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Séxūal pour Homme by Michel Germain

Esta fragancia de 1996 aparece como contraparte del Séxūal de mujer creado 2 años antes, con una estructura que aprovecha la investigación en esencias y aromas de fama afrodisíaca realizada por el diseñador Michel Germain para la creación de su primer perfume, volcando estas ideas en una versión masculina que busca proyectar en el aroma una imagen viril sólida y seductora. El envase corresponde al mismo usado por el primer Séxūal de mujer, cambiando el líquido a una tonalidad ambarada oscura y el tapón a un color negro. En el sitio de Michel Germain señalan que las notas aromáticas que componen esta fragancia son: albahaca, bergamota, clementinas, melón casaba (de cáscara amarilla y pulpa blanca), salvia, geranio, petitgrain, lavanda, sándalo, pachulí, granos de tonka y vainilla.

En la partida la fragancia presenta un aroma de helechos potente, muy parecido a Eternity Men de Calvin Klein con Green Irish Tweed de Creed y prácticamente idéntico al de Wings, en principio compuesto por enebro puro con algo de menta y dejos frutales fríos en altas concentraciones que, al menos en esta etapa, enmascaran al resto de las notas secundarias. En fase media el aroma mantiene casi la misma fragancia del comienzo con muy poca evolución o rebalance de notas, notándose el primer cambio significativo a las 5 horas donde la intensidad es ligeramente menor a la de la partida y se siente una mejor definición del enebro con menta hacia un agua de lavanda fría con un fondo floral y frutal con aspecto de pulpa madura, aumentando un dejo verde hacia salvia controlada a las 6 horas seguido de una tibieza de ámbar y un dejo de bosque que abre la posibilidad de un pachulí como origen inicial de la nota de menta. A las 7 horas la fragancia comienza a desencadenar cambios más notorios, con una variación de los puntos frutales que se intensifican por el lado maduro y aumentando una veta floral fría y con dejos plásticos parecida a la flor de azahar, con el pachulí ascendiendo más por el lado del mentol y con trazas más notorias de salvia y tibios de vainilla distorsionados hacia tonka con la misma sensación plástica de la flor de azahar. En fase final el aroma retoma la idea de enebro mezclado con lavanda como notas dominantes, con mayor proporción de florales neutros con un dejo de agua de canela a la madera y un punto frío de menta con aires de calone similar al inicial que reemplaza al pachulí, con la estructura aromática central manteniéndose relativamente estable y superando las 24 horas con una intensidad todavía perceptible a corta distancia del papel, marcando a las 48 horas un aroma floral al agua tibio con recuerdos de un Xeryus Rouge.

Al igual que el primer Séxūal de mujer de 1994, la fragancia muestra una estructura bastante estable y de comportamiento lineal que evoluciona poco y que mantiene una alta intensidad durante casi todo el día, en principio enfocada como una fragancia de diario veraniega semiformal con capacidad de aguantar actividades deportivas y con bastante roce social, que por intensidad también consigue una estela notoria y limpia al helecho en un uso invernal de interiores. En oficina la fragancia alcanza su mejor desplante al manejar un aroma con enfoque semiformal a formal de alta estela que se siente en pasillos y con alta capacidad de memorización debido a las notas puntuales que presenta, balanceando características aparentemente opuestas entre sí como el presentar un aroma que es empático y no intrusivo pero que a la vez se siente imponente e intimidante al entrar en un salón o al establecer conversación con alguien. Por el lado nocturno se siente muy cercano a una imagen pulcra, dando opciones de un uso semiformal amplio que va de cenas íntimas a reuniones sociales incluso en ambientes muy contaminados, pasando también por la opción de un formal clásico más simple de buena intensidad pero evitando el lado informal por una sensación de desplante más rígido y menos espontáneo. En lo romántico el aroma se apega a una de las líneas emblemáticas sólidas de la perfumería masculina por el lado de los helechos, por momentos dando una impresión paternal lejana a un estilo adolescente pero que se siente empática sin causar rechazo por exceso de madurez, tal vez requiriendo de un control de la cantidad aplicada de perfume para no ahogar a corta distancia. Rango de edad entre 30 y 60 años.