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Perry Ellis Cobalt by Perry Ellis

Esta fragancia del 2014 es la continuación directa Perry Ellis de hombre del año anterior, siguiendo una línea urbana menos formal y más moderna que se centra en un estilo de comportamiento general fresco que remata en maderas elegantes. El envase repite la forma de botella diseñada para el perfume Perry Ellis del año anterior, de forma cuadrada con una ventana circular al centro transparente que deja ver el liquido en su interior, con cambios de colores en el cuerpo que pasa de oscuro a plateado y la ventana central que ahora es de un azul vivo. En el sitio de Perry Ellis señalan en la descripción del perfume las siguientes notas: bergamota, mandarina, naranja, jengibre, romero, salvia, higo, sándalo, coñac, cashmerán, ámbar y musk.

En partida la fragancia presenta una mezcla fresca con influencia verde y base floral blanca y limpia, por momentos imprecisa y aproximándose a jazmines de perfumería masculina, enfocando el grupo verde a los 5 minutos hacia un enebro con carga de menta de comportamiento tradicional y medianamente lineal que agrega a los 10 minutos una faceta más silvestre que recuerda al aroma de geles de áloe o interiores de cactus, incrementando una cercanía a madera suave a los 15 minutos que siguen apegándose a un estilo clásico y fresco, produciendo picores ligeros que se aproximan a especiados suaves y amaderados a los 20 minutos. En fase media sobre los 30 minutos el aroma combina una línea verde fundida con especiados amaderados que se apega a un comportamiento lineal, sumando por encima de los 45 minutos un tono de resina licorosa suave que comparte características con la madera y que abre los verdes hacia un lado herbal silvestre un poco más profundo que el enebro, llegando a 1 horas con un aumento del efecto licoroso que se basa en una resina fresca con un especiado de la familia de la nuez moscada con aporte de madera fragante. A las 2 horas la fragancia baja los tonos verdes de manera drástica estabilizándose en un aroma más seco que sigue girando en madera pero que incorpora líneas de acabado terroso, con el punto de licor volviendo a una resina medianamente anisada con nuez moscada que vuelve a resaltar la presencia de un floral de la familia de las violetas que se combina con tintes de bergamota, profundizando la resina a las 3 horas que tiende hacia una madera presente en fragancias de los años ochenta en torno a cedro y sándalo combinado con jengibre seco derivado del tono de tierra, profundizando en paralelo el acabado de polvo que va más allá de un floral y de la madera escapando del grupo verde y yendo hacia un incienso tipo palisandro con musgo suave, repuntando el tono de bayas de enebro que absorben el tono inicial de licor y que crean un efecto de bosque que se abre a pachulí y cedro a las 4 horas combinado con nuez moscada y resina oscura. A las 6 horas la fragancia pasa por una etapa de similitud con cuero en los aportes de madera y que reúne las vetas verdes, terrosas y de musgo de bosque, comenzando a las 9 horas un ascenso de la línea de resina que se afina en un ámbar más fresco que todavía contiene licorosos y recupera maderas más frescas y fragantes que escapan del cedro y el pachulí tendiendo a notas depuradas con un punto a la baja de bergamota, teniendo a las 12 horas una baja en intensidad que centra el aroma en una madera con un especiado similar tipo nuez moscada o jengibre, con fondos verdes perdidos que vuelven a confundirse con flores neutras. En fase final a las 24 horas el aroma sigue una tendencia más tradicional y conocida en un acabado atalcado de ámbar con picor de nuez moscada y jengibre qué bordea el cardamomo, y en esta última nota recordando aires de bosques a la tierra menos precisos.

El perfume establece un centro verde que es complementado por notas que se apegan a una evolución gradual, incluyendo un tono de licor que corresponde a una veta moderna que finalmente desaparece dejando un aroma de aspecto más tradicional, apuntando a nivel de diario con posibilidad de destacar en interiores tanto en invierno como verano, perdiendo potencial deportivo por la presencia de las maderas. En oficina el perfume se siente correcto y pulcro en una línea semiformal, volviéndose por momentos algo autoritario por la profundidad que adquiere la veta de madera y con el efecto memoria sosteniéndose en mediano durante la fase de dominio del enebro y por momentos superando el promedio cuando surge el tinte de licor. A nivel nocturno la fragancia se vuelve seria y semiformal, proyectándose como una opción de salidas con amigos en un pub o idas a fiestas pulcras, pero teniendo más soltura usándolo en cenas con colegas o con motivos sociales, pudiendo llegar a situaciones de matrimonios aunque con el tono de licor confundiéndose con otras fragancias más simples y conocidas. En lo romántico el perfume apunta a líneas masculinas clásicas que tienen un público fiel, en especial con parejas conocidas, con algunos especiados bajando el potencial seductor ante desconocidas. Rango de edad entre 30 y 60 años.