Frutto della Passione by L'Erbolario

Este perfume, de fecha estimada de creación alrededor del año 2010, se agrega a la colección de productos de la marca italiana L'Erbolario los cuales suelen tener una fuerte base de ingredientes naturales macerados de forma artesanal y que se presentan en diferentes líneas como aguas perfumadas, jabones y cremas, con Frutto della Passione tomando como centro las propiedades fitoterapéuticas del extracto de la pasiflora o flor de la pasión de origen americano y cuyo fruto en esta variante es una versión más insípida de la maracuyá llamada granadilla con forma de huevo, con la flor sorprendiendo a los conquistadores españoles por su forma llamativa y belleza geométrica que les recordaba diferentes detalles de la Pasión de Cristo como la corona de espinas y el color purpura del manto de Jesús, hecho que motivo el ser nombrada de esta manera. El envase sigue líneas simples con una botella cilíndrica que se curva hacia la zona del tapón y que recuerda el frasco usado en Neroli Neroli y Patchouly, con un vidrio en tono violeta intenso alineado con el color de los pétalos de la flor, con la caja llevando imágenes de la planta. En el sitio de L'Erbolario no dan gran detalle a la composición de la fragancia, señalando que su ingrediente principal es: flor de pasiflora.

La partida de la fragancia se siente lenta, con un primer punto floral neutro y aislado que recuerda aromas de colonias clásicas de los años sesenta con rasgos de aldehídicos con jazmín e incluso con vetas de Charlie de Revlon, con brillos muy esporádicos de una esencia frutal que no dura más de un par de segundos, manteniendo la evolución en esta etapa hacia pétalos polvosos que recuerdan a iris y flores de azahar. En fase media a 40 minutos la fragancia comienza a adquirir una mayor presencia dulce sin llegar a frutales, con pasos por iris dulce e impresiones cercanas a lirios del valle con un fondo más turbio que recuerda frutos maduros oscuros tipo ciruelas mezclas con efectos de algas de Fiore dell'Onde de la misma marca, arrastrando tonos suaves de tallos que se hacen más notorios a 1 hora de aplicado, seguido de apariciones similares a nerolí a 1 hora y media complementado con retornos del cuerpo floral clásico tipo jazmín con aldehídicos que refuerzan la idea de tono polvoso similar a iris. A 2 horas y media el aroma se mantiene con una estela mesurada y centrado en grupos florales, con un punto que sigue asociándose a polvosos de violetas e iris dulce con aporte de nerolí que en esta fase adquiere un carácter un poco más punzante pero sin llegar a un desarrollo frutal, incorporando a las 3 horas capas en ascenso más amaderadas y que dan una impresión de canela apagada. A las 5 horas la fragancia comienza a desarrollar nuevas capas dulces que dan un paso breve por rosas amieladas no ácidas ni frutales, manteniendo una línea similar a violetas e iris más azucarado y con impresiones de polen que comienzan a asociarse con ámbar a las 7 horas, superando la sensación de polvoso de pétalos de las etapas anteriores. A las 9 horas el perfume estabiliza un corte que se siente más artesanal y que se basa en tintes dulces de flores con dejos de bergamota cercana a flores de azahar y porciones de plantas aromáticas de la familia de la lavanda que se asocian a dejos de madera, con capas de azúcar que no alcanzan a llegar a niveles frutales y que se sienten más cercanas a miel con ámbar y polen, agregando a la mezcla un punto de jazmín fusionado con rosas dulces a las 12 horas. En fase final a las 24 horas la fragancia presenta mayor proporción de florales de jardín que incluyen porciones de rosas y jazmines con un dejo de tallo de flores cercano a pimienta rosada de bajo picor, con polvosos más húmedos que se alejan del iris y se acercan a madera de sándalo y musgo de bosque más oscuro, eliminando casi todos los rastros de nerolí y manteniendo un residuo muy bajo de un frutal maduro cercano a ciruela.

La fragancia, a pesar del nombre que lleva, parece centrar su aroma la mayoría del tiempo en grupos florales de jardín sin llegar a momentos de desplante frutal exuberante, con momentos que incluso rozan el chiprés con una cercanía a canela y tallos y que en general tienen un desplante discreto afín con un uso de diario relajado de primavera y verano, de corte limpio que no se siente desperdiciado si se usa en solitario, indiferente a las actividades deportivas aunque también sin aportar tonos funcionales que aporten dinamismo. En oficina el aroma vuelve a sentirse discreto con tonos secos medianamente clásicos, sin puntos fuertes que potencien un efecto memoria pero a la vez sin ofrecer tonos chocantes, apegado a un uso personal relativamente cotidiano y alejado de enfoques comerciales. En el campo nocturno la fragancia tiende a perder impacto, en parte por su estela de baja potencia, perdiéndose ante la competencia y frente a la contaminación ambiental. En lo romántico la fragancia tampoco ofrece notas aromáticas brillantes o destacadas que causen curiosidad, entendiéndose como un producto artesanal de disfrute personal. Rango de edad entre 25 y 60 años.