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Rumba Passion by Ted Lapidus

Este perfume de aproximadamente el año 2012, aparece como una versión actualizada del clásico Rumba de 1989 de Balenciaga, con esta nueva edición siendo comercializada por Ted Lapidus luego que esta casa comprara la marca Balenciaga a fines de la década del 2000, profundizando en esta ocasión los conceptos de misterio y seducción de rasgos latinos tras el baile Rumba. El envase mantiene la forma de botella original de Rumba con forma curva y decorada con surcos rematada en un tapón esférico, cambiando las tonalidades transparentes por un degradado de corte más nocturno que va de negro a rojo, con el tapón destacando en rojo oscuro. En el sitio de Ted Lapidus destacan la siguiente estructura aromática: bergamota, davana, flor de azahar, jazmín, rosas, miel, vainilla y pachulí.

En partida la fragancia presenta aromas de vainilla que muestran un aire de los inciensos y rosas de la versión original de Rumba, diferenciándose en una capa de corta duración de frambuesas y grosellas rojas oscuras que rodea al aroma y que perdura de manera notoria hasta los 10 minutos, bajando este tono frutal para resaltar la veta de inciensos y complementándola con acabados nuevos de madera y especiados a la nuez moscada con cruces de musgo y pachulí medianamente confitado, llegando a los 20 minutos a impresiones de la década del ochenta con aportes chiprés de pimienta rosada y tallos de rosas. En fase media a los 30 minutos la fragancia destaca una nota intensa y dominante de rosas clásicas y oscuras características de los años ochenta y que es complementado con florales similares por el lado de ylang-ylang y jazmín, sumando un acabado de miel que suaviza la presencia de maderas e inciensos integrándolos con las flores, agregando puntos de moras densos y picores a la canela al llegar a 1 hora. A las 2 horas la fragancia cambia su balance de notas inclinándose a un cuerpo de tipo jabón con presencia de jazmines y agua especiada con maderas que superan los tonos de rosas clásicas, incluyendo presencias verdes que en principio se acercan a tonos de bosque por el lado de musgo y en menor proporción con las primeras apariciones de un pachulí que se hacen más notorias a las 3 horas al llegar a un tono de pimienta rosada con musgo que no alcanza a llegar a vetiver y que por este lado se siente más ligero que un chiprés de la década del ochenta y de años anteriores, sumando capas de una vainilla áspera y con rasgos orientales a la madera a las 4 horas. A 6 horas la fragancia abandona las referencias de incienso y rosas de Rumba original planteando un aroma que sigue una línea diferente de resinas con más proporción de especias y maderas, con un punto dulce frutal clásico cercano a duraznos, ciruelas y moras no ácidas que se apegan a los aportes de miel absorbiéndola, planteando a las 9 horas un tono dulce floral que supera al jazmín y se aproxima a un ylang-ylang mezclado con canela rompiendo por este lado la tendencia de los años ochenta, evolucionado la capa floral y llevándola a un tono más atalcado y afín con violetas apagadas a las 12 horas, conservando un fondo con pocas variaciones de vainilla a la canela de menor picor y mayores rasgos de madera con secos de musgo que traen de vuelta varias de las vetas de la rosa inicial y del jabón, cruzado con moras y ciruelas de la etapa media. En fase final a las 24 horas el perfume sostiene una intensidad perceptible a distancia de conversación y que presenta una rosa menos intensa que se integra con la impresión de jabón, con restos de vainilla, duraznos y miel que suavizan los rasgos de chiprés que se resumen en tallos de rosas a la pimienta rosada con musgo e interferencia de violetas.

El perfume se siente como un giro modernizado de Rumba en su formato clásico, agregando un estilo chiprés más contemporáneo y menos profundo o denso que el usado en las décadas previas a los años ochenta y que llegaban en ocasiones al nivel de una civeta corporal, mostrando una aproximación que insinúa situaciones con mayor presencia social sin bajar del estilo semiformal y que a nivel de diario presenta características atemporales que se alejan del calor extremo y de las situaciones dinámicas y deportivas, favoreciendo salidas urbanas en invierno y estadías en interiores en verano. En oficina la fragancia sacrifica una imagen dinámica en favor de líneas serias y elegantes que se relajan a mayor edad pero que apuntan a sensaciones autoritarias, sintiéndose de manera no intrusiva en pasillos y encajando bien en eventos que requieren plantear ideas y planes de acción con poco espacio a la discusión en reuniones o presentaciones, con un efecto memoria oscilante que se mueve la mayor parte dentro de lo mediano y que tiene puntos altos en las vetas de chiprés picante a la canela y en la base de vainilla inciensada a la madera con el que se desmarca de tendencias actuales más juveniles y estándares basadas en frutos rojos dulces. A nivel nocturno la fragancia mantiene la necesidad de roce social alejándose de fiestas o actividades juveniles, favoreciendo cenas o reuniones en casa que se apeguen a cierto protocolo o formalismo, apuntando también en menor grado a eventos tipo matrimonios donde no existe una gran cercanía con los organizadores y no se requiere destellar como el alma de la fiesta, privilegiando en todos estos casos una imagen pulcra y seria. En lo romántico la fragancia requiere de tiempo para ser comprendida, conteniendo varias referencias a la vieja escuela de seducción pero necesitando de una aproximación o presentación correcta ante desconocidos para no intimidarlos, teniendo mayor soltura de uso a mayor edad y con pareja conocida. Rango de edad entre 30 y 60 años.