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La vie est belle L'Eclat L'Eau de Parfum by Lancôme

Esta fragancia del 2017 se agrega a la línea de ediciones elaboradas a partir de La vie es belle Eau de Parfum del 2012, siguiendo a otros lanzamientos como la versión Eau de Toilette, L’Eau de Parfum Légère, Intense y la edición Florale del 2016, con la propuesta L'Éclat conservando los rasgos de pachulí al iris de la versión pero resaltando un cuerpo más alimonado y fresco que se centra en una flor de azahar. El envase conserva los rasgos principales de la botella planteada por la primera edición con un frasco de base gruesa con una sección cónica que contiene al perfume y rematado por un tapón cúbico transparente con un lazo en tela translucida con forma de hojas, diferenciándose en la textura de la sección cónica de vidrio que tiene texturas en cuadrícula. En el sitio de Lancôme destacan en la descripción del perfume las siguientes notas: flor de azahar, iris, jazmín, pachulí y vainilla.

En partida la fragancia destaca un foco en jazmines con moras con un acabado similar al de los perfumes Imagina y Love Love Love de la marca Ágatha Ruiz de la Prada pero con una apariencia menos densa o sintética, incluyendo a los 5 minutos un polvoso de peonías a la frambuesa que tiene un ascenso rápido a frutales jugosos rojos no ácidos, mostrando a los 10 minutos indicios de pachulí que están por debajo de la capa polvosa y que son seguidos por repuntes de moras que son opacados a los 15 minutos por un cuerpo alimonado flor de azahar, favoreciendo el perfume a los 20 minutos una notoriedad de jazmín a nivel ambiental pero con una baja de potencia a corta distancia que se enfoca en notas de madera y almendras con un polvoso de pachulí apagado. En fase media a los 30 minutos la fragancia se apega al estilo de jazmín con moras de la línea Ágatha Ruiz de la Prada agregando adicionales de almendras y peonías, sosteniendo un desarrollo en madera y almendras con flor de azahar y aportes de polen de jazmín que contienen el sintético de moras al cabo de 1 hora. A las 2 horas el perfume reduce el aporte de moras alejándose de los conceptos florales de la marca Ágatha Ruiz de la Prada al asumir la flor de azahar el acabado plástico sintético, teniendo ideas parecidas a las de Alien de Thierry Mugler pero con matices adicionales de almendras con limón, manteniendo a las 3 horas un cuerpo plástico con base en agua dominado por flor de azahar con interferencia de jazmines y secciones frías de cáscara de naranja que impiden una similitud precisa con Alien de Mugler, elevándose a las 4 horas una variante más frutal del jazmín que reduce la presencia de flor de azahar cambiándola por frambuesas y peonías con un dejo de violetas y moras. A las 6 horas el perfume continúa disminuyendo la presencia de flor de azahar y jazmines equiparándolas con un tono dulce cercano a caramelo y praliné que tiene un origen en pachulí confitado pero que se siente más suave y depurado que la versión usada en el primer La vie est belle y que se acerca a vainilla, pasando las 9 horas a un formato más acuático de moras y arándanos que se acercan a una esencia de uva como una componente de una flor de azahar, desviando a las 12 horas los puntos de vainilla y caramelo a un azucarado de moras sobre una base de flores de azahar y violetas. En fase final a las 24 horas la fragancia vuelve a un dominio de flor de azahar que se siente más polvosa y alimonada reduciendo las referencias a jazmín y reemplazándolas por grosellas oscuras, sosteniéndose sobre una base acaramelada con azucarado frutal y matices verdes vegetales.

La fragancia muestra una faceta diferente al aroma propuesto por el primer La vi est belle, reduciendo el impacto del pachulí y las moras favoreciendo tonos cítricos a la flor de azahar con aportes de jazmín que traen recuerdos de perfumes de otras marcas, puntualmente de algunas selecciones de Ágatha Ruiz de la Prada y el cuerpo plástico de Alien de Mugler, centrándose a nivel de diario en usos de primavera y verano con una estructura que se aparta del uso deportivo. En oficina el aroma posee matices clásicos que se sostienen en lineamientos laborales pero que la mayor parte del tiempo sufren desvíos por parte de la flor de azahar y las componentes plásticas a la mora del jazmín, en especial en el caso sobreaplicaciones, tendiendo a apegarse a eventos pulcros informales con un efecto memoria bueno pero no necesariamente empático en algunas alzas punzantes de sus notas. En el caso nocturno la fragancia pierde dinamismo pero haciéndose notar en espacios contaminados como fiestas o bares tanto en un público adolescente como adulto en el segmento informal, todavía teniendo algunas características semiformales que requieren mesura en su aplicación para no interferir con el aroma de una cena, con la flor de azahar dando un matiz relajado que resta complejidad en un evento formal. A nivel romántico las notas principales de la fragancia tienen momentos altos y punzantes que pueden molestar a corta distancia, dificultando el poder lograr establecer un ambiente acogedor y entendiéndose como un perfume de disfrute personal. Rango de edad entre 25 y 60 años.