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Lalique pour Homme Lion by Lalique

Esta fragancia del año 1997, originalmente llamada "Lalique pour Homme", aparece como unas de las más antiguas dentro de las fragancias masculinas Lalique que se mantienen en producción, anterior a Encre Noire y Lalique White, apelando a un estilo clásico herbal con partes de bosque que traen recuerdos de la década de los años ochenta. La fragancia forma parte de una serie de perfumes masculinos con la misma forma de botella e identificados en el frasco con el nombre "Lalique pour Homme" pero diferenciados por un animal que llevan grabado en la parte posterior del envase: Equus para la edición del 2001 con una imagen de caballo, Faune para la versión del 2000 con la cabeza de un fauno mitológico de rostro humano y cuernos de carnero, y Lion para esta versión con el grabado de un león, teniendo la particularidad de venderse en formato Eau de Toilette y Eau de Parfum. En el sitio de Lalique Parfums destacan las siguientes notas: bergamota, romero, mandarina, lavanda, iris, pachulí, musgo de roble, cedro, ámbar y vainilla.

La partida presenta tintes clásicos de los años ochenta, con un aire a herbales mediterráneos y secos de cuero que evolucionan en unos 5 minutos hacia una idea de iris terroso con violetas, con puntos esporádicos frescos de bergamota y tintes oscuros de bosque. En fase media mantiene la idea de herbales solapados por la capa terrosa, perdiendo el aire a violetas y agregando un punto limpio jabonoso a 1 hora de la partida que muestra una cercanía a agua de lavanda fresca, con un punto escapado verde de la idea de bosque que comienza a inclinarse hacia un pachulí no confitado con puntos de ciprés y mentol cercanos al efecto de un cardamomo, con una nota perdida de bergamota al fondo que se acerca a ideas de resina y ámbar. A 4 horas la fragancia cambia hacia tintes un poco más agresivos que giran en torno a pachulí con ciprés, con un musgo más intenso con rasgos de cuero y ámbar de bosque que se unen con el terroso del iris ahora más rústico y menos floral, bajando la lavanda a un nivel de línea fresca junto con los herbales y aumentando la veta especiada que va por el lado de la nuez moscada y alineada con el polvoso del iris. Al llegar a las 7 horas la nota dominante pasa al pachulí que absorbe los tonos de cuero y musgo proyectando un aroma verde característico un punto antes del llegar al confitado, con el iris todavía presente y apegado a la misma línea de tierra, sumando un cedro ambarado y dejando muy al fondo algunos tintes alimonados del comienzo. En fase final el aroma tiende a un ciprés seco casi cuero con presencia de musgo, con niveles terrosos que opacan la presencia de iris de las fases anteriores y con un vestigial de mentol que puede provenir del ciprés, del pachulí o de un cardamomo, con una base especiada de nuez moscada a la pimienta, con trazas todavía presentes de bergamota muy al fondo.

La fragancia parece rehuir del estilo fresco de la época de los noventa en favor de cargas aromáticas más intensas y de bosque de los años ochenta y finales de los setenta, como sinónimo de elegancia clásica e imagen masculina sólida no ambigua, rondando la idea de bosques de Polo de 1978 pero privilegiando un pachulí al cuero más seco y menos denso a nivel de intensidad aromática. Como fragancia de diario el aroma proyecta una sensación en torno al semiformal pulcro algo maduro y atemporal, con ideas de desplazamientos en automóvil en ciudad y costas, tal vez perdiéndose en un uso en solitario o mareando en situaciones cotidianas o deportivas. En oficina el aroma nuevamente gira en una idea clásica, pasando de un formal de mediana edad a un informal maduro, cercano a medias estaciones lejos del calor y frío excesivos y dando una sensación de autoridad y profesionalismo que se siente en reuniones, sacrificando una idea de personalidad más dinámica para conseguir este efecto. Por el lado nocturno la fragancia se siente más reposada, moviéndose en ámbitos semiformales a informales pero lejos de fiestas dinámicas y rondando la idea de cenas y pubs, con aspecto pulcro y serio a la vez. Por el lado romántico los aromas se sienten tradicionalmente masculinos aunque con una impresión paternal implícita, sintiéndose atractivo pero mostrando una seriedad que le resta un potencial empático o sensual a la fragancia. Rango de edad entre 30 y 60 años.