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Zino by Davidoff

Esta fragancia de 1988, de la marca de tabacos y artículos de lujo Davidoff, aparece en la misma época de Cool Water dentro de una propuesta de diferentes estilos aromáticos, ambos siguiendo a Davidoff de 1984 que fue el primer perfume de la marca y en particular con Zino recibiendo este nombre por el fundador Zino Davidoff fallecido unos años antes, con la fragancia siguiendo una línea aromática tradicional para la época que se centra en combinaciones de grupos verdes con lavanda con un aire relajado que se apega a la filosofía de Davidoff de disfrutar la vida de manera calmada. El envase usa una botella de perfil similar al de Cool Water, de frente rectangular y perfil redondeado en los costados, pero proporcionalmente más compacto y usando un vidrio color ámbar oscuro, con el tapón también siendo de un tamaño más ancho y en color amarillo. En el sitio de Zino Davidoff no aparecen menciones de esta fragancia, sin que se tenga un detalle de su composición aromática.

En partida la fragancia presenta tonalidades fuertes de grupos verdes mentolados que se aproximan a eucalipto combinado con limón y que se sostienen al menos hasta los 10 minutos cuando las capas dominantes de eucalipto bajan dejando espacio a mandarinas y bergamotas dulces mucho más mesuradas pero con un grado de concentración alto, combinando trazas de incienso al fondo con aportes bajos de jengibre al llegar a los 20 minutos. En fase media a los 30 minutos la fragancia comienza a mostrar aproximaciones hacia lavandas también densas que se confunden con aromatizantes de limpiadores y de plastilina, con trazas silvestres de alfalfa y heno al fondo que se mezclan con herbales terrosos que tienen aspecto de pasto seco y se sostienen a 1 hora de aplicado, con pequeños aportes de limón. A las 2 horas el perfume sostiene una presencia de lavanda que combina puntos secos de vetiver con especiados suaves a la nuez moscada, bajando su intensidad y estela y dejando ver una línea más notoria de limón que contiene herbales aromáticos tipo cilantro y tomillo que absorben las impresiones de heno, incluyendo una idea de pachulí silvestre cercano a bosque que se hace más notorio a las 3 horas arrastrando tonos terrosos de madera con vestigios de florales, teniendo una baja de intensidad a las 4 horas donde predomina un tono dulce de cáscaras de mandarina y bergamota con tibiezas de musk y lavanda limpia con un aire dulce de cedro ambarado o vainilla al agua que crea un fondo atalcado. A 6 horas la fragancia comienza a presentar variaciones en el tono de lavanda que se vuelve menos intenso y más natural alejándose de la idea de aromatizantes de limpieza al incorporar vetas verdes cercanas a tallos de hojas ligeramente aterciopelados que se combinan con madera, teniendo a las 9 horas un aspecto silvestre de pachulí y musgo con maderas junto con un punto de resina cercano a tonka que absorbe la veta de vainilla oscilante, sumando picores de la familia del cardamomo que se mezclan con una flor imprecisa que varía entre rosas oscuras y claveles secos, llegando a las 12 horas a una variante más fresca cercana a una colonia que combina bergamota, ámbar, flores blancas, especiados al agua y un tinte de lavanda más delicada. En fase final a las 24 horas el perfume presenta una base al musgo que contiene una línea más dulce con aspecto de talco de vainilla mezclada con ámbar tibio y musk con bergamota que contiene a la idea de un floral suave, con impresiones bajas de pachulí que incluyen verdes de vetiver y secos especiados de bajo picor.

La fragancia maneja un estilo centrado en una lavanda de praderas que se siente como el opuesto geográfico de Cool Water de la misma época, conservando mayores referencias a un estilo tradicional de la época similar al de Eau pour Homme de Armani de 1984 y a Tuscany pero Uomo de Aramis con un aire del musk avainillado y atalcado de Wild Country de Avon, demorando en mostrar líneas frescas pero luego asentándose en un enfoque de diario atemporal por una combinación de aportes que van por naranjas veraniegas y tibios invernales, con la lavanda apegándose a una línea tradicional que se aleja de las situaciones deportivas. En oficina el aroma ofrece una primera impresión más dura y formal que se suaviza durante el día relajando también la edad de uso aparente, con un efecto memoria que aumenta por encima del mediano al llegar al punto de dominio de las mandarinas atalcadas con vainilla sobre las 4 horas, apegado a un estilo que balancea tratos con colegas y reuniones en espacios pequeños con un aire de autoridad. En lo nocturno la fragancia se mantiene en un segmento informal y semiformal con preferencia veraniega y con un aire mediterráneo de exteriores, sintiéndose rígido a nivel adolescente y perdiendo complejidad con el paso de las horas quedando corto en un escenario formal de galas o matrimonios. En lo romántico la fase inicial más verde con el centro de lavanda restan atractivo y sensualidad a la capa de mandarinas atalcadas, manteniéndose dentro de un concepto de fragancia de disfrute personal. Rango de edad entre 30 y 60 años.