Agua de Bambú Hombre by Adolfo Domínguez
Esta fragancia del año 2013 aparece como la versión masculina de "Agua de Bambú" femenino creado durante el 2011, agregándose a los perfumes ya existente para hombre y mujer de "Bambú" del 2010, con toda la colección apegándose a una filosofía propia del diseñador español Adolfo Domínguez de inspirarse en la naturaleza. El envase conserva el diseño de botella propuesto para "Bambú" de hombre pero con el uso de un gradiente que va de oscuro a transparente en la base, usando un tono azul similar al de su par femenino "Agua de Bambú". En el sitio de Adolfo Domínguez no aparecen referencias sobre este perfume, sin que se cuente con un listado de notas aromáticas oficial.
En partida la fragancia presenta una nota dominante cercana al vetiver pero en un formato alimonado y complementado por tibios de musk, con inserciones graduales de ámbar que se abren a los 10 minutos a tonos de naranja y mandarinas mesuradas, con cruces de salvia que pueden derivar de una variante de pomelo a los 20 minutos y que trae recuerdos del aroma de Zara Man de la década del noventa, también fabricado en ese entonces por Puig. En fase media a los 30 minutos el perfume se sostiene en líneas verdes a la salvia levemente alimonadas por efecto de vegetales, con un fondo de agua atribuible a bambú o a una combinación de nerolí con maderas ligeramente especiadas, incorporando una línea fresca más floral cercana a flor de azahar al aproximarse a 1 hora de aplicado. A 2 horas la fragancia deja atrás la sensación de salvia en favor de un repunte de pomelos que mantienen un carácter amargo pero en menor grado, apegándose a un formato de agua de cítricos de la familia de las naranjas que conserva una base más áspera de vetiver y que agrega polvosos de la familia de las violetas o las hojas de violeta, aumentando esta última nota floral a las 3 horas la cual adquiere un aspecto más polvoso y dulce con un pequeño dejo anisado, moviéndose a la par con grupos alimonados a la bergamota que contribuyen a una sensación de un segundo floral de la familia de la flor de azahar y el jazmín que aprovechan los polvosos de la violeta, conservando al fondo un vetiver fresco menos áspero que se acerca más a la idea de un acuático. A partir de las 4 horas el perfume parece centrarse en un jazmín que absorbe tanto las violetas como el áspero de pomelos y que da una aproximación cercana al de algunas fragancias tipo desodorante deportivo de invierno, aumentando el pomelo en torno a las 6 horas y reduciendo parte de las vetas destacadas de violetas mientras sostiene el floral cercano a jazmín. Sobre las 9 horas la fragancia reduce la presencia de florales a un mínimo los que son absorbidos por el pomelo, con aumentos de musk y madera fresca cruzados con amargos de origen múltiple entre cáscaras de cítrico y maderas tipo raíces, llegando a las 12 horas a un punto de mayor complejidad del musk que se abre a ámbar, madera y un tono de cuero fresco, conservando el grupo de cítricos al pomelo y creando un efecto acuático cercano a un aire marino más salado y lejano a calone, con un tinte floral levemente femenino de perfumería clásica que potencia notas de violeta y jazmín. En fase final a las 24 horas la fragancia mejora bastante al reducir la impresión de amargos tipo salvia y bajar la presencia de pomelo cítrico, con ascensos de tonos tibios de la familia del ámbar y el musk que arrastran tonos cercanos a madera con cuero y que se abre a especiados de mayor picor de la familia de la pimienta, teniendo un retorno al cabo de unos minutos a tonos secos y polvosos que giran en torno a jazmín y violetas con una pequeña inclinación a Le Male de Jean Paul Gaultier y a colonias de perfumería femenina de la década del sesenta y setenta, aspecto que es mesurado por la presencia de vetiver que aporta una capa áspera.
La fragancia hace un balance entre ideas acuáticas verdes y aportes florales que tienen la intención de sacar el aroma del promedio, quedando corto en esta intención y moviéndose la mayor parte del tiempo en un ámbito de diario atemporal e indiferente de la época del año, levemente superior a un desodorante de comienzo del día y mostrando características que lo hacen afín a un uso deportivo, aunque más por la ausencia de notas molestas al transpirar que por una intención funcional refrescante. En oficina el aroma se inclina hacia el lado cotidiano, con preferencia al segmento informal y optando a un semiformal fresco de acuerdo a la ropa que se usa, con un efecto memoria mediano con momentos destacados en el punto de brillo de las violetas polvosas, enfocándose mejor en un trato con colegas que optando a una intención profesional seria. En el caso nocturno el perfume vuelve a moverse en un rango que va del informal al semiformal aunque con menos soltura y con un poco de rigidez no limitante en fiestas adolescentes, funcionando mejor en pubs con algo de sobreaplicación y mostrando baja intrusividad en reuniones con amigos en casa, sintiéndose simple en matrimonios u otras situaciones más formales. En lo romántico el perfume presenta líneas secas que no tiene una primera intención sensual o conquistadora, privilegiando ideas de limpieza y relajo personal. Rango de edad entre 25 y 45 años.