Realiza una Búsqueda

En busca del descontinuado perdido

Una de las consecuencias del dinamismo del mercado de los perfumes es la facilidad con que las fragancias pueden quedar descontinuadas al dejar de ser fabricadas o al ver alterada su composición original después de una reformulación. Existen casas de perfumes como Guerlain que tratan de mantener siempre un stock de todos sus productos, incluso de los más antiguos como Jicky de 1889, pero en la gran mayoría de los casos las empresas fabricantes no tiene más remedio que sacrificar las líneas de producción que tienen menos ventas en favor de las que producen más ingresos con el fin de mantenerse con ganancias (como Coriolan de 1998, también de Guerlain). En otras ocasiones las mejores intenciones de un perfumista se vienen a tierra debido al surgimiento de regulaciones sanitarias internacionales, como el caso del IFRA, que obligan a cambiar las materias primas por opciones más sustentables o menos dañinas cambiando el aroma final de la fragancia. En otra línea están las ediciones limitadas o de temporada que son un ejercicio creativo que, a no ser que ocurran ventas excepcionales, se sabe desde un comienzo que su paso por tiendas será breve.

En todas estas situaciones el resultado es un público que queda sin su producto favorito y que se ve obligado a buscar alternativas, pero dentro de este sector hay un porcentaje importante de consumidores que han usado una fragancia por años y quedan literalmente desvalidos al no saber hacia dónde ir, o que han desarrollado un gusto sibarita donde cualquier otra propuesta de perfume no llega al nivel de disfrute o comodidad de la fragancia que perdieron.

La primera reacción es salir a buscar las últimas botellas que existan de este perfume, pero es una actividad que tarde o temprano tendrá una conclusión ya que será cada vez más difícil y costoso conseguir la siguiente botella, a riesgo que tenga alteraciones en su aroma por los años o por malas condiciones de almacenaje.

Está la opción de ir por las llamadas "fragancias inspiradas en..." que suelen ser imitaciones de un perfume usando las mismas notas del original o tratando de conseguir una aproximación por ingeniería inversa o basándose en las impresiones aromáticas más notorias que desprende. Al no ser una copia exacta, una imitación de perfume durante su uso mostrará pequeños desvíos que pueden tomarse como una casualidad afortunada o derechamente un punto en contra... incluso la tan promocionada característica de los clones de "dura más que el original y es más intenso" puede resultar en molestias, pérdida de dinamismo o elevar notas que se disfrutaban manteniéndolas a un nivel bajo o por poco tiempo.

El problema no está en el perfume que se acabó, el problema reside en el cariño que se le tomó y la dependencia que se formó con este objeto, que en términos humanos sería la analogía a una pareja romántica: se tiene a alguien con cualidades y defectos especiales que uno conoce, aprecia e incluso sabe de memoria a medida que pasan los años, pero después de un quiebre o del fin de la relación es muy difícil encontrar una nueva pareja con las mismas características. Ocurrirán algunos rasgos parecidos, gustos en común y formas de pensar similares pero está descartada la posibilidad de encontrarse con un clon físico y sicológico.

¿Que se puede hacer si me encuentro sin mi perfume favorito, o sabiendo que puedo perderlo? Siempre investigar, nunca quedarse quieto y no estancarse en un único estilo. Existen las comidas increíbles y los vinos únicos, pero no se vive consumiéndolos todos los días. Hay segundos lugares que ofrecen alegría, películas que no son de cine arte pero cumplen con entretener y fragancias más relajadas o igualmente elegantes y sofisticadas pero que viajan sobre otro conjunto de notas y que también son capaces de crear recuerdos y memorias.

Si llevas años con un mismo perfume, ábrete a crear descansos con otra fragancia de menor tamaño y agrégale días de disfrute a tu primer perfume. Mantén una mayor rotación en este segundo perfume y aprende a caminar por el pasillo de un museo lleno de nuevas obras en lugar de quedarte mirando un solo cuadro. Y cuando te quede el último spray, que ese día sea increíble para que lo atesores como un recuerdo, o usa esa última aplicación sobre una prenda o un peluche que difícilmente visitará la lavadora o simplemente guarda la botella para que esté a mano y puedas recordarla con sólo abrir el tapón.