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Pleasures Bloom by Estée Lauder

Esta fragancia del 2010 corresponde al quinto integrante de la serie Pleasures de Estée Lauder, presentando en esta ocasión una fragancia que retoma varios puntos presentes en las diferentes versiones de los 4 Pleasures pero agregando nuevas notas frutales y una proporción extra de peonías y jazmín, tomando como centro una inspiración en la primavera y el verano, en las flores y el romance implícito que despierta en esta época del año, y en las brisas tibias que arrastran el aroma de las flores, resaltando los placeres simples de la vida. La botella es la misma usada en toda la serie, con un vidrio liso y sin estampados que recuerda al envase del original y agregando una flor de tela en la zona del cuello como distintivo. El el sitio de Estée Lauder destacan las siguientes notas principales: pomelo rosado, violetas, frambuesas, lichís, lirios verdes, peonías rosadas, rosas, jazmín, musk, vainilla y pachulí.

La partida tiene una carga floral alta acompañada de frutales tenues, con impresiones de flores de jardín con tonos rojos de las frutas pero que no alcanzan a mostrarse en forma independiente, actuando sólo como elementos potenciadores de las flores, mostrando en este punto recuerdos de varias de las ediciones de Pleasures, principalmente del original con rasgos del Intense que tiene notas rojas. En fase media todavía se distinguen algunas líneas de los frutos rojos, varios de ellos al agua como lichís suaves con ideas de bergamota, agregando tonos vegetales que se sienten como flores de jardín e incluso como pastos, hierbas de prado o tallos de flores que rondan el polvoso. Al cabo de 1 hora aumenta una de las líneas florales que es la que recuerda al Pleasures original, con la idea de una rosa blanca poco fragante que tiende a una peonía muy potente, con bastantes polvosos de pétalos e ideas de frutos todavía verdes con un poco de pepinos. Sobre las 3 horas las líneas de frutos rojos alcanzan su máximo y comienzan el descenso, dejando todo el espacio a la peonía y agregando al menos una flor neutra que puede ser lirios del valle, dejando un fondo dulce que parece frutal pero que también da la idea de un musk con vainilla suave. A unas 5 horas la peonía baja su intensidad polvosa y muestra una mayor cercanía a notas más inocentes y femeninas, parecidos a los de las fresias con rosas rosadas pero con una mayor carga de musk y líneas de jugo de frutos rojos, nuevamente más cercanos a un lichís fragante al agua que a una frambuesa ácida. Por momentos se siente una flor intercalada que produce un efecto de laca de cabello, posiblemente un lirio del valle, una rosa clásica o un jazmín alterado. Sobre las 10 horas la fragancia cambia parte de los florales en favor de tonos dulces frutales que todavía siguen cercanos a la idea de flores rojas y azucarados vegetales que dan un pequeño punto discreto de vainilla. En fase final el aroma dominante es un dulce polvoso de flores acompañado de una segunda capa de agua de flores, tallos y frutos rojos suaves no estridentes que mantienen un balance calmo y delicado, mitad inocente y mitad elegante relajado que trae partes de las flores limpias de Pleasures original, con puntos dulces de azucarado que dan una insinuación discreta de vainilla con musk y polen.

La fragancia rescata parte del espíritu del Pleasures original potenciando por un lado por la nota de peonía y por otro creando una sensación de cercanía con la naturaleza y de jardines primaverales al agregar tonos que se sienten vegetales, más relajados e informales. El aroma se siente primaveral, relajado para un uso de diario y apuntando a épocas calurosas de espacios abiertos más que de ciudad. En oficina muestra una imagen también serena pero con una buena carga femenina que puede interpretarse como profesionalismo sin mostrar rasgos duros o masculinos autoritarios serios, con ideas de sinceridad limpia y autoconfianza parecidos a los de Noa de Cacharel. Por el lado nocturno el aroma fresco vuelve a girar en torno a noches calurosas y espacios abiertos, de tendencias relajadas y con los frutales dando pequeñas chispas que avivan los florales que son un poco más serios y correctos, no tan chispeante como para ir a una fiesta a bailar pero quedándose en un semiformal no estricto lejos de las formalidades de una gala. Por el lado romántico beneficia la idea de feminidad por encima de la sensualidad, consiguiendo empatía en hombres y una sensación de aprecio y atracción gradual, algo inocente por la inclinación hacia la notas de naturaleza pero proyectando una belleza natural parecida a la que entrega una joven madre. Rango de edad entre 20 y 60 años.