Romance Men by Ralph Lauren
Esta fragancia de 1999 fue lanzado al mercado un año después de Romance para mujer y mostrando a nivel publicitario una nueva imagen más apegada a la personalidad de un hombre, de corte más moderno y de ciudad que se aleja de los conceptos presentados hasta ese momento por la línea de perfumes masculinos de Ralph Lauren que iban por la idea de club social en Polo, tierras lejanas en Safari y energía deportiva en Polo Sport. El envase sigue lineas parecidas a su par femenino Romance, con un envase rectangular y tapón cuadrado, todo en líneas angulosas rectas y tonalidades gris oscuro. El sitio web de Ralph Lauren no declara en forma explícita las notas del perfume, señalando a grandes rasgos su composición como: notas crujientes, notas frescas, especias exóticas y especias seductoras.
La partida tiene tintes clásicos frescos, con una veta fría tipo lavanda sobre agua especiada con verdes iniciales tipo bosque y algunos cítricos aromáticos en la línea de la bergamota o la mandarina a nivel secundario y complementando el tono de agua fría. En fase media decae la porción verde tipo pino hasta prácticamente desaparecer, manteniendo el cuerpo de agua especiada aromatizada con lavanda, agregando puntos más secos que oscilan entre una madera, especies más vivas e incluso algo de florales de perfumería masculina. Al cabo de 1 hora la fragancia deja atrás a la lavanda centrándose ahora en maderas un poco más secas con ideas de cedro montado sobre agua especiada, incluso con una tendencia a maderas de bosque más oscuras. Sobre las 3 horas de aplicado la tendencia es a mantener la línea de especies bajando un poco la intensidad del aroma y fundiéndose los aromas sin tanta independencia entre las notas especiadas, aumentando la base de madera en tonos oscuros, algo húmedos y terrosos en la línea de un musgo de roble. Sobre las 6 horas vuelven las líneas de agua de lavanda, menos especiada y más jabonosa e incluso con aires tenues de enebro como estilo aromático, mostrando una nueva veta de especies más picantes que potencian la intensidad del perfume y le dan un nuevo repunte. En fase final mantiene las líneas especiadas limpias con rasgos de enebro y lavanda secundaria, con fondos de madera tenues y tendiendo a resina de pinos. En una prueba sobre las 48 horas de aplicado la fragancia da unos tintes clásicos ochenteros cercanos a Azzaro, parte lavanda con ámbar y un dejo especiado ligero que recuerda al anís.
El estilo de la fragancia es bastante particular, por un lado sigue una tradición cercana a la línea de los primeros Polo y Safari, pero también busca romper el esquema clásico y enfocarse a un público más joven como en el rupturista Polo Sport que es su antecesor directo, equiparándose con la promesa de sensualidad renovada que trae su par femenino Romance, lo que consigue a base de una veta fresca algo lineal de gran intensidad y buena fijación en torno a la cual gira el resto de las notas secundarias, principalmente agua especiada mesurada y limpia que proyecta un estilo masculino de aceptación general. Tomando en cuenta que el punto fuerte de la fragancia es su intensidad y estela, y que su estructura central no presenta gran complejidad ni grandes variaciones, el aroma se siente con un buen desplante para un uso de diario atemporal, centrado en el estilo semiformal pulcro y favoreciendo situaciones con un entorno social para no dar la sensación de desperdiciarse en solitario. En oficina las líneas limpias y la alta intensidad tienen buen efecto, sin sentirse intrusivo al no tener notas densas o recargadas y con un buen desplante profesional de corte clásico rejuvenecido. En el campo nocturno consigue una buena presencia por su alta intensidad capaz de sobrepasar a la competencia cercana y recalcando un estilo semiformal pulcro con tendencia a un formal joven de traje y corbata, tal vez no muy dinámico y demasiado producido para situaciones más cotidianas e informales como fiestas. Por el lado romántico el aroma proyecta una imagen masculina que se siente familiar, correcta y algo conocida, lo que favorece una buena recepción y aceptación, balanceando bien las notas clásicas para no dar una imagen demasiado paternal y recalcando la idea de pulcritud como perfume de alguien que se preocupa de su imagen y considera una cita como una situación muy especial. Rango de edad entre 25 y 50 años, con un punto fuerte en el segmento de los 30 años.