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Encre Noire pour Elle by Lalique

Este perfume del año 2009 corresponde a la contraparte femenina de Encre Noire para hombre, una fragancia creada 3 años bajo la licencia de la cristalería Lalique, fundada en 1885 por el francés Rene Lalique quien tuvo estudios de orfebrería y se especializó en el diseño y esculturas de piezas de cristal, realizando en un comienzo diseños de joyas para Cartier y Boucheron pero luego independizándose para hacer sus propias creaciones y trabajar por encargo para la decoración de iglesias y mansiones siendo uno de los representantes de los movimientos artísticos Art Noveau y Art Deco, teniendo su primera aproximación en el mundo de los perfumes en 1908 cuando François Coty, fundador de la casa de perfumes Coty, le solicitó la creación de las botellas de sus fragancias que hasta entonces se vendían en botellas con formato de botica. Para este perfume el envase corresponde a una estilización cúbica de la botella de Encre Noire de hombre que originalmente representaba un tintero de cristal de la colección Lalique de comienzos del siglo XX, lo que explica también el nombre del perfume que se traduce del francés como "tinta negra". En el sitio de Lalique Parfums, perteneciente al portafolios de Art & Fragrances que también maneja las fragancias de Jaguar y Grès, señalan que las notas principales de esta fragancia son: ámbar, fresias, rosas turcas, osmantus, kephalis (una molécula patentada por Givaudan de tonos cercanos a tabaco con madera y ámbar), vetiver y musk.

La partida en los primeros segundos de aplicación se siente ligera, casi sin olor, demorando la fragancia unos 2 minutos en evolucionar mostrando aromas ligeramente amaderados secos con una nota de rosa clásica casi búlgara que trae recuerdos de varios perfumes clásicos de la década del ochenta y noventa, con un punto oscuro ambarado ligeramente verde herbal con tabaco que trae ideas de Ormonde Woman de Ormonde Jane. En fase media la evolución se mantiene gradual pero lenta, manteniendo dos centros principales a cargo de una rosa que se vuelve más dulce manteniendo su complejidad y buena calidad, más una veta seca ligeramente amaderada que está entre un vetiver fresco con dejos masculinos y un iris terroso ligeramente metálico que aumenta la sensación de polvosos y que se mantiene al menos en las 3 primeras horas de aplicado. A unas 6 horas de la partida el aroma mantiene la solidez de las rosas, mostrando una tonalidad que pasa del clásico al frutoso con tintes de durazno y damasco que aumentan el dulzor floral y traen un vago recuerdo de la porción central de Trésor de Lancôme, perdiendo la idea de iris que queda como un dejo entre metálico y talco de violetas, sintiéndose ocasionalmente una segunda flor en la línea del jazmín floral no jabonoso también con grados de densidad parecidos a la rosa pero que tiende a quedar en segundo plano balo las líneas de fruta. A unas 8 horas la nota de rosa muestra mayores matices, perdiendo algo de dulzor y mostrando más vetas ligeramente especiadas que lo alejan del estilo de rosa búlgara pero que todavía la dejan como una rosa compleja y densa, con un pequeño dejos de iris con violetas al fondo que por momentos parecen un derivado de las rosas, con puntos secos de madera de arbustos. En fase final las rosas se sienten tibias con un dejo a duraznos y damascos que sigue trayendo recuerdos de un Trésor ligero, con puntos de berries oscuros derivados de las rosas y que guardan cercanía con tintes de moras, violetas e iris, con capas suaves de madera especiada tipo tallos que también derivan de las flores.

El perfume sigue una línea clásica centrada en una rosa compleja con cruces secos iniciales que recuerdan a vetas de arbustos y de tabaco breves, sin mostrar un vetiver obvio como el que dice reutilizar de la versión masculina de esta fragancia. Como aroma de diario se siente un poco complejo, de corte social, de exteriores en ciudad y atemporal por intensidad, balanceándose entre un primaveral y un invernal, evitando situaciones muy informales y cotidianas con mucho calor y dando la idea que se desperdicia al usar en solitario. En oficina se siente elegante y semiformal hacia formal sin caer en una categoría demasiado madura, como una versión más joven y simple de Trésor de Lancôme pero igualando su intensidad, con buena imagen profesional manteniendo feminidad, sintiéndose en pasillos y con un buen efecto memoria por el centro de rosas. Como aroma nocturno mantiene una intensidad suficiente para equiparar a la competencia y a aromas ambientales, orientado a cenas con cierto grado de complejidad y más elegantes que una reunión de amigos, moviéndose bien dentro del ámbito de fragancias pensadas para una fiesta de matrimonio e incluso un pub o una disco dentro de un ámbito pulcro no informal. En el campo romántico las rosas por momentos apelan a la vieja escuela de seducción de florales intensos, con una línea central más simple en comparación con otras fragancias clásicas pero que lo hacen sentir más joven, con suficiente carga sensual y conquistadora a distancia pero evitando un ámbito informal. Rango de edad entre 25 y 60 años.