Realiza una Búsqueda

Killer Queen by Katy Perry

Este perfume del año 2013 es la tercera fragancia de la marca asociada a la cantante estadounidense Katy Perry y la primera creada en asociación con Coty, siguiendo a los lanzamientos anteriores de Purr y Meow inspirados en gatos y creados por Gigantic Perfumes en el 2010 y 2011 respectivamente, con el perfume recibiendo su nombre de la canción "Killer Queen" escrita en 1974 por Freddy Mercury. El envase se desliga de los lanzamientos anteriores al proponer una forma de botella diferente que recuerda una gema facetada con una base terminada en punta y decorada con un tapón con forma de adornos de una corona de la realeza, con el vidrio siguiendo un degradado que va de rojo a transparente, incluyendo un pedestal en la caja para permitir que la botella se mantenga derecha. En el sitio de Katy Perry Fragrances destacan que las notas principales del perfume son: ciruelas oscuras, grosellas silvestres, bergamota, flor de Celosía (en inglés "Red Velvet Flower", un genero de flores conocidas con diferentes nombres según el lugar como "flor de terciopelo" o "cresta de gallo"), flor de plumeria o frangipani, jazmín, cashmerán, pachulí y praliné.

En partida la fragancia presenta un tinte dominante que gira en torno a variantes de azúcar, con ideas de caramelo que derivan pronto a un praliné con aportes bajos de vainilla que dan una sensación de similitud con porciones de CH de Carolina Herrera y con Flowerbomb de Viktor & Rolf, sosteniendo esta estructura con pocas variaciones al menos hasta los 10 minutos cuando se percibe con más claridad la presencia de florales cremosos que no llegan al nivel de precisión de una tuberosa o gardenia pero que traen recuerdos de la orquídea usada en Heat de Beyoncé, distinguiéndose sobre los 20 minutos una combinación más notoria de grupos rojos al agua que combinan fresas y grosellas que van montadas sobre una base de pachulí más tosco que hereda gran parte del aroma inicial de praliné. En fase media a 30 minutos la fragancia mantiene en menor presencia una base de pachulí dulce cargado al praliné, desarrollando con más fuerza un jazmín clásico con tintes de violetas que toma un aspecto que va entre un agua floral femenina antigua y una traza de fragancia floral de diario masculina, afinando un tinte también floral más dulce y de líneas ácidas que comienza dentro de un rango de mandarinas y se acerca a mango de aceites bronceadores, con el pachulí sosteniendo una presencia destacada con aportes discretos de madera que se combinan con cruces de mango y cítricos más cercanos al pomelo que absorben el punto masculino de jazmín y violetas, llegando a 1 hora con una combinación de confitado de pachulí con aportes de frutos ácidos que combinan notas de mango, pomelo, y un dejo de damasco que bordea unas ciruelas opacas. En fase media a 2 horas de aplicado el perfume sufre una baja drástica en su intensidad, con el aroma apegándose al papel siguiendo una estructura tibia centrada en madera y fondos secos de pachulí confitado que mantienen trazas amargas de jazmín y violetas con un dejo metálico, reenfocándose el aroma en un cremoso de duraznos que incluye rasgos de orquídeas y vainilla con un floral tropical dulce, simplificándose por momentos a las 3 horas al mostrar una mayor proporción de tonos de jazmín metálico que absorben los ácidos frutales, volviendo a las 4 horas a un tono de pachulí con mayor aporte de madera manteniendo el grupo ácido como una combinación menos precisa de frutales y florales que rondan el damasco. Al pasar las 6 horas el perfume se inclina mayoritariamente hacia un acabado al jazmín con aportes de violetas que siguen una línea metálica con rasgos de cáscara de pomelo y de salvia como en caso de algunos desodorantes masculinos, aunque apegado a la idea de una colonia femenina antigua de la serie Avon, dejando a las 9 horas la idea de un comportamiento oscilante entre las capas principales del perfume al tener un repunte del pachulí confitado y del praliné en un acabado más diluido y reemplazando el jazmín por aportes menos precisos de frutales ácidos que se concentran en la familia de la mora, el arándano y las grosellas oscuras, llegando a las 12 horas con un nuevo ascenso del tono de jazmín que se siente reemplazado por un sintético solapado de uva al enfrentarse al bloque de grosellas, perdiendo el acabado de confitura de pachulí en favor de una veta verde discreta inserta en el jazmín y manteniendo sólo un tono de praliné que se abre a almendras amaderadas y vainilla en proporciones bajas. En fase final a las 24 horas la fragancia se estabiliza en praliné con un pachulí confitado menos agresivo y que se acerca a vainilla, con el fondo teniendo retornos mesurados del tono de jazmín que contiene trazas verdes apagadas derivadas de cáscara de pomelo amargo levemente masculino, con parte del ácido creando variantes secundarias de orquídeas y florales oscuros usados en otras marcas como Naomi Campbell, Avon y Beyoncé.

La fragancia se apega a un estilo que aprovecha una tendencia, de aproximadamente mediados de la década del 2000, que se basa en el uso de versiones confitadas de pachulí que son complementadas por frutales vivos con el fin de resaltar una veta acaramelada o al azúcar, que en este caso no alcanza a sostener una pertenencia a una familia aromática de gourmand al no profundizar en nuevas variantes o desarrollos más profundos de la capa dulce, apuntando por densidad y dominio de estos grupos hacia situaciones de diario en épocas frías donde se puede aprovechar la tibieza que generan como un aporte para paseos por la ciudad en invierno, rehuyendo de usos veraniegos y deportivos por la presencia de un jazmín metálico que resta frescura al transpirar. En oficina el perfume crea por momentos una sensación de intrusividad que invita a medir la cantidad que se aplica y a evitar reaplicaciones a media jornada, presentando un efecto memoria mediano que tiene momentos de ascenso en lo notorio del praliné con frutas y en el punzante ocasional del grupo floral pasada la etapa media, pudiendo confundirse con otras propuestas que derivan de Angel de Thierry Mugler y de CH de Carolina Herrera, apuntando a un uso del día a día siguiendo un estilo cotidiano con preferencia hacia lugares bien ventilados, sin apuntar a una seriedad suficiente para presentar ideas debido al punto tropical punzante. De noche la fragancia consigue una buena asociación con ambientes de fiestas informales, beneficiándose por el efecto de intrusividad pero enfrentando a la vez una mayor limitante de uso en espacios limpios, sintiéndose como una propuesta más bien cotidiana cuando se le lleva a un ámbito formal. A nivel romántico la fragancia puede molestar a corta distancia debido al tipo de proyección que tiene el pachulí y los florales combinados con las frutas ácidas, con el praliné siendo el elemento que balancea el aroma por el lado atractivo y acogedor pero dejando una sensación grata que dura sólo la primera hora. Rango de edad entre 20 y 45 años.