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Mugler Cologne by Thierry Mugler

Hay varias historias sobre esta fragancia del año 2001, la mayoría se centra en la idea de Thierry Mugler de imitar la fragancia de un jabón (acá las historias que escuché varían: que era el jabón con que lo bañaba la abuela, que fue un jabón que olió en Marruecos o que quiso imitar la fórmula de un jabón antiguo de la Edad Media). Apegado al estilo de Mugler de evitar evoluciones de aromas y estructuras estándares de perfumes en favor de la evocación de una imagen, la fragancia contiene ingredientes tradicionales en jabonería (limón, naranja, nerolí y musk), más un ingrediente secreto de tintes sintéticos denominado "molécula S".

En partida influye la historia de inspiración en base a un jabón, ya que la fragancia toma estos tonos frescos jabonosos en torno a limones y naranjas pero sin sentirse tan obvios como en una colonia clásica. Se sienten también dejos verdes de plantas, como en un jabón artesanal pero sin caer en un área aromaterápica. En notas medias se nota un cambio, pasando a a una fase que todavía se siente como un producto de limpieza (pero más sutil que una barra de jabón) más una fase verde que recuerda ciertos tonos del Theorema Uomo de Fendi y por momentos a extractos de savia verde (como en Omnia Amethyste de Bulgari), un poco en la línea de las fragancias "Jardin" de Hermès (como el Un Jardin sur le Nil). Al probar la nota de base al día siguiente mantiene el aroma vegetal de savia levemente dulce, con ausencia de notas cítricas y un dejo maderoso muy tenue, más una capa de musk algo más tibio y que le da soporte al tono verde.

La fragancia destaca por ser anunciada como unisex y efectivamente no ser chocante para ninguno de los dos sexos, aunque siento un poco más de inclinación hacia el lado masculino al ser cítrica y verde sin florales. Tiene preferencia a un uso de diario y verano, ya que es refrescante por el lado cítrico sin parecer colonia básica, y destaca en oficina como un aroma limpio con énfasis en los verdes aromáticos. Puede que aguante un uso nocturno pero veraniego... curiosamente puede tomar un carácter formal como un reemplazo más fresco y joven del vetiver clásico. Por el lado romántico es agradable, algo adictivo y levemente gourmand por la nota similar a savia verde, aunque no es su fuerte si se piensa comprar la fragancia específicamente para este propósito. Rango de edad entre 20 y 45 años.