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Le Roy Soleil Extrême by Salvador Dalí

Esta fragancia masculina de mediados del 2012 aparece como una versión moderna del clásico de 1998 ya descontinuado "Le Roy Soleil Homme", el cual estaba inspirado directamente por el diseño de frasco hecho por el artista para un perfume de 1946 de la diseñadora Elsa Schiaparelli, y en parte por el cuadro "Le Roi Soleil" de 1971, ambos rindiendo homenaje al rey francés Luis XIV quien recibía el apodo de "El Rey Sol" o "Luis el Grande", con esta fragancia manteniendo el nombre "roy" en lugar de la palabra francesa "roi" y siguiendo una línea aromática clásica en torno a bosques oscuros. El envase mantiene la forma de botella del primer "Le Roy Soleil Homme" y que también es común con "Laguna Homme", cambiando el vidrio transparente por un acabado negro mate complementado por un tapón dorado y manteniendo el grabado con el rostro de un sol extraído de la primera obra de Dalí. En el sitio de Parfums Salvador Dalí señalan que las notas que componen este perfume son: bergamota, limón, hojas de piña, cardamomo, lavanda, manzana verde, vetiver, musgo, ámbar y musk.

En partida la fragancia presenta una línea base de lavanda en estilo clásico la cual comienza a incorporar gradualmente capas verdes más oscuras que rondan el pachulí y el pino, inclinando la fragancia antes de 5 minutos hacia un estilo de bosque cercano al de los años ochenta, con trazas de cuero húmedo y vetiver más aires de ciprés que traen recuerdos en la línea de Polo Verde, pero en un formato mucho más suave y fresco al moverse en paralelo la línea de lavanda seguida de puntos ocasionales de alimonados no cítricos. En fase media a 30 minutos el aroma mantiene las características de bosque en torno a notas de musgo y pachulí con ciprés, incorporando un vetiver áspero que profundiza la idea de aroma de los años setenta y ochenta pero manteniendo una capa fresca de lavanda con agua especiada que aligera la densidad del tono de bosque, sumando tonos verdes más frescos que arrastran tabaco e impresiones de geranios que bajan la idea de bosque a 1 hora de aplicado e inclinan la fragancia hacia un estilo especiado más picante en nariz. A las 2 horas se siente una baja en las líneas de ciprés y en las ideas de mentol con pino asociadas al pachulí, manteniendo un cuerpo seco de vetiver con apariciones de cardamomo y una base dominante de musgo, manteniendo presente la lavanda con pocas variaciones, disminuyendo aun más la línea de bosque verde cerca de las 3 horas y favoreciendo una impresión general más terrosa con musgo y cuero que se complementa mejor con lavanda y ámbar, todavía trayendo recuerdo de Polo verde pero también dando puntos esporádicos más cercanos a Azzaro pour Homme, los que son solapados rápidamente por el vetiver seco que se vuelve la nota dominante a las 4 horas. Sobre las 7 horas el perfume mantiene un comportamiento relativamente estable con la misma estructura aromática, adquiriendo un formato más seco que baja la agresividad del verde de vetiver, dejando espacio a líneas de madera y especies un poco más picantes en torno a cardamomo y nuez moscada, con la lavanda decayendo hacia la base y resaltando un punto dulce más tibio de ámbar con granos de tonka a las 9 horas, destacando una nota frutal suave de la familia de la bergamota que complementa al ambar a las 12 horas. En fase final, al llegar a 24 horas desde el inicio, el perfume conserva la estructura de bosque en torno a musgo y vetiver mentolado con ausencia de lavanda, con mayor presencia de madera fragante que se escapa de este marco dando un tinte tipo abedul o cuero húmedo, con dulzores extras de ámbar cercanos a miel y que dan una impresión vaga de un frutal maduro neutro.

La fragancia se apega a un estilo clásico masculino con nostalgia a los años ochenta y de paso arrastrando una imagen de seriedad o madurez implícita, con cierta necesidad de roce social para ser apreciado en un escenario de diario atemporal e indiferente de la época del año en el que se usa, irónicamente con tendencia a alejarse del pleno sol y favoreciendo actividades semiformales al aire libre tipo club al igual que Polo de 1978. En oficina la fragancia está al borde de la intrusividad, sintiéndose más bajo y más fresco que Polo verde pero dando impresiones generales restrictivas y de bajo dinamismo, muy serias y asociadas a una imagen formal pulcra de traje y corbata a edad mediana, relajándose a mayor edad, con un buen efecto memoria por lo punzante del aroma aunque con tendencia también a confundirse con otros perfumes más simples o más antiguos que se basan en centros de vetiver con bosque. En el caso nocturno la fragancia conserva una potencia suficiente para destacar del promedio aunque en general manteniendo una idea de bajo dinamismo y seriedad que lo alejan del segmento adolescente y joven, y de la mayoría de las situaciones dinámicas o alegres, quedando restringido a un estilo semiformal calmado al tener líneas verdes que tampoco encajan en eventos de gala mucho más formales. En el caso romántico el aroma parece apuntar a un segmento de mayor edad destacando en este punto por una impresión masculina sólida, con el mentol de vetiver sintiéndose chocante o intimidante a corta distancia, perdiendo puntos con el sexo opuesto en la mayoría de los casos. Rango de edad entre 35 y 60 años.