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Santos de Cartier Concentrée by Cartier

Este perfume de 1982 aparece al año siguiente de la versión original de Santos de Cartier, ambos inspirándose en la línea de relojes Santos que tuvieron su origen en 1904 cuando Louis Cartier diseñó un reloj de pulsera para el piloto Alberto Santos-Dumont dándole la posibilidad de ver la hora mientras volaba, en particular con la versión Concentrée del perfume Santos de Cartier tomando las mismas notas de su predecesor pero aportando un giro anisado y amaderado. El envase usa la misma botella de Santos de Cartier, de frente rectangular con costados curvos y color gris oscuro pero cambiando las referencias a plateado por dorado, existiendo ediciones con tapón removible y con spray integrado en la parte superior externa de la botella, con la nueva versión teniendo un acabado más plano con texturas de surcos verticales. En el sitio de Cartier señalan en la descripción de la fragancia las siguientes notas: albahaca, ámbar, salvia, anís y madera.

En partido de la fragancia presenta una nota dominante de ládano untuoso y con rasgos de cera de abejas que contiene referencias a especiados no picantes de cocina y que gradualmente agrega una nota de menta que se estabiliza a los 5 minutos en una característica herbal que se siente silvestre por la presencia del ládano, profundizando el aroma a los 10 minutos al agregar una capa de limón clásico que se ve afectado por turbiedades herbales y la línea de resina de ládano, inclinando la menta a una variante de enebro con ecos de un cedro que aporta con un tinte ahumado que a 15 minutos cambia el ládano por un incienso con tintes de cuero en el fondo, surgiendo picores a los 20 minutos que se sustentan en la madera y pasan a nuez moscada con un dejo breve de comino. En fase media a los 30 minutos la fragancia mantiene en las capas superiores un cuerpo especiado con rasgos de madera, con apariciones ocasionales de anís y un tono fresco floral neutro que puede corresponder a un jazmín de perfumería masculina, incrementando la potencia del grupo verde que sigue con tintes silvestres a la menta y enebro pero que se acerca a tonos de bosques como en un pachulí clásico que absorbe la impresión de comino, volviendo a aparecer la nota de cera de abejas pero acercándose a sándalo con tonos menores de incienso, presentando a 1 hora de aplicado aromas de cenizas de tabaco quemado con mentol derivado de pachulí, seguido de variaciones del grupo verde hacia ajenjo áspero y aires imprecisos de flores. A las 2 horas el aroma del perfume se suaviza rebajando los aportes de especiados e incienso, centrándose en maderas cálidas que tienden a sándalo con un dejo extra de vetiver y cuero, con parte de las resinas rondando un ámbar y ocasionalmente elevándose una veta de pimienta que contiene dejos verdes y ecos residuales de cedro con un acabado seco al musgo, reapareciendo un punto tenue de anís al fondo de bajo impacto que eleva la idea de flores neutras imprecisas pero que tienden a unirse al grupo verde bajo una apariencia tosca y silvestre, mostrando a las 3 horas un matiz más cálido en ámbar con sándalo con un dejo suave de limón no ácido que tiende a bergamotas dulces y una impresión de aroma de residuos de sacapuntas de lápices de grafito, pasando a las 4 horas a una madera mucho más cálida basada en sándalo y que contiene nuevas referencias a especiados que se basan en las apariciones de vetiver con limón y musgo aproximándose a semillas de cilantro al ámbar. Sobre las 6 horas la fragancia resalta una característica más seca de la madera que vuelve a recordar a restos de madera y grafito de lápices, acercándose a una nota dominante de semillas de cilantro, elevándose el aporte de vetiver clásico de perfumería en un formato amaderado seco levemente ahumado sin llegar a incienso e incluyendo también un dejo breve de regaliz y violetas como un residuo de la nota inicial de anís, con la semilla de cilantro teniendo características comunes con vetiver a las 9 horas alineado con un tono seco y clásico de loción de barbería menos verde que ocasionalmente presenta vértices de tabaco, cedro y ciprés, mostrando a las 12 horas una faceta más fresca donde el mentol se reduce a un tinte de alcanfor, volviendo a surgir la impresión de flores neutras en torno a bergamota y ámbar sobre una base estable más ligera de madera seca y semillas de cilantro. En fase final a las 24 horas la fragancia reduce su presencia ambiental conservando un centro de sándalo que es complementado por un fondo de cedro que absorbe gran parte de las notas verdes y de resina con tabaco ahumado, sintiéndose un aporte de semillas de cilantro que asume la faceta seca del perfume y que por momentos bordea el cuero y vetiver, con puntos ocasionales próximos a pino como residuo del mentolado de pachulí.

La versión concentrada de Santos de Cartier cambia el acabado centrado en resinas al ládano con cuero del original en favor de maderas secas un poco más verdes al vetiver, incluyendo hilos de corta duración de limón a la bergamota y anisado floral, manteniendo un cuerpo que retiene características de otros perfumes de la década del 80 con una profundidad aromática basada en varias capas con un aspecto general oriental amaderado, teniendo por potencia una inclinación de diario hacia épocas invernales en exteriores sin apuntar hacia actividades deportivas. En oficina la fragancia tiende a asociarse con una personalidad notoria y con cierta madurez o experiencia en su forma de actuar, proyectando una imagen seria y por momentos reposada que se siente profesional, con un efecto memoria que requiere de tiempo para apreciarse y que en un comienzo se siente dentro del rango mediano al tener familias aromáticas comunes con otros perfumes de la misma década. En el caso nocturno el perfume pierde algo de brillo y desplante al compararse con la competencia actual, alejándose de los segmentos juveniles y apuntando de manera casi exclusiva al rango semiformal de eventos sociales o con un grado protocolar implícito, pudiendo llegar al caso formal pero como una fragancia elegante y clásica no dinámica. A nivel romántico la fragancia evita mostrar notas punzantes o demasiado herbales, teniendo acogida en un segmento mayor de edad ya que algunas porciones de vetiver con verdes dejan una impresión paternal a menor edad. Rango de edad entre 30 y 60 años.