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Grey Vetiver by Tom Ford

Esta fragancia del año 2009 es el segundo perfume masculino de la marca asociada al diseñador estadounidense Tom Ford, quien ha actuado como director creativo en firmas como YSL y Gucci, teniendo sus inicios en el mercado de los perfumes con una colección creada para Estée Lauder entre el 2005 y el 2007, comenzando en ese último año con su propia línea de productos manteniéndose bajo el alero de Estée Lauder e incentivando el uso de materias primas de alta calidad, con Grey Vetiver apelando al uso de una nota de vetiver elegante y de mayor pureza de lo tradicional que resalta la imagen de un hombre carismático y provocador a la vez. El envase propone una botella plana y ancha con hombreras curvas que se caracteriza por una textura de líneas verticales que incluyen al tapón, y que ya había sido usada en su predecesor Tom Ford for Men del 2007, destacando un líquido transparente con tonalidades ligeramente verdes. En el sitio de Tom Ford destacan que las notas aromáticas de este perfume son: flor de azahar, pomelo, salvia, maderas tibias, iris, nuez moscada, pimienta (posiblemente en una variante de pimienta de Jamaica que combina aromas de canela, clavo de olor y nuez moscada con un acabado más dulce), vetiver, liquidámbar (o " amber wood" en inglés) y musgo de roble.

En partida la fragancia sigue una línea que comparte enfoques mediterráneos, con sensaciones de bergamota que se combinan con arbustos secos que no alcanzan a llegar a vetiver pero que repiten impresiones como el mirto de Essenza di Zegna, seguido de un ahumado que está entre un incienso, tonka, un hule de violetas tipo Fahrenheit de Dior y un té negro Lapsang Souchong como en Bvlgari Black, sumando a los 5 minutos una capa más fresca de nerolí que crea contrastes con el punto de hule y que se acerca a variantes más florales a los 10 minutos, destacando una base seca de madera muy alineada con el tono de hule y que desprende acabados terrosos que se acercan a iris, incorporando a los 20 minutos picores neutros de la familia de la pimienta rosada que se complementan con verdes tipo cardamomo. En fase media a los 30 minutos se sostiene un centro de madera seca con ásperos de pomelo tenue y levemente amargo que se aproximan a un floral blanco más delicado y que se acerca en esta veta hacia un lado más femenino que se compensa con el tono de humo que ahora toma un aspecto más plástico y se cruza con variantes de pimienta, con el hule abriéndose por momentos y dando un aroma de violetas de productos infantiles, bajando su intensidad en torno a los 45 minutos que sostiene un ahumado plástico dominante con hule que se acerca a acabados de cuero mojado de corte invernal que se oponen a los frescos de nerolí de presencia más ambiental después de 1 hora de aplicado. A 2 horas el aroma baja en intensidad tomando un matiz más frío, sosteniendo un acabado seco donde el punto de hule deja de ser dominante y desciende a la base cambiando la capa principal a una madera con un plástico de flor de azahar que incluye una veta verde ligeramente mentolada y con profundidad suficiente, teniendo una inclinación más verde a las 4 horas que se basa en maderas secas más ligeras y que aparecen montadas sobre el tono de goma que ahora es más atalcado y plástico con un dejo dulce. Sobre las 7 horas la fragancia mantiene la misma estructura de ahumado con referencias a Fahrenheit, desarrollando al fondo una veta un poco más verde de madera seca que se aproxima a heno con salvia y mentol suave que parece dar forma a la nota de vetiver en la que se basa el perfume y que sigue un formato discreto y no estridente, bajando la intensidad del aroma al acercarse a las 9 horas equiparando la idea de un vetiver fresco de arroyos con poco limón y trazas de menta, con un polvoso de violetas que se combina con humo de incienso, agregando un punto similar a aquilaria a las 12 horas que complementa al ahumado que se mantiene como dominante, agregando porciones verdes discretas en las que se distingue una salvia mesurada no metálica. En fase final a las 24 horas el aroma sigue un matiz clásico con menos presencia de ahumados que bajan al fondo, resaltando en la capa superior tonos de vetiver aromático sin menta que se confunden con lavanda y cuya intensidad baja por saturación al oler por más tiempo.

El aroma sigue una estructura clásica basada en pocas notas que se hacen notar en profundidad y calidad, apegándose a un enfoque de diario limpio y atemporal que tiene un inicio similar a una colonia fresca y que luego se apega a un uso más personal de corte semiformal y pulcro, disminuyendo la posibilidad de un uso deportivo con el paso de las horas por el efecto tipo hule polvoso que sigue un estilo más calmado y menos funcional. En oficina la fragancia apunta a líneas distinguidas, como una combinación sutil y no estridente para traje y corbata que trae recuerdos de un estilo de perfumería elegante basado en materias primas ricas y profundas de la década del cincuenta, rehuyendo a la vez de la densidad de notas alcanzada en los años setenta y ochenta, con un efecto memoria que puede llegar a bueno si se pone atención al aroma a corta distancia y donde se distingue un centro ahumado característico cercano a Fahrenheit de Dior, en general moviéndose dentro de un rango mediano por una idea de pulcritud e imagen correcta subjetiva. En el caso nocturno el perfume tiende a perderse en ambientes demasiado juveniles, dinámicos o contaminados, enfocándose hacia ocasiones limpias de corte formal tipo galas y matrimonios que privilegian un desplante elegante y donde es bien recibido el concepto de imagen clásica, pudiendo dar una impresión seria y poco acogedora en reuniones con amigos. En lo romántico el perfume tiende a seguir una estructura aromática de corte limpio más personal que favorece impresiones elegantes, por encima de las intenciones seductoras o sensuales. Rango de edad entre 25 y 60 años.