Good Girl Eau de Parfum Légère by Carolina Herrera
Esta fragancia del año 2018 corresponde a una derivada de Good Girl aparecido en el 2016, con esta edición Légère conservando un formato Eau de Parfum pero con una estructura más fresca y luminosa que favorece tonos frutales a la vainilla con matices de anís en reemplazo de los aportes más tibios de café y cacao, continuando con un enfoque de "femme fatale" moderna que se mueve tanto en el día como en la noche. El envase mantiene la forma de botella de zapato taco alto modelo Stiletto de la primera edición de Good Girl, agregando un gradiente en la zona frontal que va de azul oscuro a transparente en la base representando la transición del día a la noche y la dualidad entre el lado bueno y el malo de una mujer. En el sitio de Carolina Herrera presentan en la descripción del perfume estas notas: dulce de leche, mandarina, rosa búlgara, jazmín, flor de azahar, praliné, canela, bergamota, limón, granos de tonka, sándalo, cedro, cashmerán, pachulí, ámbar y musk.
En partida la fragancia establece un centro inicial de tonka y vainilla con madera y praliné, mostrando a los 5 minutos unos aportes florales cremosos que se desvían a los 10 minutos a una combinación de miel y tabaco que deriva a los 15 minutos a tallos de flores amaderados, agregando a los 20 minutos un punto discreto de lavanda con pachulí que guarda cercanía con un aromatizador ambiental y que es compensado por una capa de almendras amaderadas. En fase media a los 30 minutos el perfume se aligera destacando un cuerpo verde basado en limón y flor de azahar con un fondo oscuro de almendras y praliné con un indicio cremoso de tuberosas y gardenias, moviéndose el aroma al cabo de 1 hora hacia frutas rojas y peonías con un aire de orquídeas como en Heat de Beyoncé sobre una madera más áspera que incluye un mínimo de especiados y un desvío a naranja roja. A las 2 horas la fragancia sigue una línea dulce en vainilla con peonías que tienen oscilaciones a flores tropicales al frangipani y a tonos de bronceador con lichís, destacando a nivel ambiental un especiado de anís de la familia del jazmín y el regaliz, volviendo a las 3 horas la nota de orquídea que aumenta la cremosidad del perfume reforzando los tintes de fruta tropical a la vainilla y mango manteniendo una proyección ambiental de anís, tomando a las 4 horas un acabado plástico que se basa en parte en la nota de vainilla y a una nota de durazno reforzando la presencia de especiados que agregan canela con limón a la línea ambiental de anís. A las 6 horas el perfume propone una versión más picante de la nota de limón que tiene matices verdes que pasan por nuez moscada y clavo de olor con un dejo aldehídico de detergente, sostenido sobre un cremoso más bajo de flores que contiene los tonos de fruta que se vuelven menos tropicales junto con un hilo de vainilla, concentrando a las 9 horas la nota de anís que se funde con vainilla teniendo algunos ecos de canela y elevando una sección frutal más jugosa y amplia de lichís y peonías con duraznos, apagando a las 12 horas parte de la sección frutal para continuar con vainilla y especiados que producen un efecto de adormecimiento en la nariz. En fase final a las 24 horas el perfume cambia la nota de anís por una proyección similar basada en vainilla y jazmín con mezclas especiadas secundarias, almendras y granos de tonka, persistiendo en el fondo una línea frutal medianamente ácida que tiende a naranja roja y peonías.
La fragancia repite algunos rasgos generales secundarios de la primera edición de Good Girl, apuntando en esta ocasión a tonos más brillantes y frutales que superan el cuerpo más oscuro y por momentos masculino de su predecesor e incluso dejando una sensación de mayor profundidad y evolución de sus notas, continuando a nivel de diario con una presencia atemporal pero con una preferencia veraniega que no sigue una línea deportiva. En oficina el perfume consigue una presencia más empática que Good Girl en su versión original, evitando seguir una tendencia autoritaria y destacando con más chispa y dinamismo adaptándose a situaciones profesionales informales y semiformales con un efecto memoria sobre el promedio que mejora en la proyección ambiental del anís plástico. En el caso nocturno la fragancia se inclina a un público joven e informal de apariencia pulcra, pasando normalmente al nivel semiformal de cenas y eventos sociales con una preferencia veraniega, pudiendo llegar a situaciones formales sencillas gracias a la evolución y profundidad de sus notas. En lo romántico la veta de anís puede molestar a corta distancia, pero usando aplicaciones mesuradas el aroma se siente alegre y conquistador a la vez con un carácter atrevido e irreverente que finaliza en un estilo elegante y joven que llama la atención tanto en conversaciones con desconocidos como en salidas con pareja conocida. Rango de edad entre 25 y 60 años.
En partida la fragancia establece un centro inicial de tonka y vainilla con madera y praliné, mostrando a los 5 minutos unos aportes florales cremosos que se desvían a los 10 minutos a una combinación de miel y tabaco que deriva a los 15 minutos a tallos de flores amaderados, agregando a los 20 minutos un punto discreto de lavanda con pachulí que guarda cercanía con un aromatizador ambiental y que es compensado por una capa de almendras amaderadas. En fase media a los 30 minutos el perfume se aligera destacando un cuerpo verde basado en limón y flor de azahar con un fondo oscuro de almendras y praliné con un indicio cremoso de tuberosas y gardenias, moviéndose el aroma al cabo de 1 hora hacia frutas rojas y peonías con un aire de orquídeas como en Heat de Beyoncé sobre una madera más áspera que incluye un mínimo de especiados y un desvío a naranja roja. A las 2 horas la fragancia sigue una línea dulce en vainilla con peonías que tienen oscilaciones a flores tropicales al frangipani y a tonos de bronceador con lichís, destacando a nivel ambiental un especiado de anís de la familia del jazmín y el regaliz, volviendo a las 3 horas la nota de orquídea que aumenta la cremosidad del perfume reforzando los tintes de fruta tropical a la vainilla y mango manteniendo una proyección ambiental de anís, tomando a las 4 horas un acabado plástico que se basa en parte en la nota de vainilla y a una nota de durazno reforzando la presencia de especiados que agregan canela con limón a la línea ambiental de anís. A las 6 horas el perfume propone una versión más picante de la nota de limón que tiene matices verdes que pasan por nuez moscada y clavo de olor con un dejo aldehídico de detergente, sostenido sobre un cremoso más bajo de flores que contiene los tonos de fruta que se vuelven menos tropicales junto con un hilo de vainilla, concentrando a las 9 horas la nota de anís que se funde con vainilla teniendo algunos ecos de canela y elevando una sección frutal más jugosa y amplia de lichís y peonías con duraznos, apagando a las 12 horas parte de la sección frutal para continuar con vainilla y especiados que producen un efecto de adormecimiento en la nariz. En fase final a las 24 horas el perfume cambia la nota de anís por una proyección similar basada en vainilla y jazmín con mezclas especiadas secundarias, almendras y granos de tonka, persistiendo en el fondo una línea frutal medianamente ácida que tiende a naranja roja y peonías.
La fragancia repite algunos rasgos generales secundarios de la primera edición de Good Girl, apuntando en esta ocasión a tonos más brillantes y frutales que superan el cuerpo más oscuro y por momentos masculino de su predecesor e incluso dejando una sensación de mayor profundidad y evolución de sus notas, continuando a nivel de diario con una presencia atemporal pero con una preferencia veraniega que no sigue una línea deportiva. En oficina el perfume consigue una presencia más empática que Good Girl en su versión original, evitando seguir una tendencia autoritaria y destacando con más chispa y dinamismo adaptándose a situaciones profesionales informales y semiformales con un efecto memoria sobre el promedio que mejora en la proyección ambiental del anís plástico. En el caso nocturno la fragancia se inclina a un público joven e informal de apariencia pulcra, pasando normalmente al nivel semiformal de cenas y eventos sociales con una preferencia veraniega, pudiendo llegar a situaciones formales sencillas gracias a la evolución y profundidad de sus notas. En lo romántico la veta de anís puede molestar a corta distancia, pero usando aplicaciones mesuradas el aroma se siente alegre y conquistador a la vez con un carácter atrevido e irreverente que finaliza en un estilo elegante y joven que llama la atención tanto en conversaciones con desconocidos como en salidas con pareja conocida. Rango de edad entre 25 y 60 años.