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Beyoncé Pulse NYC by Beyoncé Parfums

Esta fragancia del 2013 es la tercera dentro de la línea Pulse perteneciente a la marca de perfumes de la cantante Beyoncé, siguiendo a la versión original del 2011 y a la edición especial de verano del 2012, con NYC continuando con un concepto aromático de energía y vitalidad que ahora se focaliza en el dinamismo de la ciudad de Nueva York. El envase mantiene el diseño de botella alargado con un tapón asimétrico con forma de funda que sirve de base, cambiando el colorido a un cuerpo de vidrio transparente con un líquido de tono amarillo pálido y con el tapón siendo de color azul metálico. En el sitio de Beyoncé Perfumes no aparecen referencias a esta edición, sin que se tenga un detalle oficial de su composición.

En partida la fragancia comienza con un grupo de notas rojas a la frambuesa y sandía que se muestran algo opacas y solapadas por un fondo de madera y rosas, mostrando a los 5 minutos un cambio a grupos especiados como los de S.T.Dupont pour Femme donde se aprecia una flor terrosa en el centro y continuando a los 10 minutos con una pimienta rosada dominante que se cruza con vetas de rosas blancas ásperas con fresias, ocurriendo a los 15 minutos una inserción de manzanilla o camomila silvestre que refuerza una impresión seca y algo áspera y que se desvía en parte a los 20 minutos con una nota dulce al polen cercana a un ylang-ylang que contiene a un punto metálico secundario de violetas. En fase media a los 30 minutos el perfume retorna a una acidez de frambuesas con piña que tiene acercamientos a pachulí y con un desvío fresco a rosas clásicas aterciopeladas, llegando a 1 hora a una tonalidad floral al polen con matices silvestres y fondos dulces que toman rasgos de las frambuesas y se aproximan a ámbar con vainilla. Sobre las 2 horas el perfume destaca una línea clásica de jazmín con piña derivado de los metálicos de violeta, conteniendo una base de pachulí y residuos de polen de ylang-ylang con una componente silvestre más baja de praderas, elevándose a las 3 horas una línea seca de frambuesas ácidas de bajo contenido de azúcar con bases en vainilla y un punto confitado de pachulí donde se insinúa un aroma poco preciso de cerezas en un bizcocho de selva negra sin crema láctea, elevando a las 4 horas un tono floral frío en jazmín con un residuo de naranja con vainilla. Al superar las 6 horas la fragancia da un giro a notas frutales de jugo en polvo considerando aportes de cerezas, frambuesas y granada con un fondo floral también seco y más frío donde se cuela con mayor fuerza una veta de pachulí que crea un efecto de cacao a la vainilla con bases vegetales, volviendo a equilibrarse las notas a las 9 horas favoreciendo a un floral central de acabado clásico en jazmines con lirios y lilas con un eco de moras al pachulí, teniendo a las 12 horas una aproximación mucho más cercana a la de Angel de Thierry Mugler en una nota alta de pachulí con tintes solapados de piña con un punto frutal dulce al musk de presencia complementaria y una veta floral entre jazmín y violetas que recuerda una nota presente en fragancias de Ágatha Ruiz de la Prada como Love Love Love o Imagina. En fase final a las 24 horas el perfume regresa a un acabado frutal seco de moras con frambuesas apagadas de baja acidez que tienen una presencia densa como en un jugo en polvo, sintiéndose en menor grado una base de pachulí asociada a una característica de grosellas oscuras.

El aroma en esta edición especial NYC de Pulse se siente más apagado y menos festivo en comparación con las notas de praliné y caramelo con maracuyá de sus predecesores Pulse en versión original y Pulse Summer Edition del 2012, distinguiéndose un cambio de foco en su punto medio hacia mezclas florales en parte clásicas con una nota de base al pachulí que asciende hacia el final, a nivel de diario teniendo una presencia atemporal con un menor favoritismo hacia el verano o primavera y con aporte casi nulo a actividades deportivas. En oficina el perfume regresa a un estilo de perfumería clásica mucho más urbano y menos funcional o tropical con cruces de frambuesas que no alcanzan a desarrollar una línea alegre o extrovertida decayendo a líneas parecidas a las de Angel de Mugler o a las de La vie est belle de Lancôme del año anterior, cubriendo el segmento informal y semiformal con un efecto memoria mediano. En el escenario nocturno la fragancia tiende a inclinarse a climas fríos, dando un paso por un jazmín frío como el de Ágatha Ruiz de la Prada que deja una impresión joven aunque no del todo extrovertida en el segmento informal, mostrándose correcto en eventos semiformales pero sin llegar al nivel formal. En lo romántico la composición del perfume presenta algunas aristas punzantes o ásperas que frenan un desarrollo sensual o de conquista, entendiéndose como un aroma de disfrute personal. Rango de edad entre 25 y 60 años.