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Yvresse by Yves Saint Laurent

Este perfume del año 1993 reaparece dentro de la serie La Collection YSL del año 2011 que rescata varias fragancias clásicas descontinuadas de hombre y mujer para celebrar casi 50 años de creación de perfumes, en especial con Yvresse llevando al momento de su lanzamiento el nombre de Champagne, el cual debió ser retirado debido a litigios legales con los propietarios de la denominación de origen de los vinos espumantes franceses, renombrándose como Yvresse como una mezcla del nombre del diseñador Yves Saint Laurent con la palabra francesa "ivresse" que se entiende como "embriaguez" o "intoxicación", pero manteniendo dentro de su descripción la idea de una mujer libre que degusta la vida como si fuese una copa de champaña, celebrando sin una moral restrictiva que la limite y saliendo a bailar sólo porque disfruta del baile sin esperar que la inviten, mostrando su sensualidad sin importarle la mirada de los demás. El envase mantiene la forma de botella estándar de esta colección que consiste en un cubo cubierto de un esmalte blanco marfil con un tapón también cúbico ubicado en diagonal con respecto al frasco, con el nombre del perfume conservando su tipografía original y con un listado breve de sus notas y año de creación en una de las caras laterales, reemplazando a la botella original que tenía unas hombreras doradas que recordaban el seguro metálico del tapón de una botella de champaña. En el sitio de YSL Experience destacan las mismas notas aromáticas básicas mencionadas en la botella y que son: nectarines, lichís, rosas, violetas y pachulí.

En partida el perfume presenta líneas frutales notorias, con grupos que giran en torno a moras y grosellas oscuras con un dejo breve a piel de uva en torno a los 5 minutos y que parece una referencia al nombre antiguo de Champagne, cambiando estos puntos a fondos de frutales rojos ligeros y frescos, asentando sobre los 10 minutos un cuerpo paralelo floral discreto y neutro con puntos de aldehídico y verdes suaves con pimienta rosada que traen recuerdos breves del musgo de Y de YSL de la década del sesenta, llegando a los 20 minutos con líneas extras de lilas que aportan una sensación metálica alineada con las moras. En fase media a los 30 minutos la capa de moras se enfoca hacia una derivada de rosas oscuras, sumando un cambio de la pimienta rosada hacia tallos de rosas que profundiza una idea de musgo elegante y fresco a la vez, con este último punto tendiendo a especiados más marcados que pasan por una idea de incienso y luego se estabilizan en canela, clavo de olor y un verde de vetiver con pachulí de bosque al fondo que crea una impresión de chiprés fácil de recordar a 1 hora de aplicado. A las 2 horas el perfume mantiene una estela potente y destacada, con desarrollos del grupo frutal hacia variantes de duraznos que se combinan con un especiado más notorio y que incluye porciones de madera seca, dando la idea de una canela mezclada con nuez moscada que conserva en la base una rosa clásica casi de complemento, aumentando la profundidad del especiado que se abre hacia un vetiver seco con pocas partes verdes y sumando violetas polvosas dulces que recuerdan el aroma de caramelos basados en azúcar prensada con esencia de violetas y que se vuelven la nota dominante a las 3 horas en compañía de un tono de damascos y duraznos, con repuntes esporádicos de tallos de rosas fragantes con un aire de ámbar o tonka más oriental con un dejo a duraznos maduros a las 4 horas que volatilizan amoniaco de rosas clásicas a las 5 horas. A las 7 horas el aroma se siente mucho más dulce y estable, con un centro de duraznos con fuerte influencia de violetas secas que se inclina hacia ámbar y produce picores integrados dentro del rango de un grano de tonka, con la violeta teniendo un momento de apertura hacia iris y lilas que da un tinte metálico más oscuro que se funde pronto en un tallo de rosas con resina inciensada, con las flores tendiendo nuevamente a las 9 horas a una violeta que incorpora un jazmín que arrastra vetas metálicas y verdes a la vez apegado a un cuerpo de talco y musgo con puntos alimonados polvosos como en un aldehídico que vuelven a recordar parte de la base de Y de YSL, llegando a las 12 horas con un talco de violetas con un aire a lavanda y secos de tallos al vetiver que da una impresión unisex medianamente masculina, sosteniendo en la capa superior una segunda violeta más densa y concentrada que incluye vetas tibias y dulces de ámbar que crean oscilaciones de rosas oscuras también densas cargadas al durazno y cruzadas con madera de sándalo al borde del incienso y con referencias a clavo de olor. En fase final a las 24 horas se mantiene un cuerpo dulce con mayor proporción de florales, conservando un fondo frutal que vuelve a moras maduras con aires de durazno y acompañado de especiados mixtos que se confunden con clavo de olor y canela, destacando al fondo una rosa clásica que genera tintes frutales rojos seguido de una violeta de aspecto más metálico que se integra por este lado con las vetas especiadas con dejos de vetiver y tallos secos de rosas al cardamomo.

La fragancia presenta un estilo que se siente como el intermedio entre los años ochenta y las décadas posteriores, con una combinación de un chiprés potente que incluye frutales más alegres que el promedio de la época y que brevemente se siente como el antecesor de Baby Doll de 1999, sosteniendo unas violetas receptivas y delicadas que restan agresividad y que a la vez se vuelven el centro de atención de la fragancia como lo haría Flower de Kenzo varios años después, calzando bien en un uso de diario que muestra un buen potencial de uso invernal y que tiene sus momentos primaverales bajo una mayor personalidad o a mayor edad, en la mayoría de los casos rehuyendo de situaciones deportivas o con mucho dinamismo. En oficina el perfume se siente potente y notorio combinando agresividad y elegancia con mucha autoconfianza e incluso proyectando niveles de autoridad, sintiéndose en pasillos y dejando una estela con un alto efecto memoria por una combinación de picor amaderado montado sobre polvo de violetas dulces, conservando una imagen que se sostiene por encima del semiformal complementando un traje sastre más formal, igualando a Tresor de Lancôme en la impresión que causa en una reunión combinando sensualidad y personalidad, pudiendo causar intrusividad en espacios pequeños y mal ventilados. En el caso nocturno la estructura del aroma se aleja del perfil adolescente de fiestas informales, apuntando hacia invitaciones semiformales a cenas en restaurantes o casas de conocidos con cierto grado de compromiso social, pasando naturalmente a un nivel formal de matrimonios y galas en una mujer que ha ganado elegancia con los años, dando una pequeña tendencia a agresividad rupturista en alguien más joven. En lo romántico la combinación de familias aromáticas se apega a los lineamientos de la vieja escuela, con un aroma capaz de crear una impresión sensual en una mujer no adolescente y que consigue crear adicción a corta distancia incluso con desconocidos. Rango de edad entre 30 y 60 años.