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Tiare by Ormonde Jayne

Este perfume de la marca de lujo Ormonde Jayne comenzó a estar disponible en forma limitada en Octubre del 2009 y en mayores cantidades desde mediados de Noviembre del 2009. La fragancia toma su nombre del tiaré, una flor polinésica de la familia de la gardenia muy aromática y que tiene un aroma semi frutal que es característico de los aceites bronceadores de línea tropical. Como anécdota sobre su creación, el perfume sufrió una demora de 3 semanas en su lanzamiento debido a que el aceite de tiaré es tan caro que la cosecha de las flores en Tahiti sólo se podía autorizar cuando se aprobara todo el papeleo de la compra, obteniéndose la esencia básica en el mismo país por maceración de los brotes de flor en aceite por 15 días, luego enviándose este aceite a Estados Unidos para ser refinado, después enviándose a Francia para ser procesado y finalmente despachado al estudio de Ormonde Jayne en Londres donde se mezcla con el resto de los ingredientes y se deja macerar el conjunto por un tiempo antes de pasar al envasado. Las notas declaradas en el sitio web de Ormonde Jayne para este perfume son: mandarinas, flor de azahar, lima siciliana, tiaré, fresias, nenúfares, jazmín, orrís (iris), cedro, vetiver, sándalo, pachulí, musgo de roble y musk.

La partida destaca con una veta de cítricos aromáticos no ácidos bastante naturales y que recuerdan a las colonias artesanales hechas con extractos de buena calidad, inicialmente inclinada al nerolí pero pasando a los pocos segundos hacia una línea más cargada a la flor de azahar sin trazas plásticas o sintéticas, acompañado de un floral secundario de fondo difícil de precisar en un comienzo pero que también se siente de buena calidad. Por momentos dentro de los primeros 5 minutos de aplicado aparecen vetas paralelas algo verdes y de la familia de las cáscaras cítricas junto con un aceite de mandarina dulce levemente cargado a la miel, con un aumento del floral secundario que ahora da unos tonos polvosos también dulces y en la misma línea de la miel, que mezclado con la veta de flor de azahar dan un recuerdo vago de algunos puntos aromáticos de un floral de bronceador (lo que se siente por debajo del aceite de coco). A los 15 minutos de aplicado parece todavía mantenerse dentro de la misma fase inicial por la evolución gradual de las notas de partida, repuntando la mandarina a la miel y aumentando el floral de fondo que todavía es sutil y no dominante pero que toma características de flor elegante de jardín, algo como un jazmín no jabonoso. Se sienten cruces muy breves y casi accidentales de cáscara de limón verde y retornos a la idea de flor de bronceador, dando la idea que la fragancia está preparando un cambio de fase ya que el aroma cambia con cada olida. En la fase media a 1 hora de aplicado se sienten estables unas notas de gardenia muy elegante, como de perfume clásico y con tintes de jazmín floral, como extractos de la flor completa incluyendo su centro y pistilos más que sólo los pétalos, ambas montadas sobre la capa de mandarina a la miel donde la miel se siente como una evolución del dulzor de la gardenia. A unas 3 horas de aplicado la fragancia tiende a estabilizarse en intensidad y en ingredientes, dando un tono en su mayoría floral con el dominante en la gardenia dulce y con una estela ligera no densa pero de buen alcance, con la característica que se sienten nuevas gamas secundarias florales de perfumería clásica e incluso maderas al oler por más tiempo. Aproximadamente a las 5 horas se siente un tinte breve de Animale que puede ser indicio del ylang-ylang, bastante natural y sin tintes terrosos. A más de 12 horas de aplicado se mantiene el ylang-ylang en compañía de las gardenias con jazmín, con un breve tinte chiprés y cruces de cáscara de mandarina ocasionales. La fase final a 24 horas de aplicado es más ligera pero todavía notoria, con florales en general jóvenes y frescos con un pequeño tinte atalcado que parece un iris fresco no terroso, con todas las notas teniendo un pequeño dejo más aceitoso como producto natural, con oscilaciones en sus aromas y sensación de profundidad... lo contrario a una nota aromática lineal y constante. Como prueba adicional a más de 48 horas de aplicado la fragancia presenta un cuerpo más cargado al musk dulce, con repuntes de la nota de miel y una vuelta de la gardenia del inicio con aspecto más terciopelado e indicios de fresias algo alimonadas.

Por el nombre "Tiaré" puede que la primera impresión que proyecte el perfume sea el de una fragancia tropical veraniega, sin embargo el perfume en sí sigue una estructura floral más cercana al jardín elegante de Frangipani que al frescor de Osmanthus, Sampaquita o Champaca (todas fragancias de Ormonde Jayne), rica en ingredientes florales de buena calidad y con un pequeño toque nostálgico de los perfumes clásicos de los años 60 (como un guiño u homenaje a una época anterior a la masificación de las notas sintéticas con aromas con más cuerpo y mayor contenido de aceites y donde usar un perfume era símbolo de elegancia), pero balanceando los ingredientes para dar un aroma muy actual e independiente de las tendencias de la moda. Si bien el aroma da una imagen elegante y se sugiere como un aroma atemporal, la imagen que proyecta es en general fresca, joven y muy femenina apta para un uso de diario con una pequeña inclinación hacia la primavera y el verano. En oficina el aroma tiene buena proyección evitando ser intrusivo, saliéndose del promedio y sosteniendo una imagen femenina limpia sin recurrir al extremo clásico más maduro y autoritario. Como aroma nocturno no se siente como una fragancia de noche tradicional, tendiendo a ser más íntima y para ser apreciada por círculos sociales más pequeños en torno al estilo semiformal y formal relajado, desperdiciándose en el campo informal. En el escenario romántico el perfume no es sensual ni seductor, pero produce un efecto extraño por la riqueza de sus flores, dando una imagen muy femenina de alguien que se nota que se esmeró para mostrarse especial en una ocasión también especial. Rango de edad entre 25 y 60 años, con una imagen más sólida en una mujer ya formada entre los 30 y 40 años.