Madame Rochas Eau de Toilette by Rochas
Este perfume creado originalmente en 1960 y reformulado en 1989, corresponde a una de las creaciones destacadas de la casa francesa Rochas, fundada en 1925 por Marcel Rochas inicialmente como una tienda de diseño de vestuario bajo el nombre de "Marcel Rochas Couture" y enfocándose como una casa de perfumes un par de años antes de su muerte en 1955, con "Madame Rochas" entendiéndose como la continuación de "Femme" que fue creado en 1949 como regalo de bodas para su esposa Hélène, pensando ella como directora de la empresa en un sucesor igualmente elegante para integrar a la línea de perfumes de la marca pero que tuviese un estilo más moderno para la época y que fuese más fácil de usar, bautizándolo como Madame Rochas por el tratamiento que recibía Hélène en sociedad. El envase sigue líneas clásicas y sobrias, con una botella simétrica de base estrecha y vidrio transparente grabado con surcos verticales y tapón dorado, con una etiqueta simple de papel adherida al frente con letras doradas que recuerda un frasco de perfumería antigua de comienzos del siglo XX. En el sitio de Rochas señalan a nivel descriptivo su estructura aromática señalando que contiene una gran cantidad de flores, destacando las siguientes notas principales: aldehídicos, rosas, jazmines y lirios del valle.
En partida la fragancia muestra un centro de tendencia aldehídica dominante que incorpora líneas de nerolí seguidas de capas tipo raíces que apuntan rápido a especiados suaves e impresiones de tallos de flores en un marco chiprés suave, con apariciones de rosas suaves que se sienten parte de una mezcla floral compleja y que se mantiene en segundo plano, con múltiples vetas extras paralelas de nivel secundario que se mueven entre resinas, maderas y flores de jardín complementarias, con apariciones de frutales dulces mesurados por el lado de ciruelas y damascos que también guardan relación con los florales y con las rosas. En fase media a 30 minutos la fragancia profundiza el punto de nerolí manteniendo como base casi invariable al aldehídico, con las rosas tomando más presencia seguidas de violetas con cruces de iris alineados con las capas de tallos, sumando dejos imprecisos de resina y pimienta rosada que dan una idea de atalcados fragantes al fondo, con el punto de rosa mostrando un momento cercano al amoniacal a 1 hora de aplicado, con el aldehídico alimonado con raíces secas dando la idea de un aroma que está en un punto medio entre un Chanel Nº5 y un Ô de Lancôme, desarrollándose la resina atalcada a 1 hora y media de la partida y resaltando parte de las vetas frutales iniciales por el lado de ciruelas cruzadas con violetas y jazmines con dulces de polen de lirios del valle jabonosos. A 3 horas el aroma es mucho más dulce con un dominio de lirios del valle con rasgos de violetas que dan un tinte jabonoso limpio y elegante a la vez, con jazmines de apoyo que siguen la misma línea y que en conjunto superan la capa de aldehídicos que baja a un mínimo atalcado, con impresiones de ámbar y miel más suaves que un ládano que se unen al seco tipo talco que ahora recuerda raíces y a vetiver fresco. A 6 horas el aroma intensifica la linea seca de raíces equiparando por momentos al grupo floral jabonoso, con una evolución de fruta madura a 8 horas que da la idea de una rosa clásica con un punto de miel, abriendo este punto de fruta madura hacia verdes mentolados de pachulí y resinas inciensadas con picores suaves y terrosos de iris balanceados con un punto de musk a 10 horas que sirve de base para un retorno del polen dulce de lirios del valle a 12 horas, con puntos de pino de pachulí y musgo que llevan al perfume hacia un lado mucho mas verde y complementado con aldehidico que se desprende del atalcado. En fase final, cuando alcanza las 24 horas de aplicado, la fragancia presenta múltiples líneas aromáticas que se mueven entre florales con frutas y especies a la madera, con puntos de lirios del valle y jazmines frescos con notas adicionales de claveles y rosas de jardín sobre un iris dulce que se siente potenciado por frutales ligeros y neutros por el lado de los damascos, con mayor presencia de ámbar que complementa el dulzor de los jabonosos florales y frutales y que llega a un amielado con madreselvas suave, con una base seca de especiados no picantes que recuerdan a pimienta rosada con madera de raíces, vetiver fresco y tallos de flores, con atalcados que reviven la idea de aldehídicos con un aspecto más cercano al de limpieza y de detergentes.
La fragancia presenta un aroma heredado de la perfumería previa a los años noventa, con una estructura formada por una alta cantidad de notas simultáneas que se alejan del estilo más agresivo en torno a rosas de los años ochenta para inclinarse a terrosos de influencia chiprés frescos y manejables de la década del sesenta, contemporáneo con Ô de Lancome pero con una complejidad mayor cercana a Chanel Nº5 y Ma Griffe de Carven, con un primer escenario de uso que apunta a momentos de diario primaverales que incluso se abren a usos en solitario por una línea inocente y fresca, encajando bien en situaciones sociales no excesivamente producidas a nivel semiformal e incluso formal elegante de mayor edad. En oficina el aroma se sostiene por si solo por la mezcla de florales que aporta una sofisticación empática y no intrusiva, nuevamente en el segmento semiformal que tiende a un formal artesanal y que encaja por oposición con una imagen más producida y de rasgos limpios, relajándose en vestimenta y comportamiento a medida que se avanza en edad para evitar dar una impresión demasiado madura o estereotipada. En el campo nocturno la fragancia tiende a retroceder con respecto a otras alternativas de perfumes más complejos, teniendo mejor desempeño en el día. En lo romántico la fragancia se apega a las líneas de apariencia inocente para dar una impresión acogedora y limpia con impresiones elegantes cruzadas, sin apuntar a intenciones conquistadoras y con preferencia de uso con pareja conocida. Rango de edad entre 30 y 60 años.