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Yekipé Pura Pasión Man by Joaquín Cortés

Esta fragancia del 2014, de la línea de productos fabricados por Idesa Parfums bajo la licencia del bailarín de flamenco Joaquín Cortés, aparece en un formato pareado para hombre y mujer donde se destaca en esta edición el trasfondo que existe sobre el baile como medio de proyectar pasión, ya sea personal o con motivos de seducción. El envase usa una forma de botella cilíndrica en vidrio transparente que es una simplificación del primer Yekipé usada desde Agua de Yekipé, con esta versión masculina usando decorados impresos en el vidrio distribuidos de manera similar a Yekipé Gentleman pero en color negro, con una franja limpia horizontal donde va el nombre de la fragancia. En los sitios de Joaquín Cortés y de Idesa Parfums no aparecen menciones a este perfume, sin que se cuente con un listado oficial de notas.

En partida la fragancia sigue una línea que recuerda un estilo de los años ochenta basado en un mentol dominante con partes oscuras que da una idea de vetiver mezclado con pimienta, el cual se sigue ajustando y enfocando hacia un ciprés suave en torno a los 5 minutos, sumando notas de cuero y sándalo que a partir de los 10 minutos dan una cercanía con las notas finales de Jazz de YSL, teniendo un momento de estabilidad en esta mezcla de notas que se sostiene hasta los 20 minutos cuando el aroma reduce la proporción de verdes mentolados acercándose a tintes de bosque que van por pino, romero o un tipo de enebro concentrado manteniendo un fondo de ciprés y cuero. En fase media a los 30 minutos el aroma reduce las porciones verdes manteniendo un especiado a la nuez moscada que mantiene trazas de sándalo y cuero como en Jazz, perdiendo el aporte de ciprés en favor de un musgo que se vuelve predominante y que está montado sobre una base de especiados con picor amaderado que contienen al cuero al cabo de 1 hora. A las 2 horas la fragancia adquiere un formato más jabonoso, con aportes de vetiver no verde que se unen a picores dominados por nuez moscada dentro de un marco de musgo que siguen recordando estilos de perfumes de los años ochenta como una simplificación de Kouros de YSL, enfocándose a las 3 horas hacia un vetiver frío combinado con musgo que vuelve a resaltar las notas de ciprés y cuero que se apegan mucho más a un estilo de perfume conocido de los años 80, bajando a las 4 horas la intensidad de las notas y compactándose en un estilo de jabón de barbería suave con canela a las 4 horas. Al pasar las 6 horas sigue conservando el aspecto de jabón basado en vetiver con un especiado ahora más bajo y que tiende a madera, teniendo un momento de dulzor que comienza a desarrollarse y se muestra con más notoriedad a las 9 horas tomando el aspecto de un musk con ámbar que recuerda tintes de Tabac de Mäurer & Wirtz sobre un vetiver más bajo y que se vuelve a alinear en sándalo como el de Jazz a las 12 horas pero diferenciándose en un amaderado extra a la nuez moscada. En fase final a las 24 horas el perfume reduce el aporte de vetiver mientras conserva un fondo de musgo, con ascensos de ámbar suave y tintes de madera que reducen el aspecto de aroma de la década del 80 y lo alejan de una sensación de fragancia cotidiana.

La fragancia plantea lo que parece ser un retorno a la década de los años ochenta, con un aroma centrado en ciprés mesurado que, a nivel de diario y a medida que evoluciona, tiende a sentirse cotidiano y parecido a otros productos de corte simple, presentando un aspecto serio atemporal que se aleja de un aporte funcional deportivo. En oficina la fragancia se apega a líneas ligeras, con un efecto memoria bajo que se confunde con el aroma que se podría encontrar alrededor y en uso por la competencia, sin destacar en reuniones complejas y dejando una impresión cotidiana que mejora con la edad. A nivel nocturno el perfume puede potenciarse al ser usado en mayor cantidad para conseguir un efecto más hiriente en la carga especiada, orientado a superar los olores ambientales en pubs en salidas con amigos sin grandes exigencias, pero manteniéndose alejado de situaciones sociales o de mayor formalismo como cenas o matrimonios. En lo romántico la mezcla de ciprés con especiados sigue una línea clásica que al menos en un segmento joven se siente paternal, pasando a un nivel de aprecio personal a mayor madurez. Rango de edad entre 25 y 60 años.