa más compleja con tintes de amoniaco cerca de 50 minutos de aplicado. A 1 hora de la partida el tinte de amoniaco de la rosa cambia a dejos frutales maduros, por la línea de puré de damascos con más rosas concentradas y cruces ácidos de cítricos que se funden sin que se sientan notas en forma independiente, con ideas generales de aceite esencial usado en aromatizadores artesanales de hogar por el lado floral y por las rosas. A la hora y media existe más estabilización en los aromas, dominando la rosa en una tonalidad de jabón clásico de perfumería con un dejo a fruta roja al agua, perdiéndose el tinte amoniacal de fruta madura pero con la rosa proyectándose de forma intensa al borde de lo intrusivo, cruzándose con líneas verdes herbales y con una variante más ácida de la manzana, con la rosa dando la idea de descomponerse en otros aromas, con puntos muy particulares de jazmín y violetas centrados en una sensación polvosa de pétalos de la rosa y con ideas que oscilan desde el lichís hasta las moras y la pimienta rosada. A 3 horas la fragancia se suaviza, conservando la misma rosa jabonosa pero sin los tintes intrusivos y con más cercanía a los puntos de violeta polvosa que se mantenían en segundo plano, con la fruta más solapada y con poca presencia cítrica. A 5 horas la nota de rosa se estabiliza, volviendo a mostrar tonos dulces tipo rosa de Grasse un poco amielada y con menos jabonosos, compartiendo espacio con residuales de especiados y un punzante de amoniaco, dando libertad para que se proyecten más puntos de violeta y jazmín con un poco de mora e incluso un dejo a gardenia o magnolia azucarada frutal en ascenso alrededor de las 10 horas de la partida. En fase final sobre las 24 horas se mantiene la misma nota de rosas como dominante, menos clásica y con mayor proporción de puntos ácidos hacia el frutal rojo en torno a grosellas pero sin llegar a frambuesas, con una segunda flor que se independiza de la rosa pero que va en descenso, más frutal y con ideas entre violeta y magnolias leves.

La fragancia conceptualmente se aleja de las otras 3 ediciones de Jardin al no representar un paraje en tierras lejanas, incluso tomando un carácter algo urbano con base en perfumería clásica de calidad al basarse en un jabón de rosas de gran profundidad y notas de manzana que dan el aporte fuera del promedio como chispa inicial, optando por esta misma idea de rosas por un enfoque más femenino que unisex. Por el lado del uso de diario la fragancia es correcta, por momentos confundiéndose con un jabón y a veces mostrándose demasiado elegante, con una preferencia más social que en solitario para que no se sienta desperdiciada, alejándose de ideas deportivas y moviéndose en un concepto primaveral que por intensidad se vuelve atemporal. En oficina el aroma vuelve a sentirse elegante, tal vez un poco lineal y con una estructura tradicional pero apelando a distinción del promedio por la calidad de las notas, mostrando una imagen pulcra más volcada hacia la autoconfianza y preocupación por la imagen propia, dando más la impresión de alguien capaz de resolver una situación moviendo los hilos correctos y delegando a contactos precisos, que de alguien que tiene mucho conocimiento y es capaz de asumir una tarea con sus propias manos. Por el lado nocturno el aroma mezcla el concepto recurrente de elegancia con un relajo de vacaciones, más apegado a verano en cenas especiales semiformales, idas al casino o matrimonios en espacios abiertos, lejos de ambientes más turbios como un pub o una fiesta donde se entendería como un aroma rígido clásico y no tan dinámico. Por el lado romántico la misma rosa dominante ofrece puntos conflictivos que pueden cansar a alguien demasiado cerca, por momentos punzantes o demasiado intrusivos, tanto para un candidato a conquista que se acerque en las primeras horas de aplicado el perfume como para una pareja conocida. Rango de edad entre 30 y 60 años.