Rose Ikebana by Hermès
Esta fragancia del año 2004 es uno de los primeros perfumes de la serie Hermessence, una colección de originalmente 4 botellas con aromas de características minimalistas fabricados por el perfumista Jean-Claude Ellena y destinados a ser vendidos en forma exclusiva en boutiques de la marca Hermès, agregándose anualmente más perfumes a la colección. En particular este perfume se inspira en el arte japonés del ikebana, consistente en un arreglo floral minimalista muy estético y expresivo del cual el perfumista quiso hacer un equivalente en el campo de los perfumes para conseguir la representación de una rosa ligera y delicada, rodeada de notas complementarias que reforzaran la idea del brillo que presenta al amanecer bañada por el rocío matinal. El empaque hace uso de la botella tradicional de Hermès, la misma usada por la colección "Un Jardin" y por otros perfumes tradicionales de la marca como "Eau d'Orange Verte" y Caleche, distinguiéndose por un capuchón de cuero de color marrón en el tapón, con opción de compra de una funda también de cuero del mismo color que envuelve a la botella. En el sitio de Hermès se destacan sólo 2 notas aromáticas que son: rosas y ruibarbos.
La fragancia en su partida muestra una nota de rosas muy dulce y bastante frutal, moviéndose incluso en rangos de lichís, damascos y grosellas rojas alejándose de la idea de frambuesas que suele ser recurrente en estas flores, pasando rápidamente a un tono más ácido ligeramente alimonado que se integra bien con las rosas, las cuales también varían hacia ideas de agua floral y tonos polvosos aterciopelados de pétalos ligeramente amielados. En fase media a 1 hora la estela aromática aumenta consiguiendo inundar una habitación pequeña, con las rosas volviéndose más jabonosas y más alimonadas manteniendo fondos vegetales de tallos e ideas de pétalos, con cruces a damascos ácidos ligeramente punzantes. A 2 horas y media la rosa sigue como nota principal y dominante, mostrando variaciones entre el afrutado y el amielado con una baja en el alimonado ácido que parecía ser aportado por el ruibarbo, favoreciendo líneas de damasco y té de rosas ligeramente especiado. Cerca de las 6 horas la fragancia mantiene el carácter floral amielado, inclinándose en esta etapa hacia aromas de peonías más rosadas y naturalmente más ácidas, dejando a las rosas originales como un aporte de vetas especiadas, con el ruibarbo manteniendo el dejo cítrico que se acerca ahora más a un pomelo o un yuzú de baja aromaticidad que a variantes de limones o naranjas. A 9 horas la fragancia ya se siente estable, balanceando notas de rosas dulces tipo peonía con capas especiadas y puntos ácidos de ruibarbos con pomelo y damascos, cada uno con ascensos y descensos oscilatorios en el tiempo, con la peonía con damascos y miel mostrando cercanías ocasionales con un magnolia o gardenia. A unas 12 horas la nota de rosa parece bajar en intensidad mostrando líneas más ácidas, con una peonía con más frutos rojos a la miel y con el ruibarbo presentando dejos vegetales tipo tallos pulposos. En fase final destaca la peonía por encima de la rosa, con los frutales rojos integrándose con la veta ácida del ruibarbo sobre una base dulce de miel, con la nota de rosas volviendo a líneas clásicas de jardín entre polvoso con especiado.
La fragancia por el centro de rosas dominante se muestra directamente femenino dentro del carácter unisex con el que se clasifica a la colección Hermessence, con un aire clásico elegante y joven a la vez que lo enfocan bien como una fragancia de diario incluso cotidiana para usar en solitario aunque con una preferencia social por la intensidad que posee, de corte primaveral y veraniego de interiores y exteriores más enfocado hacia la ciudad que hacia la playa. En oficina el aroma llama la atención con un aire profesional no maduro, más clásico y lineal que el proyectado por Pleasures Bloom de Estée Lauder y con puntos más ácidos de lo normal que lo desmarcan del promedio y causan un buen efecto memoria, con buena presencia en pasillos y en reuniones. Por el lado nocturno el aroma consigue mantener una intensidad aromática que supera a los olores ambientales y a la competencia, suficientemente elegante para un evento formal e irreverente para una fiesta informal para una mujer joven, sintiéndose más natural en situaciones semiformales como cenas y reuniones con amigos. En lo romántico las capas frutales de las rosas y las peonías se sienten receptivas e inocentes por momentos, joviales en general y con el ruibarbo ácido dando la nota curiosa y variante que llama la atención y rompe la linealidad de los florales, tal vez cuidando la cantidad de perfume aplicado al estar a corta distancia. Rango de edad amplio, entre 15 y 60 años, con una preferencia por el lado chispeante sensual entre los 20 y 45 años.