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Flora by Gucci Eau de Parfum by Gucci

Este perfume del año 2010 aparece un año después de la primera edición de Flora by Gucci lanzada en formato Eau de Toilette, conservando la mayoría de las notas aromáticas originales pero aumentando la densidad de ellas al pasar a formato Eau de Parfum y haciendo un ligero rebalance de notas en la que destacan las frutas por más tiempo y agregando un efecto final cercano a vainilla ambarada. A nivel de empaque el perfume mantiene el mismo frasco hexagonal de la edición Eau de Toilette, cambiando sólo el color de la presentación con el líquido tomando una tonalidad más amarilla y con el tapón y la placa con el nombre de la fragancia al frente de la botella tomando un acabado dorado. En el sitio de Gucci señalan que se repiten las mismas notas aromáticas de Flora, que son: mandarina, peonía, rosas, osmantus, pimienta rosada y sándalo.

En la partida la fragancia muestra las mismas mandarinas de Flora by Gucci en versión Eau de Toilette pero mucho más densas y amplificadas, con una alta intensidad ambiental y agregando tonos azucarados cercanos a naranjas, a saborizante concentrado de jugos y a duraznos también azucarados, con cercanía a florales dulces de tinte frutal asociado a los duraznos e incluso bordeando el nivel de un almíbar. En fase media se mantiene el grupo frutal de mandarinas intensas, con el dulce mostrando una variante hacia vainilla y con apariciones de peonía cerca de la hora y media después de la primera aplicación, todavía con la mezcla comportándose como masa aromática algo lineal por el dominio frutal. Sobre las 3 horas se siente una baja en la presencia frutal, la que pasa a azucarados y aires de vainilla ambarados, con la flor dando partes que se sienten más secas y especiadas, siguiendo la evolución en el grupo de concentrado de mandarina con vainilla, llegando a las 5 horas a mostrar una capa de madera casi de cedro que luego pasa a resina y retorna a vainilla frutal, dando por momentos la misma sensación de sintéticos del primer Flora. A 9 horas se mantiene la línea fragante de mandarinas muy concentradas y un poco más ácidas, bajando la vainilla hacia ámbar y azúcar, sin rasgos del cremoso o del agua de flores del original y por momentos mostrando una flor casi como orquídea tropical cercana a duraznos y damascos muy aromáticos que evolucionan de la vainilla, con un dejo seco ligeramente polvoso derivado de especiado de rosas y con reapariciones de madera. En fase final sobre las 24 horas la fragancia sigue mostrando vetas intensas que llegan incluso a las 30 horas, todavía con una base de mandarinas con damascos ligeramente cremosos y con un punto ácido pero dejando espacio a un floral más suave que también hace aportes frutales en el estilo de una peonía o una magnolia solapada, con ausencia de especiados y tendencia a mantener un cuerpo central y lineal presente desde el comienzo.

La fragancia en su versión Eau de Parfum aumenta el rango de uso del primer Flora Eau de Toilette, manteniendo un estilo joven frutal con más personalidad en un estilo parecido a las mandarinas de Ma Dame de Jean Paul Gaultier pero que también calza en forma más alegre y natural en alguien de mayor edad. Por el fuerte en la parte frutal, la fragancia se siente relajada para un uso de diario, principalmente primaveral y veraniega pero ahora abriéndose a un uso invernal de interiores por las porciones azucaradas, sin mostrar restricciones en un uso en solitario o social. En oficina las frutas se sienten atractivas por su cercanía a flores y por un balance que evita que se escape hacia el estilo frutal chicloso azucarado, tal vez no con una imagen profesional explícita pero destacando a distancia de conversación en tratos con clientes y público, cuidando de un punto ácido que se puede escapar de control si se aplica en exceso. Por el lado nocturno la potencia de las mandarinas y la capa avainillada y ámbarada superan la presencia del Flora Eau de Toilette en este escenario, con buena proyección en fiestas informales hacia el verano y cenas semiformales o reuniones en situaciones atemporales, incluso llegando como alternativa elegante tipo fiesta de matrimonio nuevamente veraniega para alguien joven. Por el lado romántico las mandarinas mantienen una atención y curiosidad constante, reforzada por vetas azucaradas en un enfoque sensual a distancia, cuidando la cantidad aplicada en situaciones de pareja a menor distancia. Rango de edad entre 25 y 45 años.